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Libia

Mueren 44 personas en el ataque a un centro de detención de migrantes en Libia

  • Más de 130 personas han resultado heridas en un supuesto bombardeo que ha afectado a un centro de detención en Tajura
  • La ONU califica el ataque de "crimen de guerra" y pide una investigación independiente

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Mueren al menos 44 migrantes en un ataque del mariscal Hafter en Libia

Al menos 44 migrantes han muerto y más de 130 han resultado heridos este miércoles en un bombardeo de las tropas bajo el mando del mariscal Jalifa Hafter que ha afectado a un centro de detención en la localidad de Tajura, en el sur de Trípoli, ha informado una fuente médica del gobierno sostenido por la ONU en la capital, que ha añadido que ha sido perpetrado por un cazabombarderos F16. El centro estaba situado además al lado de una base militar.

El mariscal Hafter, hombre fuerte del país, puso cerco a Trípoli el pasado 4 de abril en un claro mensaje a la comunidad internacional que tenía como primer objetivo arruinar el actual plan de paz. Desde entonces, este es el mayor ataque conocido hasta la fecha.

El Consejo de Seguridad de la ONU se reunirá este miércoles de urgencia para abordar el ataque, que considera un "crimen de guerra" que deberá ser resuelto por una investigación independiente, según ha pedido el secretario general de la organización, Antonio Guterres.

Los combates en las áreas rurales del sur de Trípoli se suceden desde abril, en una espiral de violencia que ya ha causado cerca de 600 muertos, más de 5.000 heridos y ha obligado a más de 30.000 familias a abandonar sus hogares y a convertirse en desplazados internos.

Los enfrentamientos armados también han afectado gravemente a miles de migrantes, en su mayoría subsaharianos, que se encuentran en los alrededores de la capital a la espera de poder viajar de forma irregular a Europa o que han sido recluidos en centros de detención tras haber fracasado en el intento.

La ONU condena el posible "crimen de guerra"

Organismos y representantes de la ONU, entre ellos la alta comisionada para los derechos humanos, Michelle Bachelet, han condenado el ataque. "Según las circunstancias precisas en las que se ha producido, puede constituir un crimen de guerra", ha señalado Bachelet en un comunicado, una idea secundada por el enviado especial del organismo para Libia, Ghassan Salame.

Su secretario general, Antonio Guterres, ha pedido una "investigación independiente de las circunstancias" del ataque para "garantizar que sus autores comparezcan ante la Justicia".

También la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), han pedido una investigación "completa e independiente". Las dos organizaciones han recordado que hay "más de 3.300 migrantes y refugiados detenidos arbitrariamente en centros de detención de Trípoli en condiciones inhumanas".

Respuesta a la pérdida de Gharyan

Según varios responsables del GNA, Hafter ha intensificado los bombardeos en respuesta a la pérdida hace varios días de la ciudad de Gharyan, situada a unos 100 kilómetros de Trípoli y base usada por sus tropas para el asedio de la capital.

Libia es un estado fallido, víctima del caos y la guerra civil, desde que en 2011 la OTAN contribuyera a la victoria de los heterogéneos grupos rebeldes sobre la larga dictadura de Muamar al Gadafi.

Desde 2015 tiene dos gobiernos, unos sostenidos por la ONU en Trípoli, que apenas domina la capital y algunas pequeñas poblaciones del oeste del país, y otro tutelado por el mariscal Hafter que controla el resto del territorio y la mayor parte de los recursos petroleros.

De la división se benefician diversos grupos dedicados al tráfico ilegal de armas, combustible y personas, que son el verdadero motor de su destruida economía.

En este contexto, la playas del oeste de Libia se han convertido en el principal trampolín para la inmigración irregular a través de la ruta del Mediterráneo central, una de las más mortíferas del mundo.