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Oscar 2019

Mejor actriz: Jaque a la reina

  • Hollywood se debate en hacer justicia con una de sus actrices más respetadas (Glenn Close) o premiar savia nueva
  • Especial Premios Oscar

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Glenn Close en 'La buena esposa'
Glenn Close en 'La buena esposa'

Será de madrugada, a esa hora en la que ya sabremos si hemos perdido el tiempo retando al sueño en 'la gran noche del cine' o hemos disfrutado de una ceremonia de esas que nos dejan clavados en nuestro sofá. A estas horas, y si vemos los palos de ciego que ha dado la institución las últimas semanas, parece que será de las primeras, pero estaremos pegados a la pantalla para saberlo de primera mano.

Y sí, a esas horas intempestivas sabremos si Hollywood hace justicia con una de sus actrices más respetadas, o premia savia nueva. Porque la categoría de mejor actriz es, este año una rocambolesca partida de ajedrez. Cuatro actrices contra una reina: la reina Glenn Close.

Una villana con ganas de premio

El caso de Close, es el típico caso que en cada nominación, nos obliga a formularnos la misma pregunta: ¿Pero no tiene ya un Óscar? Pues no, aquella mujer que nos aterrorizó con esa combinación de pasiones bajas y objetos punzantes en Atracción fatal, o nos hizo temblar con un simple pestañeo de la Marquesa de Merteuil en Las amistades peligrosas, se ha redimido y ahora puede triunfar con uno de los personajes más bondadosos de su impresionante filmografía. Es la séptima vez que lucha por Oscar. ​​

Glenn Close y Jonathan Pryce durante la película La buena esposa de Björn Runge.

Glenn Close y Jonathan Pryce durante la película The Wife (La buena esposa) de Björn Runge.

Porque el de La buena esposa es el papel de una mujer en la sombra, una esposa acostumbrada a vivir en el silencio, un personaje que ha hecho de la sumisión la mejor táctica de supervivencia. Ni es una de sus grandes interpretaciones, ni la película, presentada hace dos años en el Festival de San Sebastián, pasará a la historia. Si Glenn Close gana el 24 de febrero será porque este premio es el que resume tantas y tan buenas interpretaciones. Hollywood lo sabe. Hollywood se lo debe.

La favorita Colman

Si hacemos caso a la temporada de premios, está claro que la única rival a la que tiene que vigilar de cerca Close es a Olivia Colman (La favorita). Posee todo lo que le gusta a los académicos y llega con ganas de disputar este duelo hasta sus últimas consecuencias. La suya es una de esas carreras de esfuerzo y superación, de las que gustan tanto al otro lado del charco. Pasó años con la cuenta en números rojos y más de una vez estuvo a punto de tirar la toalla, pero su amor a la interpretación y su esfuerzo han acabado dando sus frutos.

Rachel Weisz y Olivia Colman en una escena de la película

Si gana, será de nuevo una reina la que sube al escenario. Colman lo hace encarnando a Anna Estuardo, esa soberana atolondrada en medio de un trío amoroso. Para encarnarla ha engordado quince kilos y ha compuesto un personaje entrañable e irritante... y ya sabemos lo que gusta esto en los Oscar.

Lady estrella

Con ella, el Dolby Theatre ya tiene la expectación asegurada. La alfombra roja más fotografiada del cine cuenta los días para ver cuál de las múltiples Gagas que conocemos (una artista en permanente mutación) pisa el tapete. Lo que tenemos claro es que llega con ganas de premio a una competición reservada a las grandes. Porque ella es grande en la música, grande en el arte de no pasar desapercibida, grande en llamar la atención y grande como artista. Con su papel de Ha nacido una estrella recoge el testigo de una Beyoncé que al final se bajó del proyecto: Gaga lo ha hecho suyo y su esfuerzo ha sido destacado como uno de los más aplaudidos de la temporada. Difícil recoger el Oscar a mejor actriz, más que probable que lo consiga por la canción original de Ha nacido una estrella: "Shallow".

No sería la primera que asiste de puntillas a la gran feria de las vanidades y sale de allí haciendo historia. En una ciudad que sabe mucho de sueños y pesadillas, Stefani Joanne Angelina Germanotta, es el perfecto ejemplo de luchar por lo que quieres aunque todo esté en contra. Lady Gaga es mucha Gaga, pero este no parece que vaya a ser su año. Ya tiene un premio... que las puertas de la Academia se hayan abierto para ella a lo grande. De Gaga depende mantenerlas abiertas.

La conciencia de México

Experta en cambiar su futuro. Así podemos definir también a la cuarta en liza. Elegida entre tres mil aspirantes, Yalitza Aparicio (Roma) ya era feliz con lo que le esperaba el día de mañana: ejercer de maestra de preescolar. Lo tenía todo preparado para educar a los más pequeños de su comunidad en Tlaxiaco, ​Oaxaca, hasta que el director de casting Luis Rosales se fijó en ella y supo de inmediato que era la mujer que Alfonso Cuarón había buscado durante meses. Yalitza era la representación de las memorias infantiles del director condensadas en Libo, la mujer que le cuidó y que ha entrado en el cine con el nombre de Cleo.

Porque Yalitza/Cleo es el abrazo antes de dormir, es la quietud en medio del caos, es la mirada reconfortante frente a la desesperación. Mujer indígena, su nominación ya ha servido para que los de su etnia sean protagonistas aunque sea durante unos meses. Dejando las lentejuelas de lado para abrir los ojos a todos los que desde un lugar que algunos prefieren que no miremos, contribuyen con su esfuerzo a que otros salgan adelante. Muchos se preguntan si es actriz o solo una sorpresa. Ella lo tiene muy claro. Es actriz, y así lo ha demostrado desde Roma, pero si algún día se apagan los focos, volverá a la escuela con una mochila repleta de experiencias.

Macarthy no tiene que pedir perdón

Cuesta escribir sobre una actriz a la que nunca pensé ver fuera de personajes cincelados con un punzón de humor de brocha gorda. La amiga simpática de la guapa protagonista, la bocazas provocadora, la eterna candidata a interpretar a mujeres que se ríen de sí mismas para enfrentarse a las risas de los demás. Cuesta, pero después de ver su película ¿Podrás perdonarme algún día? es una absoluta gozada.

Porque la Melissa Macarthy que consiguió hace siete años una nominación a actriz de reparto por La boda de mi mejor amiga, aspira ahora a protagonista por encarnar a una escritora en crisis que encuentra en las falsificaciones la solución a sus problemas. Su personaje (verídico) de Lee Israel representa todo lo que los estadounidenses no quieren ver. Esa representante del white trash que nos recuerda a la Tonya Harding que nos encandiló el año pasado. Una mujer invisible que con una máquina de escribir y grandes dosis de ingenio consiguió dar un giro de timón a su vida. Con Lee Israel, Macarthy consigue ahora darlo a su carrera..

Sólo una ganará, pero todas serán protagonistas en una ceremonia que, cruzamos los dedos, sea noticia por el cine y el amor a él. No por los descalabros de una Academia que ha perdido en los últimos meses grandes dosis del prestigio conseguido durante los últimos 90 años. ​