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La reforma constitucional de Italia supera su último trámite, a falta solo del referéndum

  • La Cámara de Diputados aprueba el texto propuesto por Matteo Renzi
  • Limita los poderes del Senado en busca de estabilidad parlamentaria
  • Solo resta que la ciudadanía italiana respalde las reformas en referéndum

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El primer ministro italinao, Matteo Renzi, defiende la reforma constitucional en la Cámara de los Diputados
El primer ministro italinao, Matteo Renzi, defiende la reforma constitucional en la Cámara de los Diputados.

La reforma constitucional impulsada por el primer ministro de Italia, Matteo Renzi, ha superado este martes su último trámite parlamentario con su aprobación en la Cámara de los Diputados, por lo que solo resta que la ciudadanía se pronuncie en un referéndum que se convocará previsiblemente en octubre para que las medidas puedan entrar en vigor.

El nuevo texto constitucional limita los poderes del Senado y acaba con el bicameralismo perfecto que rige la política italiana desde la posguerra mundial, hace ya casi siete décadas, con el objetivo de conferir una mayor estabilidad institucional al país.

Después de ser examinada en varias ocasiones por ambas cámaras, la reforma ha salido delante de forma definitiva en la Cámara de los Diputados con 361 votos a favor y siete en contra, refrendando así una de las principales apuestas políticas de Renzi, que ha prometido dimitir si no sale adelante.

"Si falta consenso popular y se tumba el conjunto de las reformas, el principio de seriedad política demanda que se asuman las consecuencias", decía este lunes el primer ministro al defender, una vez más, el proyecto ante los diputados. Su discurso, en cualquier caso, sufrió el boicot de algunos miembros de la oposición, contrarios a la reforma.

Limitar el poder del Senado y agilizar la tramitación parlamentaria

Nos encaminamos hacia un modelo de democracia que decide

"Nos encaminamos hacia un modelo de democracia que decide", aseguraba Renzi, en alusión a la parálisis que ha propiciado la arquitectura institucional establecida en 1947, cuando se apostó por un bicameralismo perfecto para impedir un posible retorno al fascismo.

Sin embargo, ese modelo ha llevado a que cada ley requiriese años para su aprobación, puesto que debe ser aprobada por ambas cámaras en los mismos términos, lo que al final resulta en una habitual parálisis política y en una inestabilidad recurrente, favorecida por el sistema proporcional de asignación de escaños: Italia ha tenido hasta 63 gobiernos distintos desde 1945.

Con la reforma, si finalmente supera el referéndum,  el Senado se verá reducido de los 315 escaños actuales a solo cien, no podrá votar mociones de confianza contra el Gobierno y debatirá únicamente un número limitado de leyes.

Asimismo, el Gobierno podrá solicitar tramitar determinadas leyes en la Cámara de Diputados mediante un procedimiento abreviado, reservado a aquellas normativas que considere urgentes, de forma que los diputados deberán votarlas en un plazo máximo de 70 días, ampliable a 95 para aquellos asuntos especialmente complejos.