Enlaces accesibilidad

Los 'versos sueltos' de Berlusconi, ante la encrucijada de salvar el Gobierno italiano

  • Letta confía en los desertores del PDL para ganar el voto de confianza
  • Algunos ministros se desmarcan de la postura radical de Il Cavaliere
  • Berlusconi pide unidad a los suyos: "La ropa sucia se lava en casa"

Por
Italia, ante una nueva crisis de Gobierno

Las filas de Silvio Berlusconi han entonado una fractura ma non troppo que mantendrá en vilo a Italia hasta el jueves. El ánimo dentro del partido de Il Cavaliere lo resume casi sin querer la frase que Angelino Alfano tuiteó este domingo: "Diversamente Berlusconiano".  Algo así como que el partido desaprueba el jaque de su líder al Gobierno pero acata sus órdenes. Hasta ahora.

El último embate político de Silvio Berlusconi no solo ha provocado la enésima crisis de gobierno en Italia, ha azuzado la presión de los mercados y ha puesto en alerta a los eslabones más débiles de la Unión Europea, también amenaza con provocar un cisma en el partido de Il Cavaliere. Su maniobra de hacer caer el Gobierno para evitar que el Senado decida este viernes su inhabilitación política y lo deje a merced de la justicia ha ido, para algunos, demasiado lejos. 

El hombre que un día unió al centroderecha italiano, hoy se halla cuestionado. Los cinco ministros del conservador partido Pueblo de la Libertad han formalizado esta mañana su dimisión "irrevocable" del Ejecutivo de coalición que preside el socialdemócrata Enrico Letta, tras el anuncio hecho el pasado sábado.  Pero a regañadientes. Pese a cumplir con su jefe, cuatro de ellos se han desmarcado, e incluso dos, los titulares de Sanidad,  Beatrice Lorenzin, y Reformas Institucionales, Gaetano Quagliariello, han anunciado que no seguirán en Forza Italia, el nuevo viejo partido que quiere recuperar el tres veces primer ministro italiano.

La división en el PDL entre los llamados "halcones" y las "palomas", es decir, radicales y moderados, es evidente. Soprende, sobre todo, el distanciamiento de Angelino Alfano, el delfín de Il Cavaliere y quien un día dio nombre a la ley de inmunidad que ha blindado a Berlusconi de sus numerosos causas judiciales.

Tensiones entre berlusconianos

“Soy berlusconiano y leal. Pero la lealtad me impone decir que no pueden prevalecer posiciones extremistas ajenas a nuestra historia, a nuestros valores y al sentir común de nuestro pueblo. Si prevalecen estas posturas, el sueño de una nueva Forza Italia no se realizará", escribió en su perfil de Facebook el hasta ahora viceprimer ministro y secretario político del PDL.

Apenas horas después y tras un duro artículo de Il Giornale, en el que su director alertaba de que Berlusconi estaba perdiendo el respeto de sus correligionarios, Alfano ha reculado y ha vuelto a cerrar filas en torno a su líder.

El exviceprimer ministro ha dicho que no se dejarán intimidar y que no es como Gianfranco Fini, ex mano derecha de Il Cavaliere expulsado del partido y quien creó después su propio movimiento.

La ropa sucia se lava en casa, dice Berlusconi

"Nosotros no tenemos miedo. Si piensa intimidarnos a nosotros y al libre debate en nuestro movimiento político, se equivoca de plano", ha señalado Alfano. “Con nosotros no funcionará el método Boffo”, ha  añadido, en alusión a una expresión que se refiere a los intentos de  deslegitimar a la oposición con acusaciones infundadas.

Sin embargo, esta réplica no ha escrito el último capítula de la eterna tragedia italiana. Habrá que esperar a las sucesivas reunionres que mantendrá Berlusconi con sus parlamentarios para ver hasta dónde llegan las tensiones. Muchas de ellas a puerta cerrada. El ex jefe de Gobierno italiano ya anticipa rebelión y por eso ha advertido: "Debemos permanecer unidos, la ropa sucia se lava en casa".

A la caza del traidor

En ese río revuelto dentro del Pueblo de la Libertad espera pescar Enrico Letta para salvar su gobierno. El primer ministro acudirá el miércoles al Parlamento para pedir un voto de confianza y comprobar así si mantiene el apoyo parlamentario que dio lugar al Ejecutivo de coalición a finales de abril tras unas elecciones en febrero de resultado muy dividido.

La cuestión se centra sobre todo en el Senado, donde el  centroizquierda de Letta no consiguió mayoría absoluta en las elecciones  y en el que podría formarse un nuevo apoyo mayoritario al Ejecutivo con  posibles deserciones de parlamentarios del Movimiento 5 Estrellas descontentos con el  cómico Beppe Grillo y del propio partido de Berlusconi, que muestra  ahora su división interna.

Letta necesita el número mágico es 161. Sin el apoyo de Berlusconi necesitaría una veintena de disidentes, algunos, de sus filas. Y, a juzgar por la división del partido y tratándose de Italia,  todo puede pasar.