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Del gélido saludo de Aznar a Rajoy en Valencia al cercano de Sevilla cuatro años después

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A Valencia le separan 668 kilómetros de Sevilla, pero también cuatro años en los que el Partido Popular ha ganado las elecciones gallegas, las europeas, las municipales y autonómicas y las generales. Cuatro años de victorias que han acabado por cerrar la crisis de liderazgo que abrió la derrota de Mariano Rajoy ante José Luis Rodríguez Zapatero en 2008.

En total, 1.338 días que han transformado el frío saludo que dispensó José María Aznar a Rajoy en el Congreso de Valencia en un encuentro cercano, con apretón de manos, abrazo, sonrisa y palmaditas en la espalda del 17 Congreso del PP en Sevilla.

El expresidente del Gobierno, de hecho, ha pasado de un discurso en el que le ofreció a Rajoy un "respaldo responsable" a avalar con una defensa cerrada la labor que está realizando el nuevo jefe del Ejecutivo con reformas que son necesarias porque "lo que toca" es hacer "patriotismo".

Esta vez Aznar ya estaba en el escenario del plenario y ha sido Mariano Rajoy el que ha entrado ovacionado por los presentes. Al llegar a su altura se han saludado y han intercambiado unas palabras.

Hace cuatro años, el que irrumpió en la sala cuando Rajoy ya estaba sentado fue Aznar. El presidente de honor del partido se tomó entonces su tiempo para saludar a unos y otros. 

Se detuvo con Esperanza Aguirre, a la que besó y abrazó. Aguirre era una de las principales críticas de Rajoy en aquel momento. La presidenta del PP amagó incluso con presentar una candidatura alternativa que finalmente no se materializó.

Aznar estuvo especialmente efusivo con Ángel Acebes, quien se despedía de la Secretaría General para dar paso a la actual número dos del Rajoy en el partido, María Dolores de Cospedal.

Y solo después de saludar a Acebes y darle unas palmaditas en la cabeza, saludó a Rajoy con un frío saludo y sin apenas mirarle a la cara.

La prensa se hizo eco de aquel gélido saludo que fue objeto de análisis y tertulias. El mentor, que designó a Rajoy como sucesor en 2003, ignoraba ahora a su delfín. Al día siguiente, Aznar zanjó la polémica riéndose con un fuerte apretón de manos a Rajoy que pudo ser captado por las cámaras.