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Cáncer desde que el hombre es hombre

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Cáncer hay desde siempre. Desde que el hombre es hombre. Lo sabemos gracias a los restos fósiles que se han hallado de humanos prehistóricos con tumores. Uno de los más recientes es una vértebra de un hombre del neolítico con un tumor que le oprimía la médula espinal.

La vértebra fue desenterrada hace bastante tiempo, en 1979, en España, en concreto en Nalda, en La Rioja, en uno de los cinco yacimientos dolménicos de Peña Guerra y Collado Palomero.

El fósil pertenece a un chico de 25 años que tenía un tumor en una vértebra

Pero no ha sido hasta ahora, que ha caído en manos de un paleopatólogo experto: Julio Martínez Flórez, cuando se ha averiguado que el hueso, que perteneció a un chico de unos 25 años, alojaba un tumor, un osteocondroma intra-raquídeo. Es la primera vez que se documenta un tumor de este tipo en un fósil.

Hay más fósiles hallados con tumores. Uno de los más conocidos es el cráneo del hombre de Steinheim.  Data del Pleistoceno Medio, o sea, hace unos 365.000 años.

Fue hallado en 1933 en la región alemana de Baden-Württemberg. Y los paleontólogos se dieron cuenta, nada más verlo, de que era especial. Tenía parte del cráneo deformado,  encima de la cuenca ocular izquierda. Sin duda, estaba enfermo.

El hombre de Steinheim tenía un tumor, en este caso benigno, alojado en la parte superior del cerebro. Para ser exactos, tenía un meningioma que, igual que el tumor de la vértebra del hombre hallado por Martínez Florez, es raro.

Hoy se calcula que lo padecen entre dos y nueve personas por cada 100.000. Probablemente le provocaría la muerte. Al principio no notaría nada, pero a medida que crecía el tumor los síntomas debieron aparecer.

Por la parte del cerebro donde estaba situado, el hombre debió sufrir problemas de movilidad, dolores de cabeza y espasmos. Y a los pocos meses debió morir.