Enlaces accesibilidad

Hungría propondrá a la UE dar 3.000 millones a los países vecinos de Siria para que se queden con los refugiados

  • Orban dice que allí están a salvo y Europa no está obligada a darles una vida mejor
  • Varias ciudades de Europa y España convocan este sábado manifestaciones

Por
Un niño sirio llega a la isla griega de Lesbos tras cruzar el Mediterráneo
Un niño sirio llega a la isla griega de Lesbos tras cruzar el Mediterráneo

El primer ministro húngaro, Viktor Orban, planteará a los socios de la Unión Europea que se conceda un paquete de ayuda de 3.000 millones de euros a los países vecinos de Siria para que sean ellos quienes se encarguen de los refugiados que de forma masiva llegan a Europa huyendo de la guerra.

"Tenemos un plan que voy a presentar a los jefes de la UE en nuestro el próximo encuentro", ha señalado el líder húngaro en una entrevista en el diario aleman Bild, una cita convocada para el próximo lunes. Orbán ha acusado a los líderes europeos de "no tener ni idea del peligro real" que supone la llegada masiva de solicitantes de asilo: "si dejamos entrar a todos, Europa se va a pique", ha dicho.

En Turquía, Líbano y Jordania, países a los que se dirigiría este apoyo económico, se han establecido la mayoría de los ciudadanos sirios que huyen de la guerra. Pero en las últimas semanas se ha incrementado el número de refugiados que tratan de cruzar a Europa, una travesía en la que muchos mueren.

El mayor desafío de la UE

La ola de inmigrantes es ahora, según Alemania, "el mayor desafío en la historia de la UE", y se han establecido cuotas obligatorias en el reparto de asilados que los países del este, entre los que se encuentra Hungría, rechazan.

"Si hace falta más dinero, aumentaremos la ayuda, hasta que el flujo de inmigrantes se agote", afirma Orban en la entrevista, en la que añade que este procedimiento terminaría con los debates sin fin sobre cuotas y cuestiones presupuestarias.

Para el líder ultraderechista, los refugiados que llegan hasta Europa no huyen de la guerra, sino de los campamentos de desplazados situados en los países fronterizos con Siria, por lo que ya están seguros cuando emprenden su camino a Europa.

"Vienen porque quieren una vida mejor que en un campo" de refugiados, critica Orban, que argumenta que "no existe un derecho fundamental a una vida mejor". Lo que protege la ley es "la seguridad y la dignidad humana" y eso, para el líder húngaro, ya está cubierto en los campamentos de desplazados de Jordania, Turquía y Líbano.

Para el mandatario, la foto de Aylan, el niño sirio muerto en una playa turca le conmocionó, pero señala que también pensó en los padres del pequeño, que "abandonaron un campo de refugiados seguro fuera de Libia, se pusieron en camino y pusieron en juego su vida y la de sus hijos".

Contrarreloj en la frontera húngara

El próximo martes, 15 de septiembre, entrará en vigor en Hungría el endurecimiento de la ley contra los inmigrantes, una norma que contempla penas de hasta cinco años de cárcel para quien cruce de forma ilegal la frontera o dañe la valla de cuatro metros que el país ha levantado a lo largo de 175 kilómetros en un tiempo récord en medio de la polémica.

Esto ha aumentado el flujo de inmigrantes en los últimos días. Las autoridades húngaras interceptaron este viernes a 3.023 refugiados que entraron en el país de una forma ilegal, mientras que en la estación de trenes Keleti de Budapest miles esperan poder subir a una tren que los lleve hasta la frontera con Austria, informa la televisión pública M1.

Orbán ha defendido la decisión de su país de levantar una alambrada en su frontera con Serbia para frenar las llegadas y aconseja a los refugiados emprender el camino de vuelta.

Mientras, en el resto de la UE, varias ciudades de Europa y España han convocado manifestaciones este sábado para apoyar a los refugiados que llegan en masa hasta el continente.

"Los Estados e instituciones europeos no están respondiendo de forma adecuada a la crisis humanitaria", según los convocantes (sindicatos, entidades políticas y sociales en España), que denuncian una "parálisis" e "incapacidad" para acoger a las personas que huyen de las zonas de conflicto y asegurarles los derechos humanos.