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Juncker recaba el apoyo de los populares, mientras que socialistas y liberales están divididos

  • Los eurodiputados votarán el 15 de julio al nuevo presidente de la CE
  • Arias Cañete podría tener una cartera de peso en la nueva legislatura
  • El Frente Nacional Francés de Marine Le Pen y el UKIP votarán en contra

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Jean-Claude Juncker llega a la reunión del PP europeo en Kortrij, previa a la cumbre europea.
Jean-Claude Juncker llega a la reunión del PP europeo en Kortrij, previa a la cumbre europea.

El candidato elegido por el Consejo Europeo, Jean-Claude Juncker, ha recabado el apoyo total de los populares en su primera ronda de contactos. El Partido Popular Europeo (PPE), con 221 diputados en la Eurocámara, dará luz verde a que se convierta en presidente de la Comisión Europea (CE) el próximo 15 de julio.

Los líderes comunitarios se reunirán en Bruselas tan solo un día después para completar el reparto de altos cargos. Juncker necesita 376 votos a favor de los 751 escaños de la Eurocámara, un número que, según fuentes parlamentarias, aseguran conseguirá sin cosechar un buen resultado.

Los socialdemócratas (S&D) cuentan con 191 diputados, y los liberales con 68. Entre los tres grupos parlamentarios suman un total de 480, aunque no todos los diputados de estos dos últimos van a apoyar al candidato electo.

Sin consenso socialdemócrata

Se prevé que, entre socialdemócratas y liberales, algunas nacionalidades se desmarquen y voten por libre. Precisamente, son estas dos formaciones las que habían decidido votar en las elecciones europeas de mayo a favor del candidato del grupo político que lograra reunir más escaños.

Sin embargo, hay delegaciones nacionales que han pensado en saltarse la disciplina de voto por no pagar el precio político de respaldar a Juncker ante la opinión política de su país durante la campaña electoral.

Otras representaciones socialdemócratas europeas, por su parte, han manifestado que sí le respaldarán, puesto que Juncker ha prometido, según miembros de estos mismos partidos, que el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios será de esa formación política.

Ello facilitaría acceder al puesto al socialista y exministro de Finanzas francés Pierre Moscovici o al laborista holandés Jeroen Dijsselbloem, actual presidente del Eurogrupo.

Para la Alianza de los Liberales y Socialdemócratas Europeos (ALDE), la no negociación con el Reino Unido es una línea roja de cara a que el primer ministro británico, David Cameron, pueda optar a una Unión Europea (UE) "a la carta".

Asimismo, los liberales piden a Juncker que inste a los Estados a postular a más mujeres como comisarias, de modo que haya más de las nueve que tiene actualmente el Ejecutivo de José Manuel Durão Barroso.

La oposición de Juncker

Aunque el presidente del PPE, Joseph Daul, se mostró este martes seguro de que Juncker obtendrá un "amplio apoyo en la Eurocámara", lo cierto es que los euroescépticos se manifestarán en contra.

Tanto el grupo de Conservadores y Reformistas (ECR) y de la Europa de las Libertades y la Democracia Directa (EFDD), que lidera Nigel Farage (UKIP), como la veintena de eurodiputados de Marine Le Pen (Frente Nacional francés), votará en contra del político luxemburgués desde los escaños de los No Inscritos.

El papel de España

En clave nacional, se aspira a una cartera de peso dentro del ámbito económico para Miguel Arias Cañete. El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, indicó además en la pasada cumbre europea que le gustaría que su ministro de Economía, Luis de Guindos, "tuviera responsabilidades importantes", aunque le pareció prematuro hablar de la posibilidad de que encabece el Eurogrupo.

Al igual que el grupo laborista, la delegación española socialdemócrata ha anunciado que no apoyará a Juncker. Los grupos de la izquierda de la Eurocámara (como la Izquierda Unitaria Europea y los Verdes) consideran al expresidente del Eurogrupo uno de los responsables de la gestión de la crisis y su fractura social en el sur de Europa.

Tampoco está claro el apoyo dentro de ALDE, en lo que coincide con la delegación francesa, que siguen negociando con Juncker algunos compromisos antes de decidirse a dar el sí.