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Mueren un casco azul y dos civiles en un ataque en el norte de Mali

  • Un grupo desconocido ha lanzado cohetes contra la base de la ONU en Kidal
  • La víspera murieron cinco personas, incluidos dos europeos, en un atentado en Bamako

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Un agente vigila la zona del ataque registrado la noche del viernes al sábado en Bamako.
Un agente vigila la zona del ataque registrado la noche del viernes al sábado en Bamako.

Un casco azul de la Misión de la ONU en Mali (Minusma) y dos civiles han muerto en un ataque con cohetes en la ciudad de Kidal, en el norte del país, según han informado fuentes de Naciones Unidas y responsables locales.

Este ataque se registra solo un día después del atentado contra un restaurante de Bamako, el primero con víctimas occidentales en la capital del país desde que el país se sumió en la inestabilidad en 2012.

En una nota recogida por AFP, las fuerzas de la ONU lideradas por Francia indican que este domingo por la mañana una treintena de proyectiles de gran calibre han caído en su base de Kidal. El soldado muerto es de nacionalidad chadiana.

Otra fuente de seguridad en el seno de la Minusma citada por la agencia ha indicado que varios cohetes han caído en un campamento situado a tres kilómetros del acuartalemiento y que han muerto dos civiles de la tribu árabe de los Kuntas. Además hay varios heridos.

Tras el ataque, cuya autoría se desconoce, la misión de Naciones Unidas se puso en alerta máxima. Además, las autoridades locales desplegaron aviones y reforzaron las medidas de seguridad en la ciudad que acogerá esta semana una reunión entre los independentistas tuareg para decidir sobre el acuerdo preliminar de paz alcanzado en Argel, recuerda Efe.

Multitud de grupos armados

La Coordinadora de Movimientos del Azawad (MLA), que reúne a los grupos de oposición del norte, manifestó anteriormente sus reservas sobre este acuerdo y pidió tiempo para consensuarlo con la población, añade la misma agencia.

La Minusma tiene unos 9.300 efectivos desplegados en el norte y el este de Mali, en la llamada Franja del Azawad, donde grupos yihadistas aislados, además de movimientos tuareg rebeldes, atacan con frecuencia al Ejército maliense, a la misión de la ONU y a grupos rivales.

El sábado, el grupo yihadista Al Murabitún reivindicó el ataque de la anterior madrugada contra un céntrico restaurante en la capital Bamako, muy frecuentado por europeos, que causó cinco muertos, dos de ellos europeos, además de una decena de heridos.

El Azawad

El Azawad es una enorme porción del territorio maliense de paisaje típicamente saheliano, con muy poca vegetación, donde la población tradicionalmente ha sido nómada tuareg o árabe, aunque en las ciudades (sobre todo Gao y Tombuctú) hay también mucha población negra.

Los tuaregs, que históricamente han tenido una relación de amo a esclavo con la población negra, mantienen una relación conflictiva con el gobierno central de Bamako (dominado por la mayoría negra) prácticamente desde la independencia del país de la metrópoli francesa, en 1960.

Basculando entre el separatismo y las demandas nunca satisfechas de autonomía, los tuaregs dieron un paso considerado fatal en abril de 2012, cuando el MNLA declaró unilateralmente la independencia del Azawad tras un golpe de estado militar en Bamako.

Aquella declaración de independencia abrió la caja de los truenos, porque afluyeron al Azawad grupos yihadistas bien armados con los arsenales robados del extinto régimen de la vecina Libia y pronto se hicieron con el control del Azawad, barriendo a los tuaregs, hasta que una operación militar liderada por Francia con el nombre de Serval derrotó a los yihadistas en enero de 2013.

Como parece cada vez más evidente, los yihadistas no fueron exactamente derrotados, como se contó entonces, sino que se limitaron a replegarse a zonas montañosas, donde de vez en cuando atacan al ejército maliense o a la Minusma, la fuerza de paz creada en abril de 2013 para aportar estabilización en el Azawad.

Los observadores en Mali dudan de que esta estabilización pueda llegar mientras los numerosos grupos tuaregs no sean desarmados, pero el gobierno central no parece dispuesto a hacerlo tanto por incapacidad como por miedo al irredentismo tuareg.

Se cree que entre los separatistas tuaregs, tanto del MNLA como del Movimiento Árabe del Azawad hay infiltrados elementos yihadistas (de hecho, combatieron juntos en 2012 y 2013), que podrían explicar la aparición de terroristas suicidas en Tabankort, un fenómeno ajeno a la cultura de los tuaregs.

Incapaz de derrotar a un enemigo de gran movilidad y con cierto apoyo entre la población tuareg, el gobierno de Bamako parece cada vez más decidido a apoyarse en tuaregs aliados, o dicho de otro modo: se ha valido de una "casta inferior" de tuaregs para crear los Grupos de Autodefensa Tuareg conocidos como Gatia, que son los principales rivales de los separatistas.

Gatia y MNLA, cada uno con sus grupos satélites aliados (pero tal vez mañana enemigos) se han disputado en las últimas semanas el mapa de Mali pueblo a pueblo, tratando de ganar posiciones como en un tablero de cara a las negociaciones de Argel, mientras el ejército maliense asiste impotente a sus combates y en más de una ocasión abandona sus cuarteles con las armas dentro.

Fuente: EFE