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'Irene' deja riesgos de inundaciones en EE.UU. mientras Nueva York se pregunta si era para tanto

  • El coste de las medidas de excepción ronda los 4.000 millones de dólares
  • Los estados de Nueva Jersey y Vermont temen que sus ríos se desborden
  • Irene llega muy debilitada a Canadá aunque deja a 268.000 personas sin luz
  • El servicio de metro ya está funcionando tras dos días de cierre

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EE.UU. sigue pendiente de "Irene"

El huracán Irene ha 'perdonado' a Nueva York en su paso por la coste este de Estados Unidos y ha dejado mucha menos devastación de la que se esperaba mientras los estados vecinos de Nueva Jersey y Vermont temen que la crecida de sus ríos en las próximas 48 horas por el agua caída provoque desastrosas inundaciones.

Según el último balance ofrecido por las autoridades, al menos 20 personas han muerto en ocho estados del país a causa del huracán, que tocó tierra el sábado en Carolina del Norte como huracán de categoría 1, luego fue degradado a tormenta tropical y la pasada noche perdió sus características tropicales en la frontera con Canadá.

Irene está localizada a 80 kilómetros al norte de Berlín, en New Hampshire, y a 165 kilómetros al sur de Quebec (Canadá), informó el Centro Nacional de Huracanes (CNH) de Estados Unidos.

Según las autoridades, la mayoría de los fallecidos se produjeron por caídas de árboles y por las inundaciones provocadas por Irene.

A su paso por EE.UU. Irene ha dejado también a casi cuatro millones de hogares sin electricidad.

Además, más de 10.000 vuelos han sido cancelados debido a la tormenta en todo el país, aunque los tres aeropuertos que sirven a la ciudad de Nueva York han anunciado que retomarán sus operaciones a primera hora.

Sin embargo, se prevé que sea un día caótico por el cierre de una buena parte de la red de transporte público en Nueva York, donde Irene causó inundaciones en las áreas más bajas de la ciudad.

La tormenta, que bajó de huracán a tormenta tropical poco antes de llegar a la Gran Manzana, provocó que una comisaría de Policía en Cranford, Nueva Jersey, fuese evacuada, y que los bomberos tuviesen que rescatar a 60 personas por inundaciones en Staten Island.

Sin embargo, ni las ventanas de los rascacielos se rompieron, ni los túneles del metro se inundaron, ni se produjeron víctimas mortales dentro de Nueva York ni los ríos que flanquean Manhattan se salieron de su cauce.

Coste económico

A cambio, la ciudad vivió una serie de medidas sin precedentes: el corte inédito de las redes de transporte, el cierre de los aeropuertos, los sacos de arena en los escaparates de la exclusiva Quinta Avenida o la evacuación de 370.000 personas que viven en las zonas más bajas de la ciudad.

Como concluye el New York Times, "Irene será recordado más por lo que no ocurrió que por lo que ocurrió".

"Ante todo, hemos salido muy bien gracias a los exhaustivos pasos que creo que tomamos para prepararnos para lo que tuviera que venir", ha señalado el alcalde de la ciudad, Michel Bloomberg.

El coste económico de las medidas excepcionales que se han tomado -y que han dejado Times Squate vacía, Broadway a oscuras y casi toda la ciudad encerrada en casa- tendrá un coste cercano a los 6.000 millones de dólares, según el profesor de la escuela de negocios de la Universidad de Maryland, Peter Morici.

El metro de Nueva York ya está abierto de nuevo tras dos días de cierre, aunque se espera que haya retrasos y que los transportes estén  masificados debido a que la mayoría de los servicios de ferrocarril que  pasan por el norte de la ciudad está suspendidos de manera indefinida.

Wall  Street y la Zona Cero, donde se van a celebrar los actos del décimo  aniversario de los atentados del 11-S próximamente, no han sido dañados  por el paso de la tormenta y los mercados financieros abrirán como en  cualquier jornada, aunque se espera que el volumen de negocio sea bajo.

También seguirán con el programa previsto el US Open, que se celebra en el barrio de Queens y que se inicia este lunes al sufrir pocos daños por Irene, mientras que por la noche tendrá lugar un encuentro de fútbol americano entre los New York Giants y los New York Jets en el estadio Meadowlands de Nueva Jersey, pese a que aún hay riesgo de inundaciones.

Riesgo de inudaciones

La 'piedad' de Irene con Nueva York -que aún así ha sido la tormenta más grave vivida por la ciudad en los últimos 25 años- no se ha repetido en la vecina Nueva Jersey y en el estado rural de Vermont, en Nueva Inglaterra.

Ambos estados han sufrido inundaciones por las fuertes lluvias, que se han sumado a un verano inusualmente húmedo que ha dejado los suelos empapados y los ríos rebosantes incluso antes del paso de la tormenta.

Se espera que los ríos en esas zonas llegue a su máximo caudal en las próximas 48 horas.

"Es un momento muy serio en este momento en Vermont. Dos tercios del estado están inundados con aguas que están creciendo rápidamente, lo que anticipamos que será un tema de preocupación en las próximas 24 horas", ha declrado Robert Stirewalt, de la agencia de emergencias de Vermont.

La mayoría de las vías de agua del estado están sobrepasadas, lo que ha provocado centenares de evacuaciones y ha dejado entre 40.000 y 50.000 personas sin electricidad.

El servicio de ferrocarril de Nueva Jersey sigue suspendido sine die, aunque algunas líneas de autobús han podido retomar su servicio.

En este estado su gobernador, Chris Christie, se ha felicitado de haber "esquivado una bala" después de que las predicciones fallaran pero ha pedido a sus ciudadanos que se queden en casa mientras el estado trata de recuperarse y poner en marcha su dañado sistema de transportes, que le comunica con Nueva York, donde muchos de ellos trabajan.

"Si no tiene que ir al trabajo mañana, no vaya", pedía Christe en una rueda de prensa el pasado domingo.

En este estado se estima que 800.000 personas se quedaron sin luz el pasado domingo y la principal compañía del estado ha advertido de que podría tardar una semana en reestablecer el servicio para todos los clientes.

En Connecticut, más al norte, 670.000 clientes se han quedado sin luz mientras que en todo el estado de Nueva York la cifra asciende a 700.000.

Ante esta situación el presidente estadounidense, Barack Obama, ha advertido de que el impacto de Irene "se dejará notar aún durante un tiempo" y su peligro "aún no ha acabado", por lo que ha instado a los estadounidenses a mantener la alerta.

Por el momento, se ha confirmado el fallecimiento de 20 personas en los estados de Carolina del Norte, Virginia, Maryland, Pensilvania, Connecticut, Nueva York, Florida y Nueva Jersey, casi todas por la caída de árboles.

Llega a Canadá

Mientras, Irene, que ha pasado ya de tormenta tropical a subtormenta tropical, sigue su rumbo y ha dejado sin electricidad 248.000 hogares en la provincia de Quebec, ubicada al este de Canadá, donde ha tocado tierra en la tarde del domingo (madrugada del lunes en España) con vientos de 65 km/h e intensas precipitaciones en el sur y el este de la provincia.

Hasta el momento, los servicios de emergencias del país han emitido  alertas por fuertes lluvias y viento para gran parte de las provincias de Nueva Escocia Nuevo Brunswick, y han centrado el foco de atención en las ciudades de Yarmouth y Porters Lake, ambas en Nueva Escocia.

El ministro de Medio Ambiente de Canadá, René Héroux, ha anunciado que "lo peor se espera para las próximas horas", por lo que ha recomendado a los canadienses que "consigan provisiones para sobrevivir durante al menos tres días".

"A medida que la tormenta se acerca, el viento continúa aumentando. Ya hemos registrado unas rachas muy fuertes. Creo que este va a ser el principal problema", ha afirmado Peter Coade, de la agencia de meteorología canadiense.

Se espera que a primeras horas del martes "Irene" vuelva al Atlántico  por las costas de la península de Labrador con destino al sur de  Groenlandia.