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Irlanda permite que comprador y vendedor negocien el redondeo de precios para reducir la circulación de céntimos

  • Esta práctica es voluntaria y ya se aplica en Bélgica, Holanda y Finlandia
  • El gasto de Irlanda en la emisión de esas monedas triplica la media de la zona
  • Acuñar cada moneda de 1 céntimo cuesta 1,65 céntimos; la de 2 cuesta 1,94

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Monedas de un céntimo de euro
Monedas de un céntimo de euro.

Todos los que compren en Irlanda a partir de este miércoles podrán negociar con el vendedor el redondeo de los precios, al entrar en vigor una iniciativa del banco central de ese país con la que busca reducir la cantidad de monedas de 1 y 2 céntimos que están en circulación.

Así, según ha explicado el banco emisor, ese redondeo al alza o a la baja sólo podrá aplicarse a los pagos efectuados en metálico sobre una factura final, y no se podrá producir en cada artículo comprado por el consumidor. No se hará extensible a las transacciones efectuadas con tarjeta de crédito, cheques o transferencias electrónicas.

El instituto emisor irlandés ha explicado que una compra por importe de 10,21 euros o 10,22 euros se redondeará a 10,20 euros, mientras que otra de 10,23 y 10,24 euros alcanzaría los 10,25 euros, igual que se haría para importes como 10,26 y 10,27 euros.

Por su parte, el coste de una compra de 10,28 o 10,29 euros se redondearía a 10,30 euros.

Las autoridades monetarias irlandesas esperan ahora que con el redondeo se ponga fin a la "acumulación" en los hogares de las piezas comúnmente llamadas "cobres", que no obstante, continuarán en circulación.

Emitir una moneda de céntimo cuesta más que el valor que representa

El Banco Central de Irlanda prevé que los consumidores se acostumbren rápidamente a esta práctica voluntaria, que ya se ha probado con éxito en 2013 en el condado de Wexford, en el sureste del país y que, desde hace tiempo, se aplica en otros países de la zona euro, como Bélgica, Finlandia y Holanda, país donde calcularon que podrían ahorrarse 30 millones de euros anuales si no usaban esas monedas.

Fuera del euro, Dinamarca, Suecia y Hungría también lo aplican con sus piezas más pequeñas.

Desde la entrada en circulación del euro en enero de 2002, el Estado irlandés se ha gastado 37 millones de euros en la emisión de monedas de 1 y 2 céntimos, tres veces más que la media de la zona euro.

En los 19 países integrados en la eurozona hay en circulación 25 billones de estas piezas, cuya emisión ha costado más de 400 millones.

Según el banco central irlandés, "acuñar una moneda de 1 céntimo cuesta 1,65 céntimos, mientras que cada moneda de 2 céntimos cuesta 1,94 céntimos".

Por este motivo, en mayo de 2013, la Comisión Europea reabrió el debate sobre la retirada de estas monedas en una comunicación (documento no legislativo) donde analizaba su uso y el coste que asumen los países para producirlas. Así, proponía cuatro posibles escenarios: mantener las cosas como están; elaborar las monedas con otros materiales más baratos o aumentar la eficiencia de su producción; retirarlas de la circulación de forma rápida, y mantenerlas sólo para pagar cantidades redondas.

En Irlanda, según el banco central, desde 2002 y hasta el pasado 12 de junio, se habían puesto en circulación en Irlanda 2.454 millones de monedas de ambas denominaciones con un valor de 35,77 millones de euros.