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España pelea su silla en la Unión Europea

  • Fuentes comunitarias aseguran que perderá su silla en el BCE
  • Como premio de consolación podría presidir el fondo de rescate
  • La presidencia del Eurogrupo podría recaer en el ministro alemán de Finanzas

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LA REUNIÓN DE MINISTROS DE ECONOMÍA DE LA UE EN BRUSELAS
El ministro español de Economía, Luis de Guindos, charla con el ministro francés de Finanzas, François Baroin, drante la última reunión de ministros de Economía de la UE (Ecofín) en Bruselas.

Más allá de la ampliación de los "cortafuegos" y la crisis de deuda soberana, los ministros de Finanzas de la Unión Europea jugarán sus cartas este viernes en Copenhague para asegurar que sus candidatos ocupen un puesto en alguna de las principales instituciones económicas europeas que deben renovarse en los próximos meses.

"El paquete de nombramientos aún no está acabado, pero España tendrá un papel", han asegurado fuentes diplomáticas a la agencia Efe. El cargo dependerá del reparto de poderes en el tablero institucional europeo. "Que España consiga el puesto vacante en el BCE está prácticamente descartado, que lidere el Eurogrupo es muy difícil, así que lo más realista parece que se haga con el puesto del fondo de rescate", han explicado las mismas fuentes.

España ha luchado para que Antonio Sáinz de Vicuña ocupara un asiento en el directorio del Banco Central Europeo (BCE), pero parece que, con toda probabilidad, será el gobernador del banco central de Luxemburgo, Yves Mersch quien sustituya al actual representante español, Juan Manuel González-Páramo, que termina su mandato el próximo 31 de mayo.

En la derrota del candidato del Gobierno han pesado sobre todo dos factores. En primer lugar, a Sáinz de Vicuña no le han perdonado su perfil de jurista en un mundo copado por gobernadores de bancos centrales. Pero sobre todo el hecho de que el presidente del BCE sea un italiano, Mario Draghi, y el vicepresidente un portugués, Vítor Constancio, dos representantes de los países del sur sometidos a una asfixiante presión por parte de los mercados. Por ello, los países de la 'triple A' han querido evitar que España se sumase al grupo de los estados miembros que consideran menos estrictos en materia de lucha contra la inflación.

España pierde su silla en el BCE

Desde la creación del BCE en 1998, existe na tradición no escrita según la cual los grandes países de la eurozona -Alemania, Francia, Italia y España- ocupan cuatro de los seis asientos del comité ejecutivo, por lo que la entrada de Yves Mersch significaría que España es el primero en perder su puesto en este directorio.

Otro de las "piezas clave" es la presidencia del Eurogrupo, que el también luxemburgués Jean-Claude Juncker deja vacante a partir de junio. El ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, no cerró la puerta la semana pasada a esta posibilidad, pero fuentes diplomáticas han asegurado que tiene el paso más que cerrado.

Los países del norte están incómodos porque el puesto lo ocupe un ministro muy reciente, y además de un país con una delicada situación económica. El desvío presupuestario de la cuentas públicas españolas en 2011 (cuando el déficit se situó en el 8,51 % del PIB en lugar de en el 6 % comprometido) unido al órdago de Rajoy sobre el ajuste fiscal en la última cumbre europea, han hecho que los socios europeos miren con especial recelo a España.

El candidato favorito en estos momentos es el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, aunque tampoco se descarta la continuidad de Juncker, lo que haría replantear la entrada de Mersch en el BCE a favor, quizás, del esloveno Mitja Gaspari.

Una mujer española para presidir el fondo de rescate

El otro cargo que se negocia, la dirección del Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo, se da por asignado a Francia, que tiene especial interés en la institución.

Ante este panorama, la dirección del fondo de rescate permanente para países endeudados es la "única opción viable como premio de consolación" para España en el reparto de cargos económicos que ultima la UE, según las fuentes consultadas por Europa Press. Se trata de un puesto de alto funcionario sin poder de decisión, ya que se limita a seguir las instrucciones del Eurogrupo, ni perfil político.

"Lo que suena ahora es que España podría impulsar una candidata 'técnica' para el Mecanismo No creo que aceptasen una promesa de algo después, quieren tener algo ahora", ha afirmado a la agencia Reuters una fuente diplomática, que señala, sin ser explícita, que se espera que el perfil correcto sea una mujer. Sin una sola mujer en los 23 miembros del consejo de gobierno del BCE y sin que tampoco las principales instituciones estén presididas por una mujer, este movimiento podría dar la victoria a España, aunque hay quien discute que no debería presidir el fondo uno de los mayores aspirantes a utilizarlo.

La española Belén Romana, ex directora general del Tesoro y ex onsejera del Banco de España, es la aspirante que suena con más fuerza. De confirmarse su nombramiento, que podría aprobarse este viernes en Copenhague, Romana sustituiría al alemán Klaus Regling en el cargo.