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Las playas de Salinas y Arenales de San Pedro del Pinatar, en Murcia, restringen el aparcamiento para salvar su vegetación

  • Este verano no se podrá aparcar en las cunetas para evitar el deterioro de la flora. Hay un servicio de autobús gratuito

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Restringen el aparcamiento en las playas de San Pedro del Pinatar

Reducir o prohibir el tráfico rodado en playas que forman parte de parques naturales es una tendencia en los últimos 10 años en la Región de Murcia. Se hace para preservar mejor el estado de la naturaleza.

Los últimos en tomar una medida de este calado son las autoridades de Salinas y Arenales de San Pedro del Pinatar. La zona cuenta con unas determinadas plazas de estacionamiento de coches y ya no está permitido aparcar en las cunetas.

Servicio de autobuses gratuito

El Ayuntamiento comprende que sus playas mediterráneas de La Llana y La Torre Derribada son un atractivo turístico para los veraneantes y les ofrece una alternativa gratuita en forma de transporte público.

Un servicio de minibús enlaza el aparcamiento disuasorio de la avenida del Puerto con las tres paradas que hay dentro del parque. Parte desde este punto, de lunes a viernes, cada hora, desde las once de la mañana hasta las dos de la tarde, y desde las cuatro a las seis. Los fines de semana se duplican los viajes, con salida cada 30 minutos.

Preservar la vegetación

Las Salinas de San Pedro ocupan un frente litoral mediterráneo de unos seis kilómetros y forman un parque natural de 856 hectáreas de extensión.

En San Pedro del Pinatar, Murcia, llevan siglos explotando sus salinas. Además de un precioso espectáculo para la vista, también lo es para el paladar.

Los coches que hasta ahora franqueaban la carretera aparcados eran una potencial amenaza para la vegetación, que comienza en el mismo margen. Los caminos para los peatones de acceso a la playa también han mejorado en los últimos tiempos, para proteger mejor el entorno de dunas.

Y, además de reducir el pisoteo de la flora con la limitación del aparcamiento estrictamente a las plazas disponibles, se reducen los ruidos y los residuos en un entorno frecuentado por las aves. Desde 1998, aquí encuentran un refugio al ser la zona declarada de especial protección (ZEPA).