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El primer ministro ucraniano tiende la mano a los prorrusos en Donetsk y calma los ánimos

  • Vencido el ultimátum, el Gobierno negocia y la policía no interviene
  • Lavrov dice que los sentimientos antirrusos amenazan Europa

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El primer ministro ucraniano tiende la mano a los prorrusos en Donetsk y calma los ánimos

El primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk, y varios miembros de su Gobierno, han visitado Donetsk donde han hecho promesas de diálogo para desactivar la crisis causada por la revuelta de los rusohablantes en las regiones surorientales del país.

Vencido el ultimátum del ministro del Interior, Arsén Avákov, que dio 48 horas a los prorrusos para que desalojaran las dos sedes gubernamentales que ocupan desde hace cinco días en las ciudades de Lugansk y Donetsk, Kiev ha renunciado al discurso de amenazas que no ha hecho más que caldear los ánimos en el sureste ucraniano.

"Sólo existe una salida, y es pacífica. Hay que hacer todo lo posible para que estas personas entreguen las armas y abandonen los edificios que han tomado ilegalmente, que no se dediquen a la actividad terrorista y que no pongan en peligro la seguridad de la gente", ha dicho Yatseniuk a la televisión nacional ucraniana.

Frente a la sede del Gobierno regional de Donetsk, uno de los edificios ocupados por los activistas prorrusos más radicales, cientos de ciudadanos resisten el gélido viento que sopla desde la estepa pero sin temor a que intervenga la policía.

Protección del idioma ruso

Critican al jefe del Gobierno ucraniano que no quisiera dar la cara ante ellos y subir al escenario como tantas veces hizo en el Maidán, como se conoce la Plaza de la Independencia de Kiev, corazón de la protesta popular que destituyó al presidente Víktor Yanukóvich.

"En Kiev subía todos los días al escenario a echar pestes sobre Yanukóvich, para exigirle que saliera a hablar con la gente, pero aquí prefiere verse con los suyos, con los que nos mandan desde Kiev", ha afirmado Vladímir, camionero desempleado.

El primer ministro sí se ha reunido con políticos e importantes empresarios de Donetsk, Lugansk y Járkov, las tres regiones surorientales más sensibles a los aires nacionalistas que soplan aparentemente desde Kiev.

Les ha asegurado que el ruso, idioma mayoritario en esta zona del país, no perderá su estatus de lengua oficial regional a pesar de la decisión tomada por el Parlamento un día después del derrocamiento de Yanukóvich.

Entonces, tras tres meses de revuelta popular en Kiev, los diputados anularon la ley de 2012 que permitía la coexistencia del ruso con el ucraniano como lenguas oficiales en las regiones rusohablantes, aunque el presidente interino de Ucrania, Alexandr Turchínov, se negó a promulgar la nueva norma.

La tensión se reduce

No ha podido evitar, sin embargo, el malestar en todo el sureste ucraniano y en otras zonas del país, como Odessa, donde el ruso predomina sobre el ucraniano.

En cualquier caso, son muchos en Donetsk y Lugansk los que no se conforman con el actual estatus del idioma ruso, incluso reconocido como lengua regional.

"En mi ciudad, de unos 70.000 habitantes, sólo hay dos colegios donde todas las clases se imparten en ruso. Y eso que absolutamente todos somos rusohablantes. Otros veinte colegios, entre ellos al que va mi hija, dan clases en ucraniano", se queja Elena, que ha venido desde Torez, a unos 60 kilómetros de Donetsk.

Los hombres y mujeres que se concentran en el centro de Donetsk ya no esperan el asalto de las policía, pero refuerzan las barricadas que han levantado alrededor del edificio con alambre de espino y mantienen toda la desconfianza hacia los periodistas y también hacia el Gobierno central.

Lavrov: La estabilidad de Europa, amenazada

Desde Moscú, el ministro de Exteriores de Rusia ha vuelto a ofrecer negociación para desactivar la crisis internacional, pero ha exigido garantías legales de una futura neutralidad de Ucrania, y de que este país no se integrará en la OTAN.

Según Lavrov, la estabilidad de Europa está amenazada por el aumento de sentimientos antirrusos. "Actualmente, la incitación de sentimientos antirusos sobre el fondo del aumento del racismo y la xenofobia en varios países de la Unión Europea, el aumento de los grupos ultranacionalistas y la complacencia con el neonazismo, en Ucrania y otros lugares, amenaza de manera evidente la estabilidad europea", ha declarado el ministro, citado por la agencia Ria Novosti.

Negociaciones sobre el gas

Por otra parte, este viernes el Comisario de Energía de la UE, Guenther Oettinger, ha revelado que está trabajando en un plan para ayudar a Ucrania a pagar algunas de las facturas del gas que compra a Rusia, y que ha subido un 80% desde la caída del gobierno de Víktor Yanukóvich.

"Estamos en estrecho contacto con Ucrania y su compañía de gas para asegurarnos de que puede seguir pagando y que las deudas que tiene con [la compañía rusa] Gazprom no aumentan más", ha declarado Oettinger a la radio pública austríaca.

La solución estaría dentro del paquete de ayuda económica que han ofrecido a Ucrania, a cambio de importantes recortes, el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y la UE.

"No hay razón para tener pánico", ha dicho Oettinger, en referencia a una posible restricción de gas, que afectaría a Europa occidental.

El presidente ruso, Vladímir Putin, advirtió este jueves de que Moscú podría interrumpir el suministro de gas a Europa (que depende en un 30% del gas ruso) si el Kremlin toma la decisión de cerrar el grifo a Ucrania.