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Coronavirus

Un estudio concluye que confinar siete días antes habría evitado 23.000 muertes durante la primera ola

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Imagen de la Gran Vía de Madrid a finales de marzo de 2020, en pleno confinamiento.
Imagen de la Gran Vía de Madrid a finales de marzo de 2020, en pleno confinamiento.

Si el confinamiento domiciliario se hubiera decretado siete días antes, se habría salvado la vida de unas 23.000 personas en toda España, según las conclusiones de una investigación sobre la primera ola de la pandemia de COVID-19, realizada por científicos de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona y la Universidad de Zaragoza.

El trabajo, aún sin publicar, realiza un análisis retrospectivo que concluye que si las autoridades sanitarias hubieran adelantado el cierre siete días, el número de muertos "habría sido aproximadamente 5.000", mientras que si se hubiese hecho siete días después, "hubieran sido 120.000".

"Teniendo en cuenta que los muertos en la primera oleada ascendieron a 28.000, nos habríamos ahorrado 23.000", ha indicado el investigador Àlex Arenas, físico y catedrático del Departamento de Ingeniería Informática y Matemáticas de la Universidad Rovira i Virgili, quien ha liderado el estudio.

El trabajo destaca la demora "sustancial" que se produjo en los tiempos de exposición, desde que se produjeron las infección hasta que se detectaron. En promedio, el plazo que transcurrió entre la realización de la pruebas diagnósticas y la notificación de su resultado fue de "15 días". "Un retraso tan pronunciado dificulta una evaluación real de la situación epidemiológica y, por lo tanto, impide el manejo de la respuesta epidémica", concluye.

Punto máximo antes del confinamiento

Asimismo, el estudio mantiene que cuando se decretó el primer confinamiento, el 15 de marzo de 2020, "las infecciones diarias ya habían alcanzado su punto máximo". De manera similar, el 28 de marzo, cuando se suspendió toda la actividad económica no esencial, "las infecciones diarias ya habían alcanzado al menos 10 días antes ese pico en la mayoría de las comunidades autónomas".

En este sentido, el estudio destaca las diferentes medidas de contención que se implementaron a nivel regional justo antes de que el Gobierno español dictase el confinamiento a nivel nacional. "En general, las comunidades autónomas que empujaron primero la Rt -velocidad de propagación del virus- por debajo de 1, coinciden con aquellas que implementaron medidas de contención de manera más temprana. El ejemplo más destacado es la Comunidad de Madrid", apunta.

Los autores también hablan del papel de concienciación individual de la población, "un factor cuya consideración es crucial". Según las conclusiones de su trabajo, esta es una de las principales razones que explican que la Rt comenzase a disminuir entre el 10 y el 13 de marzo, antes de que se decretase el confinamiento a nivel nacional. Sin embargo, no pasan por alto que las primeras medidas de contención se tomaron a partir del 9 de marzo y la reducción de movilidad comenzó alrededor del 10 de marzo.

Respuesta del Gobierno "dos semanas tarde"

El autor principal, Àlex Arenas, asegura que su grupo de investigación derivó el pasado año "cuatro informes al ministro de Sanidad, Salvador Illa, vía Miguel Hernán (epidemiólogo que asesoró al Gobierno en la primera ola), a partir de los cuales el presidente Pedro Sánchez decidió el confinamiento total como mínimo dos semanas tarde".

Este experto también se puso en contacto con el presidente de la Generalitat en aquel momento, Quim Torra, y los consellers de la Presidencia, Meritxell Budó, y de Interior, Miquel Buch, quienes "desde el minuto uno lo entendieron y pidieron el confinamiento un día después de saber" los datos. "El ministro Illa y Fernando Simón, con información aún más precisa que nos requirieron, tardaron dos semanas más", ha afirmado.