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Asad borra la transición de la reunión de Ginebra II: "La prioridad es discutir sobre terrorismo"

  • El presidente sirio concede una entrevista en exclusiva a France Presse
  • Asegura que es "probable" que se presente a las próximas elecciones
  • No está dispuesto a confiar el próximo gobierno a un miembro de la oposición

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El presidente sirio, Bachar al Asad, durante una entrevista con la agencia France Presse en su palacio presidencial de Damasco.
El presidente sirio, Bachar al Asad, durante una entrevista con la agencia France Presse en su palacio presidencial de Damasco.

El presidente sirio, Bachar al Asad, ha afirmado que es más que "probable" que se presente como candidato a un nuevo mandato y ha rechazado confiar el próximo gobierno a un miembro de la oposición. A dos días de la conferencia de Ginebra II, donde se busca alcanzar un acuerdo político que ponga fin a tres años de guerra, el líder sirio no parece dejar ningún resquicio a que el diálogo de paz triunfe.

En una entrevista en exclusiva a la agencia France Presse desde su palacio en Damasco, Asad ha asegurado que la guerra contra los rebeldes es a largo plazo, pero ha advertido que "si Siria pierde la batalla, el caos se extenderá por todo Oriente Medio".

Asad ha asegurado que el Estado sirio no ha cometido "ninguna masacre" desde el comienzo de la guerra y ha acusado a los rebeldes de perpetrar matanzas contra los civiles "en todas partes".

"El Estado sirio defiende siempre a los civiles. Las secuencias de vídeo y de fotos confirman que son los terroristas quienes cometen las masacres. Pero no hay ningún documento que pruebe que el Gobierno sirio las haya cometido desde el comienzo de la crisis hasta ahora", ha declarado, al tiempo que ha perseverado en su intención de permanecer en el poder.

"Yo creo que nada me impide ser candidato (...) y si el público quiere, no dudaré un segundo en hacerlo. Podemos decir que tengo grandes posibilidades de presentarme", ha reiterad Asad, mientras la oposición exige como condición para negociar la paz que el presidente esté fuera de la transición política.

La conferencia internacional sobre Siria, que debe reunir por primera vez al régimen y a la oposición, debería empezar el próximo miércoles en Montreux, Suiza. Sin embargo, la postura de Asad y la invitación al Gobierno iraní -el mayor aliado de Damasco- para que participe en las conversaciones podría provocar que la oposición siria abandone el diálogo.

La oposición, "un producto de agentes extranjeros"

El suntuoso palacio en el que Asad recibe a la agencia France Presse se alza sobre una colina que domina la capital. El mandatario lleva un traje azul marino y aparece relajado y sonriente. Dice que ni trabaja ni vive allí, que prefiere su oficina y su apartamento en el centro de la ciudad, donde reside junto a su mujer y sus tres hijos.

Pese a la guerra asola el país -hay más de 130.000 muertos y tres millones de refugiados- asegura que nunca ha pensado en el exilio. que vive en Damasco con su esposa y tres hijos, nunca ha pensado en el exilio.  "Escapar no es una opción en estos casos.  Tengo que estar a la vanguardia de los defensores de la patria", responde.

Asad, de 48 años, llegó al poder tras la muerte de su padre Hafez al Asad, que gobernó el país durante casi 30 años. Elegido como jefe de Estado en un referéndum en julio de 2000, revalidó su mandato en 2007. Las próximas elecciones están previstas para junio de 2014.

El presidente sirio ha negado cualquier representatividad a la oposición ya que, en su opinión, ha sido "fabricada" por los servicios de inteligencia extranjeros.

"Todo el mundo sabe ahora que algunos partidos de la oposición han surgido durante la crisis a través de los servicios de inteligencia extranjeros, ya sea en Catar, Arabia Saudí, Francia, Estados Unidos u otros países. Cuando me siento con estas personas, significa que negociar con estos países", ha dicho.

"Llegan a la frontera para estar media hora antes de emprender la huida. ¿Cómo pueden convertirse entonces en miembros del Gobierno? ¿Puede un ministro ejercer sus funciones desde el exterior? Estas ideas no son realistas y se pueden considerar como una broma", ha manifestado Asad.

"La victoria no es inminente"

Asad afirma que su ejército había hecho "progresos en la lucha contra el terrorismo, pero eso no significa que la victoria sea inminente. Esa batalla es complicado, no es fácil y requiere mucho tiempo".

Sin embargo, "a la hora de defender el país, solo hay una alternativa, que es ganar", ha insistido el presidente, que nunca ha reconocido la existencia de una protesta contra su régimen.

La revuelta pacífica que comenzó hace tres años se convirtió en una guerra civil entre el régimen y los rebeldes, y ahora ha dado paso a una nueva fase por los combates entre los rebeldes y yihadistas, anteriormente aliados en la lucha contra Asad y hoy rivales en la lucha por el poder.

"No es una revuelta popular contra un régimen que oprime a su pueblo, o una revolución por la democracia y la libertad, como los medios de comunicación occidentales han tratado de presentar las cosas", indica. "Una revolución popular no puede durar tres años y una revolución no puede responder a agendas externas".

Asad ha rechazado cualquier distinción entre rebeldes y yihadistas: "Nosotros nos enfrentamos a un solo bando, a organizaciones terroristas extremistas, independientemente de las designaciones de los medios de comunicación occidentales", afirma. Y dice que la primera prioridad de Ginebra II debe ser la lucha contra el terrorismo.

"Esto sería el resultado más importante. Cualquier resultado político que no incluya la lucha contra el terrorismo no tendrá ningún valor", advierte, tratando así de ganarse el respaldo de las potencias occidentales a su casa.

La pasada semana, el viceministro de Exteriores reveló que servicios de inteligencia extranjeros, entre ellos España, han mantenido contactos con Damasco para cooperar en materia de seguridad ante el avance yihadista,  algo que en el práctica supone reconocer a Asad como un interlocutor legítimo en el conflicto.

La conferencia de Ginebra II -promovida por EE.UU. y Rusia- insta a la ejecución de un acuerdo alcanzado en Ginebra en 2012, que prevé un gobierno de transición con plenos poderes, pero no menciona el destino de Asad.