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Alemania presiona al bloque del Este ante la crisis migratoria: "Es el mayor desafío en la historia de la UE"

  • República Checa, Eslovaquia, Hungría y Polonia rechazan las cuotas obligatorias
  • Sólo este fin de semana, Alemania espera la llegada de otros 40.000 refugiados

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Una migrante da el pecho a su hijo rodeada de una pila de basura en un campo de refugiados en Roszke, Hungría
Una migrante da el pecho a su hijo rodeada de una pila de basura en un campo de refugiados en Roszke, Hungría

La actual crisis migratoria y de refugiados puede ser "el mayor desafío en la historia de la Unión Europea", ha dicho este viernes el ministro de Asuntos Exteriores de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, en Praga. El jefe de la diplomacia alemana ha afirmado: "Si estamos unidos en nuestra descripción de la situación, debemos estar unidos en comprender que esa situación no la puede manejar un solo país".

Steinmer ha pronunciado estas palabras tras una reunión con los ministros de Exteriores de República Checa, Eslovaquia, Hungría y Polonia, que rechazan la propuesta de Bruselas de redistribuir 120.000 refugiados entre los socios comunitarios. Una acción conjunta que pondrá a prueba la eficacia de la maquinaria europea, como ente político, más allá de la cooperación económica que sustentó su germen.

Entre cerrar las fronteras y "traicionar los valores", o permitir el acceso a todos y "perder aceptación de nuestra ciudadanía", el responsable alemán de Exteriores abogó por "acordar una solución europea".

Sólo este fin de semana, Alemania espera la llegada de otros 40.000 refugiados, según Steinmeier, y la previsión para todo el año es de 800.000 personas. "A pesar de la voluntad de la población alemana para aceptar a los refugiados, el peso es inmenso. Tal vez es el mayor desafío de la UE en su historia", ha señalado.

El miedo a los que llegan

Sin embargo, no es esta la visión compartida del problema y su ataque. A partir del 15 de septiembre, las nuevas leyes recién aprobadas en Hungría por el gobierno de Víktor Orban permitirán detener a los migrantes que crucen ilegalmente la frontera del país. "Considerando que nos estamos enfrentando a una rebelión de inmigrantes ilegales, la Policía ha hecho su trabajo de una manera destacable, sin usar la fuerza", ha declarado Orban tras reunirse con el líder del Partido Popular Europeo en la Eurocámara, Manfred Weber.

El premier húngaro ha denunciado que los inmigrantes y refugiados se han revelado contra las autoridades, tomando estaciones de tren y negándose a registrarse durante los últimos días. Más de 170.000 inmigrantes, en su mayoría refugiados que huyen de conflictos en Oriente Próximo, han entrado en Hungría en lo que va de año, según los registros oficiales, y antes de que acabe podrían llegar a 500.000 según ha señalado este viernes en Praga el ministro de Exteriores húngaro, Peter Szijjarto.

La sospecha de que entre los solicitantes de asilo se encuentren terroristas del Estado Islámico (EI) es otro de los argumentos que esgrimen los escépticos. "Claro que existe la posibilidad abstracta de que ocurra, pero no se ha comprobado en ningún caso", ha afirmado el portavoz del Ministerio del Interior alemán, Tobias Plate, después de que el diario Passauer Neue Presse informara de que las fuerzas de seguridad habían identificado a 29 combatientes del EI entre los solicitantes de asilo.

Para la primera ministra polaca Ewa Kopacz "aceptar migrantes que escapan para salvar sus vidas es nuestro deber", ha expresado frente a sus colegas europeos, pero ha delimitado la obligación con otra frase que remite a su escepticismo inicial ante el reparto diseñado por la Comisión: "Una solidaridad responsable".

El primer ministro de República Checa, Bohuslav Sobotka también insistió esta semana en que no es partidario de la imposición de cuotas obligatorias para repartir a estos inmigrantes, respaldando, en cambio, el plan de la Comisión para tratar de frenar el flujo de refugiados con un enfoque a largo plazo.

Reparto solidario, reparto controlado

Entre los aspectos en los que hubo acuerdo en Praga están "construir caminos efectivos de redistribución y devolución de emigrantes" e involucrar también a países terceros, que son "destinos seguros" para los refugiados, explicó el jefe de la diplomacia alemana.

El representante alemán considera que los 1.500 millones de euros que la Comisión europea ha propuesto para afrontar esta crisis de migración, sobre todo creando en las fronteras comunitarias centros de acogida, registro y devolución ("hotspots"), "no será suficiente".

Steinmeier ha valorado asimismo negativamente el principio de "cuotas voluntarias" de redistribución de refugiados, ya que en su opinión "esto no ayuda en nuestra situación y aumentará los refugiados hacia Alemania".

Esa podría ser una de las fórmulas que presente Luxemburgo, que ostenta la presidencia de turno de la UE, en la reunión de ministros de Interior del lunes en Bruselas. "Es necesario un mecanismo justo de distribución, para los que están llegando ahora", ha apostillado el político alemán.

Mientras tanto, los cuatro socios europeos integrados en el Grupo de Visegrado (República Checa, Eslovaquia, Hungría y Polonia), se han mantenido en sus trece en su rechazo de plano de las cuotas obligatorias. "Lo principal no son las cuotas, que no es el punto que nos salva", ha dicho el anfitrión de la reunión, el checo Lubomir Zaoralek. "Es preciso mantener el control, según la capacidad que tengamos de acoger, y ofrecer la integración", ha añadido el socialdemócrata checo.