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Las mujeres aprovechan la crisis para impulsar su iniciativa empresarial

  • Un 38,6% de empresas con menos de 3 meses creadas por mujeres en 2011
  • El 85% de las empresarias españolas trabajan en el sector servicios

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Toda crisis es una oportunidad y así lo han entendido los cientos de mujeres que han creado su propio negocio, a pesar del difícil contexto económico. Un 38,6% de las empresas en fase naciente, es decir, en sus tres primeros meses de vida, correspondieron a mujeres en 2011. Un dato alentador si se tiene en cuenta la crisis economica, aunque no muy optimista si se compara con el de 2008, cuando un 44,7% de las empresas en su fase naciente fueron creadas por mujeres, según el informe del Global Entrepreneurship Monitor sobre España.

Cuando Marisa decidió abrir su propio negocio estaba embarazada de cuatro meses, acababan de despedirla. “A mí la crisis me ha favorecido”, asegura convencida a RTVE.es, después de 14 años al frente de una empresa que gestiona la comunicación de empresas con sus clientes, y añade que en estos cuatro años de crisis ha ganado dinero “más rápido que en otros momentos”.

“No es importante que haya crisis, sino aprovechar la oportunidad”, explica esta empresaria que en 2008 comenzó a adaptar su empresa, antes una centralita que requería la presencia de sus empleados, al teletrabajo, una medida que le ha permitido ahorrar costes y aumentar beneficios.

Las empresarias representaban un 11,27% del total de mujeres ocupadas en España según la Encuesta de Población Activa (EPA) del cuarto trimestre de 2011, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE). La tasa es, a pesar de los avances, muy inferior a la masculina: un 19,43% de hombres ocupados en España eran empresarios en ese mismo período.

Mujeres que arriesgan

La falta de oportunidades puede ser clave para embarcarse en un nuevo proyecto. Teresa Dompablo, tiene 51 años y sabe que la edad, con independencia del género, hace más difícil el acceso al mercado laboral. Desde enero de este año, después de pasar más de un año en el paro, está al frente de Homeservices, una empresa de asistencia a domicilio.

Esta emprendedora autónoma confiesa que nunca antes se le había ocurrido montar su propio negocio y ha elegido un sector de actividad que conoce bien por experiencia personal, porque “toda la vida” ha cuidado de sus padres.

La inmensa mayoría,  el 85% de las mujeres empresarias se encuentran en este sector, el de los servicios, según la EPA del cuarto trimestre de 2011, y dentro de este sector, aún más feminizado está el trabajo en atención domiciliaria. Teresa recuerda además que este tipo de trabajo es muy sensible a la confianza de los clientes y asegura con orgullo que ha optado “por la calidad y la legalidad” como puntales de su negocio.

Al igual que Teresa, Raquel y Beatriz se asesoraron en la Federación de Asociaciones de Mujeres en la Economía Social (Esfera). A través de Esfera, estas dos jóvenes de 33 años, lograron un microcrédito que les permitió abrir una tienda taller bautizada como Estaribel, en la que imparten talleres de diseño de joyas, costura y reciclaje, entre otras muchas actividades creativas.

Cambio de mentalidad

La iniciativa no es tan habitual entre las mujeres como entre los hombres, reconoce Rosario Novalbos, una empresaria que en 2004 decidió abrir Contraluz, su propia consultoría social, añade que las responsabilidades familiares "siguen recayendo en la mujer, mientras el hombre era el que tenía que salir a proveer de alimento". "En el fondo eso va cambiando", señala, "se necesitan décadas", pero "una cosa que llama la atención es que las mujeres están empezando a emprender más que en otras crisis" añade.

Nuestros proyectos son más estables porque suelen ser más un proyecto de vida

En el mundo empresarial hay dos formas de emprender: por necesidad y por oportunidad. La mujer lo hace más por necesidad, explica Novalbos, pero "nuestros proyectos duran más tiempo porque suelen ser más un proyecto de vida".

Si en algo coinciden las mujeres entrevistadas, es en recomendar el asesoramiento profesional para emprender cualquier negocio. La "aversión al riesgo es lo peor que nos puede pasar", dice Novalbos, pero cuando se trata de iniciar una actividad empresarial hay que ponerse en buenas manos.

Lo primero es hacer un estudio de mercado y un plan de empresa, recuerdan Beatriz y Raquel. "El plan de empresa parecía interminable" cuando empezamos, dicen, pero lo importante es que "quién esté convencido de su proyecto, que lo haga".