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La troika vuelve a Portugal para verificar si los nuevos recortes bastan para cumplir el déficit

  • Deben cubrir el agujero dejado por las medidas anuladas por el Constitucional
  • Su veredicto decidirá el desbloqueo del próximo desembolso de ayuda

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Los inspectores de la troika --formada por la Comisión Europea, el Banco  Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI)--  regresan este martes a Portugal para verificar si los nuevos ajustes  anunciados por el Gobierno luso en sustitución de las medidas  anuladas por el Tribunal Constitucional son suficientes para cumplir  los objetivos de reducción del déficit y, por tanto, para seguir recibiendo la ayuda del rescate.

La última entrega de los nuevos recortes la presentó el viernes el primer  ministro portugués, Pedro Passos Coelho, e incluye el retraso de la edad  de jubilación hasta los 66 años y un recorte de empleos públicos de 30.000 personas.

El pasado 15 de abril, los técnicos de la troika ya estuvieron en Lisboa para realizar una evaluación extraordinaria de las primeras medidas anunciadas por el Ejecutivo luso y orientar las que quedaban pendientes.

"La Comisión realizará ahora un análisis detallado de todas estas  medidas con los socios de la troika para examinar su compatibilidad  con los objetivos acordados", ha explicado el portavoz europeo de Asuntos  Económicos, Simon O'Connor. Pero no ha aclarado si el veredicto  estará listo a tiempo para que el Eurogrupo del próximo lunes pueda  desbloquear el siguiente tramo del rescate a Portugal.

Ese nuevo desembolso debería entregarse tras aprobar la séptima evaluación el pasado marzo, cuando se decidió suavizar el objetivo de déficit  luso para este año -que pasó del 4,5% al 5,5%- para dar mayor margen de  recuperación a la debilitada economía lusa, para la que se prevé una  contracción del 2,6% en 2013. Sin embargo, la sentencia del Tribunal Constitucional que invalidó cuatro medidas de austeridad por valor de 1.300 millones de euros, ha obligado al Gobierno a presentar a sus acreedores un nuevo plan de ajustes presupuestarios.

El Ejecutivo comunitario celebra el "fuerte compromiso" del  Gobierno portugués para garantizar el cumplimiento del programa de  ajuste. También se felicita de que el nuevo plan base la  consolidación en "reducciones permanentes del gasto en lugar de  medidas extraordinarias o aumentos de impuestos", porque estos

últimos "son más perjudiciales para el crecimiento".

La Comisión Europea ha resaltado además que el plan portugués pretende una  mayor convergencia entre el sector privado y público y ha sido debatido con los interlocutores sociales y los partidos políticos. Unas declaraciones sorprendentes si se tiene en cuenta que tanto la oposición como los agentes sociales portugueses se han negado a discutir los recortes con el Gobierno.