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Birmania

Monjes budistas se unen a las protestas contra el golpe de Estado en Birmania

  • Miles de personas han salido a la calle en varias ciudades del país en la tercera noche consecutiva de protestas
  • El Ejército se hizo con el poder la semana pasada tras detener a la líder "de facto" y Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi

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Monjes budistas, en una manifestación contra el golpe de Estado en Rangún
Monjes budistas, en una manifestación contra el golpe de Estado en Rangún

Myanmar, la antigua Birmania, ha vivido este domingo la tercera noche consecutiva de protestas contra el golpe de Estado de la semana pasada, cuando el Ejército detuvo a buena parte del Gobierno y declaró el estado de emergencia durante un mes. En esta ocasión, se han unido a las manifestaciones de la ciudad más importante del país, Rangún, un grupo de monjes budistas ataviados en su túnica azafrán. Esta prenda se convirtió en símbolo de la revolución azafrán que vivió Birmania en 2007, precisamente contra la Junta Militar que ahora ha vuelto al poder.

Los monjes portaban banderas multicolores budistas y estandartes rojos, el color del partido de Aung San Suu Kyi, la Liga Nacional por la Democracia. La Nobel de la Paz y gobernante "de facto" en Birmania fue detenida hace una semana por parte de los militares, lo que despertó la condena internacional y una creciente oleada de manifestaciones y desobediencia civil en el país.

Tanto ella, como el presidente birmano, Win Mynt, y otros líderes políticos y civiles, siguen detenidos. "Liberad a nuestros líderes, respetad nuestras voces, rechazad el golpe militar", se leía en uno de los carteles de la protesta. En otros, los manifestantes, muchos de ellos vestidos de negro, habían escrito "Salvad la democracia" y "No a la dictadura".

En la tercera noche de protestas, la policía ha intensificado la fuerza contra los manifestantes y ha usado un cañón de agua en una marcha en la capital del país, Naipyidó.

Las mayores protestas desde la revolución azafrán

Las manifestaciones de estos últimos tres días son las más numerosas desde la revolución azafrán de 2007, lideradas por los monjes budistas, y que pedía una apertura democrática ante la dictadura militar que había gobernado Birmania durante 50 años.

"Manifestantes de cada rincón de Rangún, por favor salid pacíficamente y uniros al pueblo", ha pedido la popular activista Ei Thinzar Maung en Facebook, usando una conexión VPN, ya que la Junta Militar ha limitado el uso de esta red social.

Con proclamas en favor de la democracia arrebatada el lunes por el Ejército y en contra de la junta militar, encabezada por el general Min Aung Hlaing, muchos de los asistentes a las marchas de estos días son jóvenes nacidos décadas después de la implacable represión de los uniformados contra el levantamiento popular de 1988 y que eran niños durante la revolución azafrán de 2007, también sangrientamente doblegada.

Otra imagen de la manifestación de este domingo en la antigua capital de Birmania.

Los jóvenes protagonizan las protestas

"Los militares han subestimado a los jóvenes. No conocemos lo que sucedió en 1988, pero no les dejaremos gobernar de nuevo como lo hicieron con nuestros padres", apuntó en la protesta del sábado a Efe un estudiante de botánica de 19 años, quien movilizó a sus amigos y conocidos para que se unieran a las manifestaciones de este domingo. Durante el sábado, la Junta Militar bloqueó Internet, aunque a última hora se recuperó la conexión.

El sonido del claxon de los coches en apoyo al movimiento pacífico de desobediencia civil iniciado contra los militares se mezcla con las canciones en favor de la democracia, muchas entonadas por primera vez durante el levantamiento de 1988.

Este domingo, el enviado especial de la ONU a Myanmar, Thomas Andrews, ha asegurado que "los manifestantes continúan inspirando al mundo en acciones repartidas por todo el país". "Myanmar está levantándose para liberar a todos los detenidos y rechazar una dictadura militar. Estamos con vosotros", ha escrito en redes sociales.