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Un informe encargado por Bankia achaca el deterioro de la entidad tras salir a Bolsa a la segunda recesión no prevista

  • La mayoría de organismos incurrió en un error de estimación de unos tres puntos
  • El repunte del paro provocó que la morosidad y los créditos dudosos se dispararan
  • Hubo una aceleración del ajuste en el mercado inmobiliario superior a la prevista

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El expresidente de Bankia Rodrigo Rato el día de su salida a Bolsa en julio de 2011
El expresidente de Bankia Rodrigo Rato el día de su salida a Bolsa en julio de 2011

El deterioro de Bankia en los meses posteriores a su salida a Bolsa en julio de 2011 y que derivó en la nacionalización de la entidad a mediados de 2012 fue consecuencia de la inesperada segunda recesión de la economía española, según aseguran los catedráticos Santiago Carbó y Francisco Rodríguez Fernández.

Así lo reflejan en un informe pericial entregado en la Audiencia Nacional en el marco del caso Bankia. El documento, al que ha tenido acceso Europa Press, contrasta con el de los peritos judiciales Víctor Sánchez Nogueras y Antonio Busquets, quienes aseguraron ante el juez Fernando Andreu no considerar determinante para el deterioro de Bankia la evolución macroeconómica de España en esos años.

Ahora bien, Carbó y Rodríguez Fernández explican a lo largo de un análisis de cerca de 130 páginas que ni instituciones públicas como el FMI, el BCE, la OCDE, el Banco de España, la oficina estadística europea Eurostat o el Instituto Nacional de Estadística ni las privadas, caso de las agencias de rating, esperaban en julio de 2011 que España caería en una segunda recesión.

"La evolución del entorno económico después de la salida a Bolsa de Bankia puede explicar el deterioro sobrevenido de sus activos y de su balance desde julio de 2011, con respecto a la información financiera incorporada al folleto de emisión de la oferta pública de suscripción", concluyen los expertos.

En concreto, las instituciones internacionales preveían en el momento de su salida a Bolsa un crecimiento del PIB de entre el 1,5% y el 1,7% en 2012, mientras que las previsiones de los organismos privados oscilaban entre el 1,3% y el 1,9%, cuando realmente descendió un 1,6%.

"No fue hasta los primeros meses de 2012 cuando se comenzaron a ofrecer previsiones de caída del PIB en ese año y su magnitud no fue realmente aproximada a la realidad hasta la primavera de ese año", afirman, y añaden que la mayoría de los institutos de previsión incurrió en un error de estimación de unos tres puntos porcentuales.

La "sorpresa" de la evolución económica en España fue de tal calibre para todos, insisten los expertos, que hasta el BCE adoptó en la primera mitad de 2011 dos subidas de tipos de interés, "más coherentes con un entorno de recuperación económica que de recesión". "Los tipos tuvieron finalmente que bajar para estimular la economía en 2012. Otro signo claro de la imprevisibilidad de la situación", apostillan.

Aceleración del ajuste en el mercado inmobiliario

La caída del PIB, que estuvo motivada en parte por factores exógenos como el agravamiento de la crisis griega, estuvo acompañada de una "intensa destrucción de empleo", ya que a final de 2012 se rozaron los seis millones de parados.

Este repunte del paro provocó que la morosidad y el volumen de créditos dudosos se disparara, al tiempo que la calidad de la demanda de crédito se resintió. En concreto, en el año previo a la salida a Bolsa de Bankia, la tasa de morosidad creció en 1,45 puntos, al pasar del 5,48% de julio de 2010 al 6,93% de julio de 2011, mientras que subió más del doble entre julio de 2011 y de 2012, hasta el 10,09%.

Carbó y Rodríguez Fernández apuntan a que a esta situación además se sumó la aceleración del ajuste en el mercado inmobiliario "en una magnitud superior a la prevista" y el cierre del acceso a los mercados por la crisis de deuda soberana. "La aceleración del ajuste del mercado inmobiliario tuvo un papel destacado en el efecto negativo de la macroeconomía sobre el sector bancario", indican.

Los expertos subrayan que "el deterioro de los activos, rentabilidad y solvencia de Bankia se resintió de forma algo más importante que el del sector en la segunda mitad de 2011 y en 2012 por su nivel de especialización en activos vinculados al sector inmobiliario, cuya pérdida de valor se aceleró con el cambio inesperado en la macroeconomía".

Además, pone el foco en cómo la bajada del rating soberano del Reino de España tuvo "significativas" consecuencias sobre la calificación crediticia de los bancos españoles y, en particular, de Bankia.