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Outernet, una especie de Internet vía WiFi desde el espacio

  • Busca llegar a países en los que la censura impide el acceso a Internet
  • Usará una constelación de satélites de bajo coste
  • Pretenden comenzar su despliegue en julio de 2015

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Lanzamiento de dos Cubesats de 30x10x10 centímetros desde la Estación Espacial Internacional
Lanzamiento de dos Cubesats de 30x10x10 centímetros desde la Estación Espacial Internacional

Ofrecer Internet vía satélite a lugares a los que no llegan las líneas de comunicación habituales no es una idea nueva, pero hasta ahora es una solución cara y que en muchos casos tampoco asegura una gran velocidad.

Claro que si la iniciativa conocida como Outernet se sale con la suya, en unos años podríamos ver cómo ciertos contenidos de Internet llegan a cualquier lugar del mundo gratis y desde el espacio.

La idea es utilizar para esto una constelación de CubeSats, satélites en miniatura de un coste muy inferior al de los satélites de telecomunicaciones habituales que desde una órbita baja emitirían vía radio para cualquier dispositivo con WiFi.

En una primera fase del proyecto la retransmisión sería unidireccional, de tal forma que quienes accedan a Outernet solo recibirían información, aunque según cuentan los responsables del proyecto, su plan a más largo plazo es ofrecer comunicaciones en los dos sentidos.

Prevén que Outernet empiece a desplegarse en julio de 2015

Los tiempos que manejan son extremadamente ambiciosos, con la producción de los primeros prototipos programada para junio de 2014, las primeras pruebas en vuelo, para lo que pedirían tiempo a la NASA en la Estación Espacial Internacional, en septiembre de este mismo año, los primeros lanzamientos en enero de 2015, y el arranque del despliegue de Outernet en julio de 2015.

¿Y la financiación?

Lo malo es que probablemente el proyecto se quede en nada, ya que Media Development Investment Fund, la organización sin ánimo de lucro que apoya al proyecto, busca financiarse mediante donativos para reunir las decenas de millones de dólares que calculan que costará.

Parece cuando menos complicado, en especial cuando quien más se podría beneficiar de un sistema como este probablemente esté en un país desde el que no pueda hacer esos donativos aunque quisiera.

Por no hablar de que mantener Outernet en funcionamiento tendría unos costes que habría que seguir sufragando año a año.

Y todo esto sin entrar en quién decide qué contenidos estarían disponibles en ella, en qué idioma, etc., amén de los problemas técnicos que se puedan encontrar, ya que aunque en efecto van a emplear tecnologías que ya están en uso, ponerlas a funcionar en el modo que ellos quieren probablemente será más complicado de lo que esperan.