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La UE da a Grecia tres meses para controlar su frontera antes de suspender el acuerdo de Schengen

  • La UE exige que corrija las deficiencias en la gestión de su frontera exterior
  • De lo contrario, prolongará los controles en las fronteras interiores de Schengen
  • Atenas ya advirtió de que no dejará que los refugiados se ahoguen en el mar

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Un guardacostas griego habla a los refugiados y migrantes que acaban de ser rescatados en el Egeo.
Un guardacostas griego habla a los refugiados y migrantes que acaban de ser rescatados en el Egeo.

Los Veintiocho han dado un ultimátum de tres meses a Grecia para que corrija las "graves deficiencias" detectadas en el control de su frontera exterior frene el flujo migratorio y evite que se prorroguen hasta dos años los controles fronterizos dentro del espacio Schengen.

Para ello, Atenas tendrá que presentar un "plan de acción" en el plazo de un mes con medidas concretas dirigidas a estrechar la vigilancia del paso por su frontera y registrar adecuadamente a los inmigrantes sin documentación que llegan a ella. Y dispondrá de dos meses más para poner en marcha dicho plan y recuperar el control de su frontera.

Si al cabo de estos tres meses, cuando se reevalúe la situación sobre el terreno, las autoridades helenas no han tomado las medidas exigidas o estas no han tenido éxito, el Consejo podrá activar el artículo 26 del Código Schengen para prorrogar hasta un máximo de dos años los controles interiores.

La decisión ha sido adoptada en una reunión de ministros de Economía de la UE en Bruselas, con el voto en contra de Grecia y la abstención de Bulgaria y Chipre. Grecia, además, ha expresado su desacuerdo con la decisión al considerar que "no hay pruebas" de que Atenas descuidara sus obligaciones y ha defendido los esfuerzos demostrados para contener la crisis, pese a su "coste económico y social".

Un millón de migrantes y refugiados en 2015

Tras la llegada de más de un millón de migrantes y refugiados en la Unión Europea en 2015, la mayoría de ellos a través de Grecia, algunos Estados miembros han implantado controles en sus fronteras interiores y han advertido de que podrían suspender a Atenas de la zona de libre tránsito pero lo han hecho de forma temporal ya que el código de fronteras Schengen limita esta medida a situaciones graves y excepcionales.

Más de un millón de refugiados llegaron por mar a Europa en 2015

La prórroga de los controles, que ha sido interpretada como una iniciativa para aislar a Grecia del resto del espacio Schengen, dará, además, cobertura legal a los países que, como Alemania y Francia, ya han dicho que mantendrán a largo plazo los controles reforzados, pese a que su autorización expire el próximo mes de mayo.

El análisis de la situación en Grecia realizado por la Comisión Europea concluyó que la ineficacia de las autoridades helenas para controlar el paso de inmigrantes irregulares por su territorio, hacia el resto de la UE, plantea un "grave riesgo" para el conjunto del espacio libre de fronteras Schengen y exige "acciones urgentes".

Un problema conjunto

Las recomendaciones, que no se han hecho públicas hasta ahora, detallan los fallos en islas como las de Chios y Samos, en donde falta personal y material para identificar a todos los recién llegados y cotejar los datos para verificar la autenticidad de la documentación que presentan. El examen alerta de la falta de capacidad para tomar las huellas dactilares de todos los inmigrantes y para controlar el paso de una frontera marítima muy permeable.

En su decisión, los Veintiocho advierten de que las dificultades que afronta Grecia para proteger la frontera exterior común en su territorio es un problema de la Unión Europea en su conjunto, por lo que "debe de ser resuelto por el interés de todos".

En la práctica, Grecia no tiene fronteras terrestres con el resto de Estados Schengen, por lo que los controles afectarían sólo al tráfico aéreo y marítimo. De hecho, dañaría sobre todo al turismo, el sector más importante de Grecia.

El gobierno griego siempre recuerda que la frontera es marítima y sería ilegal e inhumano no rescatar a los náufragos. Igualmente ilegal serían los denominados "push back", es decir, forzar a las embarcaciones a retroceder hacia la costa turca. A ello se añade que el 90 % de las personas que entran en Grecia provienen de Siria, Irak y Afganistán, los tres países cuyos ciudadanos son automáticamente reconocidos como refugiados.