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Imputan oficialmente a Bo Xilai por soborno, corrupción y abuso de poder

  • El exsecretario del Partido Comunista protagoniza un gran escándalo en China
  • Destituido desde 2012, su juicio podría iniciarse de inmediato
  • Por la magnitud de su delito, podría ser penado incluso con la muerte

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El exsecretario del Partido Comunista (PCCh) en Chongqing (centro de China), Bo Xilai, protagonista del mayor escándalo político de los últimos 30 años en el régimen comunista, ha sido imputado formalmente por soborno, corrupción y abuso de poder, según ha anunciado la agencia oficial Xinhua.

La acusación formal anunciada por Xinhua abre la puerta a que el juicio pueda verse desde este mismo jueves. No obstante, una fuente cercana al caso ha señalado al South China Morning Post que el juicio se celebrará a mediados del próximo mes ya que, según el sistema chino, se necesitarían, al menos, veinte días para preparar este proceso.

En la acusación del Tribunal de Jinan, capital provincial de Shandong (este) se señala que "Bo, como funcionario público, se aprovechó de su cargo para sacar provecho para otros y aceptó grandes cantidades de dinero y de propiedades".

También indica que "malversó una enorme cantidad de dinero público y abusó de su poder, perjudicando gravemente los intereses del Estado y de las personas", unos crímenes "serios", incide el documento. Por ellos Bo será imputado por "los cargos de soborno, malversación y abuso de poder".

Bo, exministro de Comercio y hasta el estallido del escándalo uno de los favoritos a ascender a los puestos más altos del régimen, podría ser acusado de robar a las arcas públicas, en concreto, 3,8 millones de dólares (2,9 millones de euros), además de los otros cargos.

Aunque por la magnitud de su delito podría ser penado con la muerte, abogados del país asiático señalaron la posibilidad de que Bo eluda la pena capital, dado su alto perfil y sus similitudes ideológicas con el actual presidente chino, Xi Jinping.

Destituido en marzo de 2012

Bo fue destituido en marzo de 2012, poco después de que su "número dos" en Chongqing, Wang Lijun, revelara que la esposa de Bo, Gu Kailai, había asesinado a un empresario británico, delito por el que en agosto pasado fue condenada a muerte "suspendida" lo que, en el sistema chino, se puede traducir en una cadena perpetua si su comportamiento es el adecuado los dos primeros años de condena.

Wang, que llegó incluso a pedir asilo -sin éxito- en un Consulado de Estados Unidos en China, fue, a su vez, condenado a 15 años de prisión por soborno, traición y abuso de poder.

Bo, cuyo gobierno en Chongqing se hizo popular por su lucha contra las mafias locales y la adopción de ideologías y estéticas maoístas, no ha sido visto en público desde hace casi año y medio, aunque se cree que está en una prisión de las afueras de Pekín, donde suelen ser internados altos cargos condenados por corrupción.

Analistas citados por el diario South China Morning Post señalan que el régimen comunista desea dar carpetazo al caso antes de que se celebre el siguiente plenario anual del Congreso del Partido Comunista (previsiblemente en octubre).

El congreso del pasado año, en el que Xi asumió el liderazgo del Partido, quedó ensombrecido e incluso tuvo que ser atrasado unos meses por el gran alcance del escándalo Bo Xilai