Enlaces accesibilidad

La gran cita política en Pekín

  • El Partido Comunista chino celebra su 19º Congreso esta semana
  • Salvo sorpresa, el presidente, Xi Jinping, afianzará su liderazgo cinco años
  • Entre las propuestas económicas de la cita, erradicar la pobreza en 2020

Por
Cartel del presidente de China, Xi Jinping
Cartel del presidente de China, Xi Jinping.

Es una mañana lluviosa de sábado otoñal en Pekín pero aún así, una docena de turistas europeos escuchan bajo sus paraguas al guía local. Separados de la inmensa plaza de Tiananmén por el pasadizo de los controles policiales, les recuerda que es el centro político de la ciudad, y que esta semana se notará más porque en el Palacio del Pueblo, el edificio de la izquierda, se celebra el décimo noveno Congreso Nacional del Partido Comunista.

Los extranjeros que vivimos en Pekín solemos decir que sólo cuando pasamos por Tiananmén, recordamos que estamos aquí, en esta ciudad que sigue sumida en una transformación imparable para sustituir lo tradicional por un ladrillo moderno y también impersonal, imaginable en cualquier gran urbe del primer mundo.

Pero Tiananmén, con sus miles de cámaras de vigilancia, y presidida por el gran retrato de Mao, devuelve de golpe a la Historia de la República Popular China, desde su proclamación en 1949 hasta hoy.

Tiananmén son los discursos del "Gran Timonel" como llamaban a Mao, las concentraciones en los 70 de los guardias rojos de la Revolución cultural, o la revuelta de 1989 cuando el ejercito chino sofocó con sus tanques una manifestación estudiantil con cientos de víctimas, aunque la cifra exacta de fallecidos sigue oculta veintiocho años después.

China y el Partido Comunista

Pero la historia reciente del país es también la del Partido Comunista Chino, el más grande del mundo, con 89 millones de miembros, y sus 96 años de andadura, perfilado en Asambleas, y sobre todo en los Congresos quinquenales; la cita política más importante, donde se aprueban las líneas y objetivos para los próximos cinco años.

Y todo con gran opacidad y supuestas estrategias de poder, porque este cónclave es también una sutil puesta en escena de las alianzas y apoyos urdidos en la sombra para prorrogar, o no, mandatos del presidente del país o los de los miembros de los órganos máximos de poder dentro del sistema.

Un cartel del Partido Comunista en Pekín
Un cartel del Partido Comunista en Pekín

Un cartel del Partido Comunista en Pekín REUTERS

El actual presidente, Xi Jinping bromeó una vez en un acto público cuando dijo que los movimientos en el PCCh no eran para nada “como un House of Cards”, en referencia a la serie estadounidense en la que Kevin Spacey da vida a Frank Underwood, un maquiavélico presidente de los Estados Unidos dispuesto a todo por mantener el poder.

Congreso decisivo para afianzar el poder de XI

A lo largo de casi un siglo ha habido congresos más importantes que otros. Por ejemplo, el séptimo en el que Mao Zedong fue elegido líder, o el undécimo que marca el camino para llegar a la China moderna con las que entonces se consideraron las políticas aperturistas y reformistas de Deng Xiaoping.

El que arranca estos días, el décimonoveno, es también decisivo. Salvo sorpresas de última hora, Xi Jinping afianzará su liderazgo para otros cinco años después de colocar a sus aliados en la cúpula del poder.

Entre las preguntas que se plantean: qué pasará, por ejemplo, con el primer ministro Li Kequiang, afín a la facción opositora a la de Xi en el anterior Congreso, o con Wang Quishan -al que llaman “el zar anticorrupción”- mano derecha del presidente pero que por su edad, 68 años, le tocaría ya la jubilación.

Xi Jinping, designado nuevo líder del gobernante Partido Comunista de China

Opositores aseguran que Wang ha sido el autor implacable de la campaña para acabar con muchas de las voces disidentes imputándoles supuestos delitos de corrupción para quitarlos de en medio. Un delito que en China se pena con cadena perpetua, e incluso con la muerte. Desde que empezó la campaña hace cuatro años, se calcula que hay más de 3.000 personas entre investigadas y procesadas. El último hace unos días, Sun Zhengcai, casualmente una de las figuras emergentes del PCCh. Su caso recuerda al de Bo Xilai, destacado dirigente y miembro del Buró político cesado también los días previos al anterior Congreso.

Retos para los próximos cinco años

La segunda potencia mundial llega a este Congreso Nacional con retos como la desaceleración del crecimiento de su economía, el plan para erradicar completamente la pobreza para el año 2020 en el país más poblado del planeta, o reducir la contaminación nociva en provincias del Norte.

Xi Jinping, el "cuore" del Partido, seguirá abortando cualquier aspiración secesionista en Hong Kong, o Taiwán y tendrá que mediar ante la tensión creciente entre Corea del Norte y Estados Unidos.

Censura

Durante el mandato de Xi Jinping se ha intensificado la censura y, según organizaciones como Amnistía Internacional, se ha retrocedido en Derechos Humanos.

La última crítica de la Comunidad Internacional fue el pasado mes de julio cuando el Gobierno chino negó la salida del país al disidente Liu Xiaobo para recibir un tratamiento por el cáncer que sufría. El Premio Nóbel de la Paz, encarcelado varias veces en los últimos 20 años, moría días después bajo arresto domiciliario.

El bloqueo de comunicaciones digitales y el aumento del control preceden al Congreso. Ni siquiera tener una VPN estos días (la aplicación que redirige la conexión por internet desde otro país) garantiza el acceso a Google, Facebook o Twitter.

La gran Muralla digital es, a ratos, infranqueable ante el temor de que las redes sociales sean un instrumento para la disidencia.

Uno de los turistas hace una pregunta al guía que, lejos de sorprenderse, parece que la espera.

-“¿Por la celebración del Congreso, es por lo que no nos funciona WhatsApp?”.

El guía asiente. -“Son días muy importantes” justifica ante la siempre mirada fija de las cámaras de una de las plazas más vigilada del mundo. Tiananmén, o en español, Plaza de la Puerta de la Paz Celestial.