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París y Bruselas constatan el aislamiento de Reino Unido tras su negativa a firmar el tratado

  • Sarkozy asegura que ha evidenciado que existen "dos europas"
  • La Comisión lamenta "profundamentamente" la negativa británica

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La Comisión Europea y el presidente francés, Nicolás Sarkozy, han sugerido este lunes que el veto del primer ministro británico, David Cameron, contra el acuerdo de Bruselas de la semana pasada aisla a su país del resto de la Unión Europea, en la línea de lo ya apuntado por su viceprimer ministro y socio liberal-demócrata, Nick Clegg.

Sarkozy ha considerado que aunque no contempla la salida del Reino Unido de la Unión Europea, que supondría a su juicio "un gran empobrecimiento", su actitud establece con claridad "dos Europas".

Sarkozy, en una entrevista publicada por Le Monde, ha asegurado que tanto él como la canciller alemana, Angela Merkel, habían intentado que Londres se sumara al compromiso del Consejo Europeo finalizado el viernes pasado, pero no fue posible y ha quedado así establecido que hay dos visiones de la construcción europea.

"La una quiere más solidaridad entre sus miembros y regulación. La otra se limita sólo a la lógica del mercado único", ha explicado tras insistir en que las demandas británicas en defensa de la plaza financiera de Londres sobre los servicios financieros "no eran aceptables" porque "la crisis ha venido de la desregulación financiera".

"Nunca podríamos aceptar una vuelta atrás. Europa debe ir hacia más regulación", ha añadido.

Por su parte, el comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn, ha lamentado "profundamente" que Gran Bretaña no quiera unirse al nuevo pacto fiscal de la zona euro.

"Lo lamento no sólo por el bien de Europa y su respuesta a la crisis, sino también para el bien los ciudadanos británicos y su perspectiva de futuro", ha declarado el comisario de Asuntos Económicos n una conferencia de prensa en Bruselas.

Rehn ha puntualizado que Bruselas quiere un Reino Unido "fuerte y constructivo" en Europa y que esté en el centro de Europa, no en la periferia.

"Si esta decisión quería evitar que los banqueros y las corporaciones financieras de la City no sean regulados, eso no va a ocurrir. Todos debemos aprender lecciones de la crisis que estamos viviendo y ayudar a resolverla y eso va también por el sector financiero", ha advertido el comisario en referencia al blondaje a la City londinense que pretendía Cameron.

El primer ministro británico comparecerá este lunes ante la Cámara de los Comunes para explicar su postura en la cumbre europea, que según los sondeos publicados por diarios del país, cuenta con el apoyo de la mayoría de sus compatriotas.

Defensa de su papel ante Alemania

Sarkozy, por su parte, se ha defendido de las críticas de haber cedido a las exigencias de Merkel, a lo que ha respondido preguntando "¿qué proponen como estrategia alternativa?" al eje franco-alemán: "¿quién puede pensar que Francia sola habría hecho avanzar sus ideas mejor? A menos que me propongan otra alianza, pero cuál".

Por eso, ha negado haber capitulado y, en un mensaje dirigido a algunas voces de la oposición de izquierdas en su país, ha advertido que "los que tratan de alimentar la germanofobia se descalifican".

Estas palabras coinciden con las declaraciones del que será el principal rival de Sarkozy para su reelección en los comicios presidenciales de la primavera de 2012, François Hollande, que ha asegurado que renegociará el tratado firmado al considerarlo insuficiente a corto y largo plazo.

En este sentido, el presidente francés ha destacado que el acuerdo de la semana pasada "crea las condiciones de recuperación y de salida de la crisis".

Además, ha avanzado que en quince días estará a punto el contenido jurídico de ese acuerdo, pero ha puntualizado que no basta con la disciplina presupuestaria que impone, y que habrá que discutir con los socios europeos otras cuestiones "cruciales" para sostener el crecimiento económico.

"El objetivo es llegar a un tratado para el mes de marzo", ha recordado.

Más para el crecimiento

Esas cuestiones a las que se ha referido afectan a la industria, la política comercial, el mercado de trabajo y la investigación, según los extractos de la entrevista adelantados por el diario en su página internet.

El presidente francés ha asegurado "confiar en el BCE (Banco Central Europeo) para que en el futuro decida la fuerza de su intervención", una cuestión objeto de polémica entre los que quieren que compre masivamente deuda de los países bajo presión y los que insisten en que se limite al mandato de controlar la inflación.

En cualquier caso, Sarkozy ha insistido en que para evitar la amenaza de un crecimiento económico muy lento durante una decena de años como ocurrió en Japón, "nos hace falta a la vez reducir nuestro déficit y nuestro endeudamiento, liberar el trabajo y recuperar la competitividad".

"La disciplina presupuestaria sola es insuficiente. La cuestión que se plantea es la competitividad de nuestro continente y las condiciones de un crecimiento que debe ser absolutamente más sostenido".

A juicio del presidente francés, el compromiso de Bruselas no significará una transferencia de soberanía de los países a las instancias europeas, sino "un ejercicio compartido de la soberanía por gobiernos elegidos democráticamente".