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Rousseff insiste en que su destitución sería "un golpe" que afectaría a la estabilidad política de Brasil

  • La presidenta brasileña asegura que el proceso "rompe la base de la democracia"
  • Advierte también de que el juicio político puede agravar la recesión económica
  • El Senado debe decidir si es enjuiciada por presuntas irregularidades fiscales

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La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, en la rueda de prensa celebrada en Brasilia
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, en la rueda de prensa celebrada en Brasilia.

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, ha vuelto a calificar este martes de "golpe" el proceso de juicio político que pende sobre ella y que podría llevar a su destitución, advirtiendo además de que perjudicará a la "estabilidad política" del país, ya que, a su juicio, "rompe la base de la democracia".

"Necesitamos entender que ese proceso no va a traer estabilidad política al país porque rompe la base de la democracia. Se trata de un golpe", ha asegurado Rousseff en una rueda de prensa con corresponsales extranjeros, en la que también ha asegurado que la crisis política agravará la recesión económica que sufre Brasil.

La presión política sobre Rousseff se ha incrementado después de que la Cámara de Diputados aprobara la apertura de un juicio político para evaluar si incurrió en un delito por las presuntas irregularidades detectadas en las cuentas públicas brasileñas de 2014 y 2015.

Con todo, el Senado aún debe ratificar el inicio del proceso, que podría suponer, en última instancia, su destitución definitiva en unos seis meses. Con todo, Rousseff sería suspendida desde el primer momento de sus funciones, que serían asumidas por el vicepresidente, Michel Temer, al que la presidenta ya ha acusado de orquestar una "conspiración" para ocupar su cargo.

La Cámara de Diputados apoya la destitución de Rousseff y el Senado decidirá

La presidenta defiende que no hay bases jurídicas para juzgarla

En este sentido, Rousseff ha vuelto a aludir, sin nombrarle, a Temer en su charla con la prensa extranjera en Brasilia: "Asistimos no a un proceso de impeachment [destitución], sino a un intento de elección indirecta por parte de un grupo que no sería capaz de ser elegido" en unas elecciones presidenciales.

La presidenta se refería así a los últimos sondeos de intención de voto publicados en Brasil, que apenas conceden entre un uno y un dos por ciento a Temer en caso de que se celebrarán comicios a la presidencia en estos momentos.

Por ello, la presidenta ha reiterado que el proceso puesto en marcha en el Parlamento "es un golpe de Estado", puesto que, a su juicio, no tiene fundamentos jurídicos: "Está manchado por un pecado original porque no reposa en ninguna de las bases legales" previstas por la Constitución para destituir a un presidente, ha explicado.

Rousseff ha denunciado, incluso, "una parte de sexismo" en la campaña política que busca su destitución. "A veces se me ha dado un trato que seguro no habría recibido un presidente hombre", ha apostillado.

Críticas al diputado que elogió a un torturador

La presidenta, además, ha condenado la exaltación a la tortura y a sus responsables hecha por un diputado en la votación del pasado domingo en la Cámara de Diputados sobre su juicio político.

"Es lamentable" que "este momento haya dado lugar a expresiones de odio e intolerancia", ha comentado Rousseff en alusión al diputado Jair Bolsonaro, quien al momento de votar en favor de la continuidad del proceso recordó al coronel Carlos Alberto Brilhante Ustra, uno de los jefes del aparato represivo de la última dictadura (1964-1985).

"Estuve presa y conocí a ese señor y puedo decir que fue uno de los mayores torturadores de Brasil", ha señalado la mandataria, que en prisión sufrió torturas y duros maltratos.

Es terrible que alguien vote en el Congreso en nombre de uno de los mayores torturadores que ha tenido Brasil

Según Rousseff, "es terrible que alguien vote en el Congreso en nombre de uno de los mayores torturadores que ha tenido Brasil".