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Exveteranos y familiares de caídos en la guerra de Irak estudian llevar a juicio a Tony Blair

  • En el conflicto murieron 179 soldados británicos y medio millón de iraquíes
  • Familiares afectados estudian medidas legales contra "las partes implicadas"
  • Un exsoldado: "Yo fui responsable de atacar a civiles en sus hogares"

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Familiares de soldados fallecidos en Irak aguardan en el exterior del Centro Queen Elizabeth II
Familiares de soldados fallecidos en Irak aguardan en el exterior del Centro Queen Elizabeth II

Varios antiguos combatientes y los familiares de los soldados británicos muertos en la guerra de Irak han comunicado este miércoles que tratarán de llevar a juicio al exprimer ministro laborista Tony Blair, al que responsabilizan de un conflicto que califican de "ilegal".

Un grupo de veteranos de esa contienda, que duró del 20 de marzo al 1 de mayo de 2003 y fue seguida, hasta la retirada de tropas en 2009, de una sangrienta posguerra, se ha sumado a los parientes de los fallecidos para pedir responsabilidades políticas.

Muchos de ellos han participado en una manifestación en el centro de Londres, organizada por la Coalición Parad la Guerra, en solidaridad con las víctimas británicas e iraquíes y para condenar la invasión, que lideró Estados Unidos con el apoyo del Reino Unido y España.

El informe Chilcot denuncia que la invasión en Irak se basó datos falsos y no se agotaron todas las opciones de paz

179 británicos y medio millón de iraquíes muertos

Alrededor de doscientas personas se congregaron a las puertas del Parlamento para la presentación por parte del exalto funcionario John Chilcot de un esperado informe sobre la preparación y consecuencias de la contienda.

En el documento, repartido en doce volúmenes, Chilcot concluye que la invasión del país árabe "no era el último recurso" disponible y se fundamentó en pruebas "defectuosas", socavó la autoridad de la ONU y tuvo efectos que "se sufren aún hoy".

El autor ha difundido además correspondencia en la que se revela que Blair prometió, ya en 2002, al entonces presidente de EEUU, George Bush, respaldo incondicional para derrocar al entonces presidente iraquí, Sadam Husein, al que se acusó falsamente de tener armas de destrucción masiva.

Tras una primera lectura del informe, los familiares de los 179 soldados británicos caídos en el conflicto, en el que murieron medio millón de iraquíes, anunciaron que estudiarán medidas legales contra "las partes implicadas" en la decisión de invadir el país árabe.

Actuación ilegal o abuso de poder

El abogado de los afectados, Matthew Jury, ha adelantado que en las próximas semanas analizarán el texto al detalle para ver si hay base para imputar a responsables gubernamentales, "si queda demostrado que actuaron de forma ilegal o abusaron de su poder".

"Me encantaría ver a Blair en un tribunal", ha declarado Rose Gentle, cuyo hijo Gordon murió en 2004, a los 19 años, cuando el todoterreno en el que viajaba (vehículo que posteriormente se consideró inadecuado para un escenario y unas circunstancias semejantes), explotó por la acción de una bomba en una carretera de la ciudad meridional iraquí de Basora.

"Espero que Blair se vaya a la cama y piense: '¿Qué diablos he hecho?', porque nunca será perdonado", ha afirmado Gentle, quien ha añadido: "No se le recordará como primer ministro, sino como la persona que los envió (a los soldados) a una guerra ilegal".

Irak y el resto del mundo recuerdan, este 20 de marzo, el inicio de la guerra que trajo consigo la caída del régimen de Sadam Hussein y una invasión que duró ocho años. El conflicto, iniciado unilateralmente por Estados Unidos y Reino Unido con el apoyo de otros países (entre ellos España) pero sin el aval de la ONU, tenía supuestamente el doble objetivo de eliminar una amenaza internacional (las famosas "armas de destrucción masiva" que se demostraron inexistentes) y convertir el país en una democracia, aceptable con economía de mercado.

"Yo fui responsable de atacar a civiles en sus hogares"

"Muchas familias quieren llevar a Tony Blair a los tribunales", ha apostillado Melinda Ingram, que perdió a su hijo Chris en 2007, horas antes de su prevista vuelta a casa, aunque reconoció que quizás "no sea posible".

Sarah O'Connor, cuyo hermano Bob murió cuando su avión fue derribado en 2005, se preguntó "por qué Blair, si está tan seguro de su decisión, no está aquí, mirándonos a los ojos", y agregó: "hay un solo terrorista, y su nombre es Tony Blair".

El exsoldado Ben Griffin, que sirvió en Irak en 2005, dijo que el antiguo primer ministro laborista y su entonces ministro de Asuntos Exteriores, Jack Straw, "deberían afrontar un juicio marcial", en lugar de dejar recaer la responsabilidad en los soldados que cumplían órdenes.

"Yo fui responsable de atacar a civiles en sus hogares, de capturar a hombres que después fueron torturados en prisiones por soldados estadounidenses. Fuimos responsables de una ocupación que quebrantó muchas de las convenciones de Ginebra", ha lamentado.

Las "cicatrices mentales" de los supervivientes

"Estamos listos para que Tony Blair comparezca ante la justicia", señaló otro ex soldado, John Smith. También antiguos mandos militares han lamentado las consecuencias de un conflicto que dividió al Reino Unido y manchó irreparablemente el legado de Blair.

El capitán Doug Beattie ha pedido al Gobierno actual, dirigido por el conservador David Cameron, que ofrezca una disculpa a las familias de los soldados fallecidos y a los iraquíes.

Ha denunciado asimismo que los soldados que participaron en la guerra de Irak tienen "cicatrices mentales" por haber estado implicados en un conflicto construido sobre "premisas falsas" y que no contó con el respaldo de la opinión pública.

El Gobierno de Blair, ha explicado, les mandó con el argumento de que Sadam Husein tenía armas de destrucción masiva, pero los militares pronto se dieron cuenta de que no era así y de que los combatientes iraquíes "eran solo un puñado de desgraciados sin comida y vestidos con harapos que se alegraban cuando les hacíamos prisioneros".