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Las tendencias de ARCO 2019: escultura en gran formato y pinturas sociales

  • El director de ARCO sobre el 'Ninot' del rey: "Es injusto para los 800 artistas que exponen que dos se lleven todo el crédito"

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ARCO abre sus puertas en Madrid

Hace un año, el director de ARCO, Carlos Urroz, convocaba al arte que está por llegar. Quizá sea pronto, pero las tendencias de 2019 están aquí: “He visto una presencia muy fuerte de la escultura, de piezas de gran formato en los stands. Desde Jaume Plensa a Teresa Solar, con todo el rango de precios y edades, son impresionantes”, afirma Urroz. “Y luego la pintura, en grandes o pequeñas fracciones, que muchas veces tiene un referente político o social”.

En busca siempre del golpe de efecto, la atención mediática se ha materializado en el Ninot de cuatro metros de Felipe VI, obra de Santiago Sierra y Eugenio Merino, que deberá ser quemado por su comprador. Urroz se encoge de hombros.

“Me parece injusto para los 800 artistas que exponen las galerías que dos se lleven todo el crédito. Pero que cada uno haga la pieza que tenga que hacer”, lamenta. Una ‘polémica’ que encadena con el mayor escándalo sucedido durante su dirección: la retirada de la obra Presos políticos en la España contemporánea el año pasado, obra también de Sierra.

Polémica en ARCO por un ninot de Felipe VI que deberá quemar su comprador.

“No pienso que los artistas tengan que hacer una obra como respuesta a una feria, sino a cómo ven el mundo. Si alguien quiere arte político que vea la exposición de Amauta en el Reina Sofía que habla del indigenismo en los años 30 y de cómo un movimiento cultural se convierte en político. Eso es un buen arte político.

'Aspectos', Juan Genovés. noticias

ARCO, hay que recordarlo, no es una exposición, ni un museo. Es un mercado que ofrece una foto fija no de tendencias artísticas, sino de la compraventa de arte. Porque las ventas de ARCO suponen más de la mitad de las ventas totales que se realizan en España. Es el momento y el lugar para compradores y coleccionistas.

Coleccionistas privados, fundaciones, empresas o museos. Todos, por distintas razones, acuden a por un bien de lujo que puede ser muy rentable. Ifema está tomada por la alta sociedad en zapatillas cómodas para recorrer las 211 galerías.

Los artistas consagrados, ya sean de mediados de siglo XX o actuales, son uno de los mercados de ARCO. Un autorretrato de Andy Warhol en la Galería Elvira González, un Miró de 1975 en la Galería Cayón, pero también obras de Juan Genovés o el neomanierismo de Guillermo Pérez Villalta forman parte de ese museo contemporáneo a la venta.

Las fantasías volumétricas de Jaume Plensa (‘Nuria VI’, en la Galería Edward Tyler Nahem) son uno de esos reclamos escultóricos que destacaba Urroz. También hay espacio las pulsiones contemporáneas. Michelangelo Pistoletto (en la galería Giorgio Persano) nos enfrenta a dos espejos con fotografías de un hombre y una mujer absortos en su teléfono móvil.

`Nuria VI¿, Jaume Plensa. (Galería Edward Tyler Nahem). noticias

Daniel Canogar, uno de los artistas españoles que se apoyan en las nuevas tecnologías con más presencia internacional, ejemplifica la disolución del relato de la historia del arte en su obra ‘Amalgama’. Una pantalla sobre la que se disuelven literalmente cinco siglos de pintura. “Pregunté a Google las 500 mejores obras de arte. Las eligió un algoritmo: desde el Renacimiento a la actualidad. Y luego, influido por el concepto de sociedad líquida Zygmunt Bauman, le apliqué un filtro de licuar”, explica el artista.

A veces, todo es más naif. En la Galería Sabrina Armani, el público se detiene ante un cuadro de gran tamaño aparentemente blanco. El reconocido artista paquistaní Waqas Khan invita personalmente a acercarse. Mucho. A 10 centímetros del lienzo se puede apreciar un enorme óvalo tallado milimétricamente con infinidad de gotas.

- 'Smartphone - giovane donn 6 movimenti A' y 'Smartphone - uomo appoggiato', de Michelangelo Pistoletto (Giorgio Persano Gallery) noticias

“Es increíble”, afirma el artista admirado con su propia obra. “Es que nunca lo había visto expuesto. Hay meses de trabajo ahí”. Unos visitantes reconocen al instante su valor: “Como venga Rafael Pérez Hernando, se lo lleva”.

Urroz, tras nueve años al frente, se despide cerrando una época de ARCO. “Planteábamos hacer una feria de descubrimiento, que seduzca a la gente que a lo mejor no va a las galerías, pero a partir de esta visita pueda animarse. Ha sido un honor trabajar como director”.