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La policía mata a cerca de 40 manifestantes tras una jornada de protestas en Irak

  • Kirkuk es escenario de protestas contra el Gobierno desde hace cuatro meses
  • Las víctimas han muerto por disparos de la policía y el Ejército
  • Dos ministros han presentado su dimisión tras los hechos
  • En Ramadi han muerto seis policías al ser agredidos por manifestantes

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Dos hombres en una cama de hospital heridos en un enfrentamiento con fuerzas de seguridad iraquíes en Kirkuk.
Dos hombres en una cama de hospital heridos en un enfrentamiento con fuerzas de seguridad iraquíes en Kirkuk.

Las fuerzas iraquíes han matado a cerca de 40 personas este martes en Irak, tras una jornada de protestas. El primer ataque de la policía ha tenido lugar en una plaza de la zona de Al Hueiya, escenario de manifestaciones contra el Gobierno desde hace más de cuatro meses.  Los disparos de los agentes han provocado la muerte a 26 personas y han herido a otras 70.

Después, al menos 13 personas han muerto en enfrentamientos con el ejército iraquí tras atacar posiciones militares en respuesta a la operación de las fuerzas de seguridad contra los manifestantes.

Fuentes policiales han explicado a la agencia Efe que las víctimas han muerto por disparos durante una operación de miembros del Ejército y la Policía iraquíes que, apoyados por helicópteros, irrumpieron en la plaza de esa localidad de la provincia de Kirkuk para disolver la protesta de manifestantes suníes contra el primer ministro chií Nuri al Maliki.

El Ministerio iraquí de Defensa ha asegurado que hombres armados y  extremistas se encontraban en la plaza pese a que las autoridades les habían dado un ultimátum para que la abandonaran.

Sin embargo, el ministro iraquí de Ciencia y Tecnología, Abdel Karim Samerrai, y el ministro de Educación, Mohamed Tamin,  han anunciado su dimisión en protesta por el ataque de las fuerzas iraquíes contra los manifestantes suníes en Kirkuk.

Por otra parte, manifestantes armados en Ramadi, la capital de la  provincia sunita de al-Anbar (en el oeste) han matado a seis soldados  iraquíes y han secuestrado a un séptimo, según la agencia France Press.

El Gobierno justifica el ataque

Según la versión gubernamental, cuerpos antidisturbios entraron en la   plaza y fueron recibidos con intensos disparos de personas que seguían   allí, lo que suscitó los enfrentamientos entre ambas partes. En los enfrentamientos murieron "algunos miembros de las Fuerzas   Armadas y un número de hombres armados miembros de (la red terrorista)   Al Qaeda y del (disuelto) partido Baaz que colaboraban con estos   últimos", agrega la nota oficial.

"Cuando las fuerzas especiales irrumpieron en la plaza, no estábamos preparados y no teníamos armas, nos aplastaron con sus vehículos", asegura a la agencia Reuters Ahmed Hawija, un estudiente que participaba en la manifestación.

Las fuentes han precisado que otro de los objetivos de la operación era buscar a los responsables de la muerte, hace unos días, de un soldado iraquí en un puesto de control cercano al escenario de las protestas.

Las autoridades acusaron entonces a los manifestantes de haber matado al militar, si bien los participantes de esas concentraciones negaron cualquier relación con el suceso y aseguraron que no van armados.

Los suníes se sienten discriminados

El pasado 26 de enero, cuatro soldados iraquíes fueron secuestrados y otros dos resultaron heridos en la ciudad de Faluya, al oeste de Bagdad, que había sido escenario un día antes de la muerte de seis manifestantes por disparos del Ejercito iraquí.

La zona de Al Hueiya, ubicada a unos 200 kilómetros al norte de la capital iraquí, ha sido escenario de protestas como las que también se han desarrollado desde el pasado diciembre en distintas provincias del país como Al Anbar, Nínive y Salahedín. En esas áreas, manifestantes suníes se quejan de la discriminación que dicen sufrir por parte del Gobierno central de Bagdad, liderado por Al Maliki.

Otras reivindicaciones son la liberación de los detenidos sin cargos, la suspensión de las condena a muerte y la anulación de la ley antiterrorismo, así como la prohibición del uso de eslóganes religiosos y los arrestos arbitrarios.