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Rehn, "asombrado" por las críticas de Hollande a las recomendaciones de Bruselas

  • Hollande aseguró que la CE "no tiene por qué dictarnos qué hacer"
  • Bruselas ha relajado el objetivo de déficit a cambio de reformas 

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No ha sido la semana de la diplomacia ni en Bruselas ni en las principales capitales europeas. Las recomendaciones específicas de la Comisión Europea no han sido fáciles de digerir para los alumnos más rezagados, y a los líderes comunitarios no les ha sentado bien que Angela Merkel haya "punteado" sus iniciativas con cumbres bilaterales por el sur del Viejo Continente.

Olli Rehn es uno de los que no da crédito. El vicepresidente y comisarios de Asuntos Económicos de la CE afirma estar "sorprendido" por las críticas de François Hollande a las recomendaciones económicas que su equipo ha hecho al Gobierno francés.

"Estoy un poco sorprendido por cómo un día Francia pone de relieve la necesidad de una gobernanza económica de la eurozona y otro critica a la Comisión por dar recomendaciones bien fundadas", ha señalado Rehn en un seminario en Helsinki, Finlandia.

El comisario económico se refiere a unas declaraciones del presidente francés que, tras conocer los deberes a su país, se expresó en unos términos poco habituales. "La Comisión Europea no tiene por qué dictarnos lo que tenemos que hacer", aseveró.

Rehn no ha querido añadir más leña al fuego y ha afirmado que cree que el líder francés está comprometido con las reformas. "El presidente Hollande visitó Bruselas hace unas semanas, tuvimos una discusión constructiva sobre una política fiscal prudente y las reformas estructurales necesarias. Mi visión es que está comprometido con reformar la economía francesa", ha señalado.

Rehn anima a aprovechar las "prórrogas"

La Unión Europea también exhortó este miércoles a Francia, segunda  economía de la unión monetaria, a controlar el gasto público, acelerar una reforma del mercado  laboral y de las pensiones, para reactivar el crecimiento. A cambio, París tendrá más tiempo para consolidar sus cuentas públicas. Deberá reducir su déficit a 3,6% en 2014 y 2,8% en 2015, tras cerrar el año con un 3,9% de su PIB. Si cumple con esa senda, el país saldrá del procedimiento de déficit excesivo.

Rehn ha hecho un llamamiento a que los países que se han beneficiado de prórrogas "usen eficientemente su margen de maniobra para fortalecer la economía y el empleo".

España es otro de los países a los que Bruselas ha dado un balón de oxígeno. El Ejecutivo comunitario accedió además a ampliar hasta el 6,5% el tope de déficit  para España para este año, dos décimas superior (equivalentes a unos 2.000 millones de euros) al 6,3% que había pedido el Gobierno español.

La CE también ha puesto especial énfasis en el empleo juvenil. Y en este punto, su presidente, José Manuel Durao Barroso,  criticó abiertamente "proliferación" de iniciativas contra el desempleo juvenil que anuncian distintos gobiernos europeos, como el último plan prometido por París y Berlín, porque estos anuncios no se acompañan con la puesta en marcha de las medidas ya acordadas a escala europea.

Barroso no ha visto con buenos ojos que la canciller alemana se haya dedicado en los últimos días a gestionar programas bilaterales, en lugar de hacer cumplir los acuerdos adoptados por los Veintisiete. Merkel ha prometido apoyo a las pymes en Portugal, formación de parados en España y acelerar la disponibilidad de los 6.000 millones de euros del presupuesto europeo consagrados al empleo en Francia.

Berlín demuestra no fiarse ni tener paciencia para que la maquinaria europea arranque. Pero, ¿confía Europa en el motor alemán?