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Muere el líder de Corea del Norte, Kim Jong Il

  • El dictador norcoreano ha fallecido por un ataque al corazón
  • Su hijo, Kim Jong-Un, ha sido designado el sucesor
  • Las autoridades han decretado el estado de alerta

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Kim Jong-un sucederá a su padre Kim Jong-il

Kim Jong-Il, líder de Corea del Norte, la última dictadura estalinista del planeta, ha muerto tras sufrir el pasado sábado una crisis cardíaca, legando el poder a su hijo, Kim Jong-Un, un joven menor de 30 años que gobernará uno de los países más aislados del planeta, dotado del arma nuclear pero con una economía moribunda.

Su fallecimiento se produjo el pasado 17 de diciembte a las 08:30 hora local (00: 30 hora peninsular española) por un "infarto severo de miocardio y una crisis cardíaca" debido a "un gran esfuerzo mental y físico"  durante una de sus excursiones tradicionales en tren.

Kim, cuya salud se había degradado rápidamente tras sufrir una apoplejía  en 2008, fallecía a la edad de 69 años, según su biografía oficial, y  lideraba el país desde 1994, cuando sucedió a su padre,  Kim Jong Sung.

En 2009, la televisión surcoreana informó que el líder comunista sufría un cancer de páncreas, que le fue diagnosticado en agosto de 2008. Precisamente su ausencia en el tradicional desfile militar desató los rumores sobre su estado de salud lo que obligó al dictador a retomar sus apariciones públicas.

"Nuestro querido líder Kim Jong-il falleció el sábado 17 a las 8.30 de  la mañana mientras viajaba para realizar sus funciones de liderazgo", anunciaba entre lágrimas y con traje de luto la presentadora del canal oficial  norcoreano.

Entre escenas de dolor e histeria emitidas por este canal -orquestadas por el partido que sostiente al régimen, según opositores- se ha anunciado que el tercer hijo del ya fallecido dictador, Kim Jong Un, ha sido designado "gran sucesor".

El papel del sucesor

De esta forma, el apellido Kim se alarga ya en el poder hasta la tercera generación. Precisamente, en septiembre de 2010, el exdirigente de Corea del Norte nombró general a Kim Jong Un,  lo que implicaba un importante ascenso para su hijo.

Según el  Ministerio surcoreano de Unificación, Kim Jong-un está implicado en  decisiones económicas y asuntos intercoreanos. Además ya ha colocado a  personas de su confianza dentro de la estructura de poder del régimen,  como el ejército o los organismos de seguridad.

El heredero del poder en Corea del Norte presidirá el funeral por la muerte de su padre el 28 de diciembre en Pyongyang  y no podrán asistir delegaciones extranjeras según la agencia del  régimen comunista, KCNA.

El país ha decretado un período de luto desde  el pasado sábado hasta el 29 de diciembre según la emisora KCTV.

El  mismo canal ha confirmado que los restos del dictador podrían ser enterrados en el Palacio Memorial de Kumsusan, donde también se encuentra el mausoleo de Kim Il-sung, fundador de Corea del Norte fallecido en 1994.

Pero el nuevo líder tiene ante sí una tarea descomunal: gobernar uno de los estados más pobres del mundo, dotado del arma nuclear pero mal equipadas, con frecuentes hambrunas e importantes carencias energéticas, sin tener en cuenta la falta de transparecencia de su personalidad ni sus intenciones.

Los medios oficiales ya han hecho un llamamiento a los norcoreanos para que lo acepten como nuevo líder, pero en las cancillerías se ha desatado rápidamente la voz de alarma.

Alerta en Corea del Sur

El estado Mayor conjunto de Corea del Sur ha puesto ya a todas sus unidades militares en estado de emergencia. El ejército de Corea del Sur junto a las Fuerzas Combinadas con EE.UU. han aumentado la vigilancia a lo largo de la frontera norcoreana, aunque no se han observado actividades inusuales. 

"Ahora, Corea del Sur necesita con urgencia pensar en su trato con Corea del Norte. El sur no quiere ninguna inestabilidad en Corea del Norte por lo que probablemente trabajará para expandir sus esfuerzos de cooperación" ha comentado Yang Moo-jin, profesor de la Universidad de Estudios Norcoreanos.

Ambos países permanecen técnicamente en estado de conflicto armado desde el precario armisticio firmado tras la Guerra de Corea (1950-53).

Por su parte, la Casa Blanca sigue de cerca los informes sobre la muerte de Kim Jong Il. "El presidente (Barack Obama) ha sido informado y  estamos en estrecho contacto con nuestros aliados en Corea del Sur y  Japón. Mantenemos nuestro compromiso de estabilizar la península  coreana, para la libertad y la seguridad de nuestros aliados ", ha  comentado el secretario de prensa de la Casa Blanca, Jay Carney, en un  breve comunicado.

Por último, Rusia y China, principal aliado de Corea del Norte, han expresado sus condolencias al régimen de Pyongyang y ha reiterado su amistad con su vecino.