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Amnistía Internacional denuncia la desaparición de más de 600 personas en Libia en el último año

  • Los secuestros y las torturas se realizan en "una atmósfera de impunidad"
  • Entre los secuestrados hay activistas, cargos públicos y otros civiles
  • AI llama a todas las partes implicadas a investigar y condenar estos crímenes

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Imagen de la manifestación a favor de la liberación de varios secuestrados en Libia.
Imagen de la manifestación a favor de la liberación de varios secuestrados en Libia.

La organización en defensa de los derechos humanos Amnistía Internacional ha denunciado este martes la desaparición de más de 600 personas desde 2014 en Libia, según datos de la Sociedad Palestina de la Media Luna Roja. Algo que se ha convertido, según la organización, en una epidemia constante que ha pasado a formar parte de la vida cotidiana del país.

La disolución de la autoridad central, la ausencia de fuerzas encargadas de hacer cumplir la ley y la falta de un sistema de justicia efectivo en Libia son, a juicio de la organización, los ingredientes que han propiciado "una atmósfera de impunidad generalizada" que ha permitido que los autores de tales secuestros eludan el procesamiento y la rendición de cuentas.

Por este motivo, Amnistía ha hecho un llamamiento a los grupos armados para que rompan esta dinámica y la condenen públicamente; ha instado a la comunidad internacional a incrementar su apoyo a la Corte Penal Internacional para que investigue los crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad cometidos en Libia que, hasta la fecha, no se han indagado; y ha pedido la colaboración de toda la sociedad civil para que se manifieste en contra de estos secuestros y exiga la liberación de las personas retenidas.

Desaparecidos de la faz de la Tierra

El informe "Desaparecidos de la faz de la Tierrra: civiles secuestrados en Siria", que se ha presentado este martes, revela que entre los secuestrados hay activistas, cargos públicos y otros civiles que han sido privados de su libertado debido a su filiación política o en relación con su trabajo.

Entre ellos está Abdel Moez Banoun, bloguero y activista de derechos políticos que lleva más de 300 días en paradero desconocido y fue secuestrado después de que denunciara públicamente la presencia de milicias en Trípoli y organizara protestas en torno a este asunto.

Otros casos notorios son los del fiscal Nasser al Jaroushi, que fue secuestrado tras investigar el asesinato de la activista de derechos humanos Salwa Bugaighis y las actividades de bandas de traficantes de drogas, y el de Mohamed al Tahrir Aziz, Mohamed al Munsaf al Shalali y Waleed Ramadan Shalhoub, trabajadores de ayuda humanitaria, que también fueron secuestrados el 5 de junio cuando se dirigían a varias localidades afectadas por los combates en el suroeste de Libia para entregar provisiones.

Otras personas expuestas a los secuestros son los trabajadores migrantes y el personal de los consulados extranjeros y los miembros de la comunidad tawargha desplazados de su localidad natal en 2011. Cuatro ciudadanos italianos, trabajadores de una empresa de construcción, fueron secuestrados hace menos de 20 días en el país y otros diez diplomáticos tunecinos furon raptados por un grupo armado en el consulado de ese país en Trípoli en junio.

Secuestros a capricho y tortura sistemática

“La población civil de Libia vive en el filo de la navaja. Los secuestros sistemáticos agravan el caos y el desgobierno generalizados mientras los grupos armados endurecen su férreo control del país”, ha afirmado el director en funciones del Programa de Amnistía Internacional para Oriente Medio y Norte de África, Said Boumedouha, que ha recordado que tomar rehenes entre la población civil está prohibido por el derecho internacional humanitario y, durante un conflicto, constituye un crimen de guerra.

Según AI cientos de estos civiles han sido secuestrados a capricho, simplemente por el lugar del que provienen, o por sospecharse su apoyo a un grupo político rival. "En muchos casos los mantienen cautivos como rehenes para forzar a un grupo armado a hacer un canje de prisioneros o a la familia a pagar un rescate" ha matizado Boumedouha.

La organización señala además que las personas secuestradas por los grupos armados son sometidas sistemáticamente a tortura u otros malos tratos. "A muchos los golpean, los amenazan de muerte, los mantienen varios días con los ojos vendados, los insultan y a menudo los torturan con descargas eléctricas o posturas dolorosas", explica el documento que concluye que varios han muerto tras sufrir estas atrocidades.

Cuatro años después del alzamiento que acabó con el régimen dictatorial de Muamar al Gadafi, Libia es víctima del caos y la guerra civil mientras que la amenaza de los grupos yihadistas afines a la organización terrorista Estado Islámico (EI) crece y se afianza.

Desde su comienzo en 2011, el conflicto en Libia ha tenido un considerable impacto en la vida de los civiles, con desplazamientos, interrupción de los servicios básicos y escasez de suministros sanitarios que ha llevado a organismos como la Comisión Europea a movilizar 8,76 millones de euros, seis de ellos este lunes, en concepto de ayuda humanitaria.