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Los países árabes enfrentados con Catar le exigen el cierre de Al Jazira y cortar con Irán

  • La embajada catarí en Madrid: No aceptamos presiones en los "asuntos internos"
  • Al Jazira defiende "ejercer el periodismo sin presiones"
  • EE.UU. hace un llamamiento a resolver el conflicto

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Un hombre camina delante de un avión de Qatar Airways en la capital saudí, Rihad.
Un hombre camina delante de un avión de Qatar Airways en la capital saudí, Rihad.

Los países árabes que cortaron relaciones diplomáticas con Catar el pasado 5 de junio han emitido una serie de demandas, entre ellas el cierre del canal Al Jazira y cortar el entendimiento con Irán, para poner fin al conflicto, según ha informado la cadena saudí Al Arabiya.

Arabia Saudí, Egipto, Baréin y Emiratos Árabes Unidos (EAU), que acusan a Catar de financiar el terrorismo y socavar la estabilidad de Oriente Medio, han dado un plazo de diez días al país para cumplir un total de 13 exigencias, entre las que se encuentran:

  • Cortar las relaciones diplomáticas con Irán, país al que acusan también de apoyar el extremismo.
  • Cerrar el canal catarí Al Jazira, cuyas oficinas en esos tres países están siendo clausuradas, medida a la que se ha sumado también Jordania, mientras que en Egipto el canal fue cerrado en 2013.
  • Cerrar también la base militar turca en el emirato. Turquía apoya a Catar desde el comienzo de la crisis, y ha enviado alimentos y agua para compensar el veto comercial impuesto por Arabia Saudí. Asimismo, ha reforzado su presencia militar en el país árabe, pues dos días después de que Arabia Saudí cortara las relaciones con Catar, el Parlamento turco ratificó un acuerdo cerrado el pasado abril que preveía el envío de fuerzas a Catar, que comenzaron a desplegarse el jueves.
  • Cortar relaciones con los hermanos musulmanes, a quienes considera terroristas.

Al Jazira defiende el derecho de ejercer "sin presiones"

La cadena Al Yazira ha respondido a la demanda que le concierne diciendo que lo único que le interesan a estos países es "silenciar la libertad de expresión en la región" y se han negado a cumplirla.

"Defendemos nuestro derecho de ejercer profesionalmente el periodismo sin presiones de ningún gobierno o autoridad", ha añadido la cadena, que ha exigido a los gobiernos que defiendan la libertad de los medios de comunicación para ser "libres de intimidación, amenazas y terror".

Mientras, Catar ha negado todas las acusaciones, pero las autoridades del país han afirmado que están abiertas a negociar y no han tomado represalias contra los ciudadanos de los países árabes.

Catar denuncia un "bloqueo total"

El embajador catarí en Madrid, Mohammed Al Kuwari, en una entrevista con Efe ha asegurado que lo que estos países han decretado, aunque eludan darle ese nombre, es "un bloqueo total" y, por lo tanto "ilegal, contrario al derecho internacional y a los derechos humanos".

Tras la decisión de los vecinos árabes de cerrar las comunicaciones terrestres, aéreas y marítimas con la pequeña península, "el único acceso que tenemos ahora es hacia Irán", a través del cual llegan alimentos y medicinas, explica Al Kuwari.

"Catar siempre ha sido flexible y ha estado abierto a la búsqueda de soluciones", argumenta el diplomático, "pero no aceptamos que ningún país intervenga en nuestros asuntos internos, es como un tabú", aunque "sí hay algunas cosas en la región que podemos discutir".

"Hemos anunciado mil veces que Al Jazira es un asunto interno y que no podemos hablar sobre ello", puntualiza en referencia a la exigencia de que Doha cierre el canal de televisión catarí.

Niega igualmente que su país esté apoyando al partido de los Hermanos Musulmanes o manteniendo una relación especial con Irán.

A su juicio, el verdadero objetivo de los países árabes al imponer el bloqueo es "cambiar la política exterior de Catar, cerrar Al Jazira, y que Catar no desempeñe ningún papel en la región y pierda totalmente la soberanía", lo que resulta inaceptable para su gobierno.

Turquía y EE.UU, aliados de Catar

El país con más poder en la región que ha apoyado a Catar durante la crisis ha sido Turquía, cuyo presidente, Recep Tayyip Erdogan, tiene precisamente sus raíces en un partido islamista parecido al que respalda a Catar en la región.

Días después de la imposición de las sanciones, Turquía se apresuró a aprobar una legislación para enviar más tropas a Catar, como símbolo de apoyo, por lo que no parece el país vaya a aceptar la exigencia relativa a esta cuestión.

Mientras, Washington, que es un cercano aliado militar de ambos bandos, ha hecho un llamamiento a la resolución del conflicto.

El secretario de Estado, Rex Tillerson, ha dicho que los vecinos de Catar deben hacer demandas que sean "razonables y factibles".

Esta disputa supone una gran prueba para EE.UU., que alberga la sede de su potencia aérea en Oriente Medio y 11.000 tropas en una gran base en Catar.

El presidente Donald Trump ha respaldado las sanciones, aunque sus departamentos de Defensa y de Estado han tratado de mantenerse neutrales.

Sin embargo, Trump llamó hace varios días a Catar un "financiador del terrorismo". Días más tarde, el Pentágono aprobó la venta de aviones de combate por 12 millones de dólares.