Enlaces accesibilidad

El papa pide perdón por los "crímenes" cometidos por parte del clero en Irlanda

  • El pontífice entona un largo e intenso mea culpa por los abusos de poder, de conciencia y sexuales cometidos
  • Reconoce que "miembros de la jerarquía no se hicieron cargo de estas situaciones dolorosas y guardaron silencio"

Por
El papa Francisco pide perdón por los abusos en Irlanda

El papa Francisco ha pedido perdón este domingo por todos los "crímenes" cometidos por los sacerdotes, por las instituciones religiosas y por la jerarquía de la Iglesia en Irlanda: son abusos de poder, de conciencia y sexuales por los que el pontífice ha entonado un largo e intenso mea culpa.

En Irlanda, miles de menores -más de 25.000, según el informe de la comisión Ryan publicado en 2009- fueron víctimas de abusos perpetrados por unos 400 religiosos durante más de ocho décadas. También son numerosos los casos de madres a quienes arrebataron sus bebés en instituciones religiosas para darlos a otras familias.

Antes de la misa celebrada en Dublín para clausurar el Encuentro Mundial de las Familias, y de forma inesperada, Francisco ha leído un mensaje en español ante los miles de católicos congregados en el que ha explicado que este sábado se reunió con ocho víctimas y que después de ese encuentro, quería "poner delante de la misericordia del Señor estos crímenes y pedir perdón por ellos".

"Pedimos perdón por los pasos de explotación laboral a los que fueron sometidos tantos menores", ha señalado el papa, quien también ha hecho un acto de contricción "por las veces que como Iglesia no hemos brindado a los supervivientes la comprensión, búsqueda de justicia y verdad con acciones concretas".

Pedimos perdón por los chicos que fueron alejados de sus madres

Francisco también ha recordado -y se ha disculpado por ello- cómo "algunos miembros de la jerarquía no se hicieron cargo de estas situaciones dolorosas y guardaron silencio".

"Pedimos perdón por los chicos que fueron alejados de sus madres y por todas aquellas veces en las que se decía a madres solteras que trataron de buscar a sus hijos o a los hijos que buscaban a sus madres, que era pecado mortal". "No lo era, es el Cuarto Mandamiento (Honrarás a tu padre y a tu madre)".

"Pedimos perdón. El Señor mantenga y acreciente este estado de vergüenza y de compunción, y nos dé la fuerza para comprometernos en trabajar para que nunca más suceda y para que se haga justicia", ha concluido Francisco.

"Firmes y decididos en la búsqueda de la verdad y de la justicia"

Horas antes, durante el rezo del Ángelus en el santuario de Knock, el papa imploraba "el perdón del Señor" por los abusos cometidos por el clero en Irlanda.

"Los abusos nos desafían a ser firmes y decididos en la búsqueda de la verdad y la justicia", dice el papa

"Imploro el perdón del Señor por estos pecados, por el escándalo y la traición que sienten tantos en la familia de Dios (...) Ninguno de nosotros puede dejar de conmoverse por las historias de los menores que han sufrido abusos, a quienes se les ha robado la inocencia, y se les ha dejado una cicatriz de recuerdos dolorosos", afirmaba el papa.

Francisco hizo referencia por primera vez en este viaje a los casos de las madres a quienes arrebataron sus bebés en las instituciones religiosas para darlos a otras familias, después de que este sábado el papa se reuniera con dos de ellos. "Esta herida abierta nos desafía a que estemos firmes y decididos en la búsqueda de la verdad y de la justicia".

El papa Francisco se reúne con varias víctimas de abusos por parte del clero irlandés

"Pido a nuestra Madre Santísima que interceda por la curación de todos las víctimas de abuso de cualquier tipo y que confirme a cada miembro de la familia cristiana con el propósito decidido de no permitir nunca más que estas situaciones vuelvan a repetirse (...) y proceder siempre con justicia y reparar tanta violencia", ha señalado.

El papa no se ha pronunciado sobre la carta hecha pública este domingo por el exnuncio en Estados Unidos Carlo Maria Viganò, quien ha pedido su renuncia porque el pontífice conocía desde junio de 2013 las acusaciones de abusos sexuales sobre el cardenal y arzobispo emérito de Washington Theodore McCarrick, de 88 años, y no hizo nada hasta el pasado mes de junio, cuando le sancionó.