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Aborto en Irlanda

Una Irlanda dividida decide el futuro del aborto en las urnas

  • Tres millones de irlandeses votan en un referéndum sobre su legalización
  • Solo está permitido el aborto en caso de riesgo para la salud de la madre
  • Los últimos sondeos auguran un reñido empate, con una ligera ventaja a favor

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Irlanda vota en referéndum si suaviza la ley del aborto

La católica Irlanda ha votado este viernes en un referéndum histórico en el que sus ciudadanos decidirán si permite al Parlamento cambiar la legislación sobre el aborto, una de las más restrictivas en la Unión Europea. La gran expectación que ha levantado la consulta se ponía de manifiesto a media mañana, cuando la participación superaba a la de la consulta celebrada en 2015 para legalizar el matrimonio homosexual, si bien la campaña por el animaba por la tarde a seguir participando.

Más de tres millones de irlandeses estaban llamados a las urnas -miles empezaron a votar el jueves en las islas- para revocar o mantener la Octava Enmienda del Artículo 40.3.3 de la Constitución, por el que se otorga el mismo derecho a la vida a un bebé no nacido que a la madre.

Según este artículo, que entró en vigor en 1983, solo se le permite a la mujer abortar en caso de que el embarazo suponga un riesgo para la salud. Desde que se aprobara la primera ley del aborto en el país en 2013 En las papeletas, una simple pregunta que puede cambiar la historia de los últimos 35 años: ¿Aprueba la propuesta de modificar la Constitución contenida en el proyecto de ley mencionado más abajo? Dicho proyecto de ley se refiere a la 36 Enmienda que permitiría al Parlamento, en caso de mayoría del , legislar sobre la terminación del embarazo hasta las doce semanas o, en casos excepcionales, hasta las 24 semanas.

La nueva ley permitirá el aborto en casos en los que la vida de la madre corra peligro, algo que dependerá siempre de la decisión del médico.

Un tema tabú en un país profundamente católico que mira con recelo la consulta, donde los últimos sondeos coinciden en un empate muy ajustado, aunque en ocasiones, aventajado por el . , apoyado por el Gobierno, para "acabar con el legado de la vergüenza y la culpa", en palabras del primer ministro, Leo Varadkar, porque "una mujer a la que quieres puede necesitar tu sí" y para que "nunca más se repita el caso de Savita", una mujer india que murió en el hospital de Galway en 2012 de septicemia a las 17 semanas de embarazo, tras la negativa de los médicos a practicarle el aborto por encontrarse en un "país católico". No, apoyado por la Iglesia, porque "mi hijo vive gracias a la Octava enmienda" o porque el denominado "aborto a la carta" "puede matar o salvar a un bebé".

No para salvar "la preciosa ley"

"Esta preciosa ley protege a las madres y a los bebés", explica a RTVE.es desde Dublín la portavoz de Save The Eigth (Salvemos la Octava), Vicky Wall. Para ella, la enmienda ha de mantenerse, porque hace de Irlanda un país "que lidera en la protección de nuestros niños", con una legislación "progresista, y no arcaica", dice.

Wall compara el aborto en los países vecinos de Inglaterra o Gales: "Actuamos más rápido que en Inglaterra, pero en Gales matan a un bebé cada tres minutos. Se ha convertido en una cultura en la que el aborto pasa de ser aceptado a ser esperado", asegura.

Sin embargo, Wall no obvia las críticas, sobre todo en los casos más delicados en torno al debate: la violación y el incesto. ¿Tiene una mujer derecho a decidir sobre lo que ocurre en su cuerpo? "No se trata de una elección sobre someterte a una cirugía, por ejemplo, sino de decidir quién vive y quién muere y nadie tiene ese derecho", responde.

Los sacerdotes podrán absolver del pecado del aborto

"He escuchado los argumentos de bebés enfermos, de violaciones, pero eso no es una razón para desproteger a un bebé que todavía no ha nacido", señala.

Una de las campañas de la organización en contra del aborto sostiene que interrumpir un embarazo "protege la violación y el incesto". La razón, según Wall, es que "esconde el crimen", y presenta una suerte de disyuntiva: "Imagina que la madre o el padre de un bebé de dos semanas viola a alguien. Entonces dirías que es el hijo de un violador, pero no lo matarías", argumenta, para defender su punto de vista.

Imagina que la madre o el padre de un bebé viola a alguien. Entonces dirías que es el hijo de un violador, pero no lo matarías

Si tuviera que convencer a alguien a favor del aborto, Wall le diría que "al final, todo se remonta a la creencia de si la vida humana es valiosa o no. Se puede camuflar con elección, pero solo tenemos la habilidad para elegir porque nos dieron el derecho a nacer", indica, y destaca dos datos: "706 bebés con síndrome de Down murieron en Irlanda por aborto en 2016, y solo el 18% de las irlandesas víctimas de una agresión sexual siguen adelante con el embarazo".

Sí para construir un país "compasivo"

La campaña a favor de legislar el aborto aglutina a doctores, hombres, mujeres y nuevas generaciones, que se han movilizado en las redes sociales a través del hashtag #hometovote. Miembros de la diáspora llevan relatando toda la semana a través de Twitter los viajes de vuelta a sus hogares desde todo el mundo, todo para "reformar la ley, cambiar el país y proteger a las mujeres".

Es el caso del joven Ciaran Gaffney, que vive desde hace nueve meses en Buenos Aires (Argentina). "He venido a Dublín para votar a favor de la reforma porque la ley que tenemos ahora no prohíbe el aborto, el aborto pasa sí o sí y tenemos que responsabilizarnos de nuestras madres, nuestras abuelas y nuestras hijas, para que puedan cuidar de salud", explica a RTVE.es a solo unas horas de votar.

Gaffney se ha movilizado en solidaridad por los miles de inmigrantes que no pueden votar, ya que la ley no permite a un irlandés que lleva más de 18 meses fuera del país votar. "A un votante en contra, le diría que así no se frena el aborto, que ningún Estado ni ninguna persona debería decidir qué hacer. Así se está en contra del aborto legal, pero se favorece que las mujeres estén en peligro y se sientan rechazadas por su propio país".

[Con esta ley] se está en contra del aborto legal, pero se favorece que las mujeres estén en peligro y se sientan rechazadas por su propio país

De los muchos los motivos esgrimidos por la campaña Together for Yes (Juntos por el sí), destacan dos: de ganar el sí, "una mujer ya no perderá su derecho a consentir o no consentir su tratamiento médico porque se quede embarazada"; o el hecho de que "el aborto es ya una realidad en Irlanda, pero inseguro, porque ocurre cada día sin la atención de un médico", y, al decantarse por esta opción, el país se convertirá en "una Irlanda más compasiva".

La muerte de una mujer reabre el debate sobre el aborto en Irlanda.

Una Irlanda compasiva que no expulse a sus mujeres embarazadas, como Tara Flynn, que con 37 años tuvo que viajar a Holanda para abortar: "Me sentía atrapada en mi cuerpo, pero también atrapada en mi país. Por la Octava enmienda, no sabía dónde podía ir a buscar ayuda", ha explicado en el último acto de campaña horas antes del voto. "Votar sí no es un voto a favor del aborto, es un voto a favor de la solidaridad, de la compasión. Es un voto para decir, 'ya no te voy a enviar lejos'", ha declarado.

¿Por qué revocar la ley? "No ha funcionado, no ha alcanzado el objetivo que tenía, que era impedir que las mujeres irlandesas tuviesen un aborto, y que no entrara en Irlanda. El aborto está ahora en el país a través de píldoras importadas, y la Octava enmienda nos impide tratar a las mujeres con la compasión y el cuidado que necesitan", apunta el ginecólogo Peter Boylan.

Las cifras

Desde 1980 a 2016, un total de 170.216 irlandesas se trasladaron a Reino Unido o Gales para practicar un aborto, según los últimos datos disponibles del Departamento de Salud británico. De ellas, 3.265 lo hicieron en 2016. 

En cuanto a la interrupción del embarazo legal en Irlanda en 2016, la cifra se reduce a 25según el Ministerio de Sanidad irlandés. De estos, ocho fueron por riesgo de enfermedad física, 16 por emergencia por enfermedad física y solo uno por riesgo por suicidio.

Pero las mujeres irlandesas recurren a otro método: la píldora para abortar, ilegal según dicta la Octava enmienda. Aunque no hay datos oficiales de las ventas, un estudio publicado en 2017 concluyó que entre tres y cinco mujeres al día encargan una a través de internet, y que además su uso es seguro.