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'Brexit'

Boris Johnson, el eurófobo que promete romper con Europa a las bravas

  • El exministro de Exteriores sucederá a Theresa May al frente del Reino Unido tras lograr el liderazgo en su partido
  • Figura clave de la victoria del Brexit, Johnson aboga por abandonar la Unión Europea en octubre con o sin acuerdo

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Boris Johnson, nuevo líder británico y férreo defensor del 'Brexit'

Boris Johnson -Boris a secas para los británicos- por fin ha visto cumplido su gran objetivo: hacerse con los mandos del número 10 de Downing Street, ser el primer ministro de Reino Unido, una meta que alcanzará este miércoles tras arrasar en las elecciones internas del Partido Conservador. Eurófobo y ferviente defensor del Brexit Johnson recoge el testigo de Theresa May en un momento de profunda crisis política, a solo tres meses de la próxima fecha señalada para la salida del Reino Unido de la Unión Europea.

Su nombre ya sonó con fuerza para suceder a David Cameron en 2016, pero entonces decidió retirarse por sorpresa de las primarias del partido cuando su aliado, el actual ministro de Medio Ambiente, Michael Gove, se postuló para el cargo y declaró que Johnson carecía de la capacidad para dirigir un país, un acto que la prensa consideró como una de las mayores puñaladas políticas de los últimos tiempos.

Su excentricidad y simpatía en público levantan pasiones entre sus seguidores, que lo ven como el salvador que romperá con Bruselas sin miramientos, tal y como ha prometido en campaña. Es el político mejor valorado de su partido, según los sondeos de YouGov, y cuenta con el 31% de apoyos en el país. Pero también es el peor valorado, puesto que un 47% de británicos tienen una opinión negativa de él.

Dentro de sus filas, los conservadores dejan en sus manos una resurrección electoral para evitar el avance del Brexit Party, ganador de las elecciones europeas; fuera de ellas, sus medias verdades y mentiras sobre el Brexit lo presentan como un hombre incapaz de unir a un país extremadamente polarizado desde el referéndum de 2016.

Boris Johnson sustituye a Theresa May como nuevo líder del partido conservador

Del periodismo contra la UE al Partido Conservador

Hijo del exeurodiputado Stanley Johnson, Alexander Boris de Pfeffel Johnson nació en el Upper East Side de Manhattan (Nueva York) en 1964 y vivió parte de su infancia en Washington, por lo que tuvo la doble nacionalidad hasta 2006. Johnson fue un niño tímido, silencioso y estudioso, que incluso lidió con varios episodios de sordera en su infancia, y al que una beca le llevó a estudiar en la prestigiosa y elitista escuela de Eton College, donde también se formaron líderes de la talla de David Cameron, Theresa May o los candidatos a los que ha ido derrotando en las primarias de este verano.

Conocido ya como Boris Johnson, se graduó en Inglés y Estudios Clásicos con matrículas de honor, fue el secretario de la sociedad de debate y editó el periódico The Eton College Chronicle, hasta que fue admitido en la selecta sociedad de la escuela. Después se formó en la Universidad de Oxford, donde se especializó en Literatura Clásica y Antigua.

Antes de adentrarse en la política, Johnson probó suerte en el periodismo. Empezó en la década de 1980 en el diario The Times, que terminó por despedirle por falsificar unas declaraciones en un reportaje. En 1989, el diario conservador The Daily Telegraph lo nombró corresponsal en Bruselas, desde donde cubrió la información sobre la Comisión Europea hasta 1994, con un tono muy crítico y antieuropeo que muchos ven como el inicio del euroescepticismo que llevó al Reino Unido a romper con la UE y que a día de hoy mantiene en sus columnas semanales. Posteriormente, pasó a editar el diario The Spectator durante seis años, hasta que llegó al Parlamento británico en 2001.

En 2006, David Cameron lo nombró ministro de Educación en la oposición, puesto que abandonó en 2008 cuando consiguió arrebatar al laborismo la Alcaldía de Londres. Johnson dirigió así la ciudad durante ocho años, en los que implementó el servicio de alquiler de bicicletas y supervisó los Juegos Olímpicos de 2012. Desde 2015, ocupa el escaño de Uxbridge y South Ruslip (Londres).

Boris Johnson promete que el Reino Unido estará fuera de la UE el 31 de octubre.

El Brexit, victoria para Boris

Pero fue durante la campaña del referéndum sobre el Brexit cuando el político adquirió relevancia internacional. Junto al conservador Michael Gove, lideró la polémica campaña Vote Leave a favor de las ventajas para "recuperar el control" y lograr "el día de la independencia". De hecho, su falsa promesa desplegada en un autobús para invertir el dinero de la UE en el sistema sanitario británico le llevó a ser procesado este año, si bien la demanda fue finalmente desestimada en junio.

Ganado el primer asalto, Theresa May decidió contar con él para un gabinete encargado de materializar el Brexit que poco a poco fue desmoronándose, sobre todo por la creciente división dentro del partido. Johnson fue ministro de Exteriores desde julio de 2016 hasta su dimisión en el verano de 2018, abiertamente enfrentado al Brexit de May.

Famoso por su facilidad para los exabruptos y la ironía, durante su ministerio Johnson llegó a escribir en su columna semanal del Daily Telegraph en 2018 que las mujeres con velo islámico parecían "buzones de correos", mostró una línea dura contra Rusia por el envenenamiento del exespía Sergei Skripal, y consolidó una buena relación con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Tras su salida del gabinete, mantuvo un perfil bajo y crítico durante los meses en que votó en contra del Acuerdo de Retirada en tres ocasiones evitando desvelar si, llegado el momeno, daría el salto al liderazgo. Finalmente, así lo hizo, asesorado por la relaciones públicas Carrie Symonds, con quien además mantiene una relación sentimental que, según desveló el diario The Guardian, llevó a la Policía a personarse en su casa tras una discusión en junio.

El hombre que retará a Bruselas

Johnson se ha presentado como el único capaz de sacar al Reino Unido de la UE "con o sin acuerdo" el próximo 31 de octubre, pero lo cierto es que se encontrará con las mismas trabas que acabaron con May: la UE no está dispuesta a renegociar, y mucho menos la salvaguarda para evitar una frontera en Irlanda. Aun así, Johnson aboga por mantener el pulso hasta el último momento, convencido de que los Veintisiete acabarán cediendo.

Pero su elección no hace sino agravar la división en la Cámara de los Comunes, puesto que no cambia la aritmética parlamentaria -se habla de una posible moción de censura nada más llegar al cargo- y los diputados podrían volver a bloquear una salida sin acuerdo.

De ser así, la prensa británica especula con que el nuevo primer ministro opte por suspender la sesión parlamentaria para impedir que los diputados bloqueen un Brexit duro en octubre, un acto que roza la inconstitucionalidad y contra el que el propio Parlamento ha empezado a protegerse, al aprobar una enmienda que le permitiría reunirse pese a no estar en período de sesiones para evitar una salida sin acuerdo.

La otra alternativa pasaría por un adelanto electoral con doble amenaza: por un lado, el líder del Brexit Party, Nigel Farage, pretende arrebatarle votos si el Brexit vuelve a aplazarse; por otro, el último giro del Partido Laborista para defender la permanencia en un hipotético nuevo referéndum podría movilizar a un electorado cansado de la política en la era del Brexit y de un primer ministro que, a estas alturas, supone añadir aún más incertidumbre a la ecuación.