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La resurrección del cocodrilo siamés

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Ciencia al cubo

El nacimiento de perritos fluorescentes, la muerte de una chimpancé calva, qué son las neuronas espejo, el origen de los ojos azules o por qué nos salen canas. De la mano de América Valenzuela, en 'Ciencia al Cubo' pueden escuchar las historias más variopintas sobre temas científicos de actualidad. Emisión en Radio 5: Lunes a jueves a las 15: 42; Sábados 09:22 / 17:52 / 21:06; Domingos 09:22 / 17:55

El cocodrilo siamés vuelve a nadar en las aguas vietnamitas. Se dio por extinguido allí en 1987, pero un proyecto privado ha logrado que más de 20 ejemplares vuelvan a la libertad. Y parece mentira, pero el principal impulsor del proyecto es un hombre de negocios que ha hecho fortuna precisamente con la cría y sacrificio de cocodrilos.

El cocodrilo siamés o cocodrilo de Siam alcanza los tres metros de longitud. Vive en agua dulce, en ríos y saltos de agua.

Le gusta comer peces, serpientes, cangrejos, pájaros y pequeños mamíferos. Hace años abundaba en gran parte del sudeste asiático. Hoy se estima que en total viven tan solo unos 250 ejemplares.

El principal impulsor del proyecto es un cazador de cocodrilos

Las principales causas de su declive son la contaminación de las aguas y la degradación de su hábitat en general, además de la caza furtiva. Son perseguidos por su piel.

El criador de cocodrilos que se ha empeñado en que estos reptiles vuelvan a abundar en libertad se llama Ton Hung. Posee más de 20.000 cocodrilos en distintas explotaciones al sur de Vietnam. Y ha ganado mucho dinero con ellos. Cada año, Vietnam exporta entre 25.000 y 30.000 cocodrilos o pieles de cocodrilos. No está nada mal.

Ton Hung explica que se decidió a ayudarles a sobrevivir en la naturaleza porque "según su cultura vietnamita, si coges algo que te da Dios, tienes que darle una ofrenda". Estas declaraciones, es interesante, fueron recogidas por la agencia de noticias EFE mientras el susodicho tomaba un plato de sopa de este mismo reptil. Es uno de los manjares que sirve en el restaurante de su granja.

Suelta de ejemplares

Hung y científicos australianos de la Universidad de Queensland seleccionaron entre los ejemplares de su criadero a 8 machos y 16 hembras para liberarlos en el parque nacional de Cat Tien. Se aseguraron mediante análisis de ADN de que fueran ejemplares puros (porque muchas veces en las granjas nacen híbridos porque se aparean ejemplares de distintas especies que son difíciles de distinguir). De hecho, de 100 cocodrilos que analizaron, solo eran puros los 24 elegidos.

En un principio, no sabían buscar comida por sí mismos

Luego les enseñaron a desenvolverse solos en la naturaleza. Cuentan que ya tuvieron una mala experiencia previa cuando liberaron 30 ejemplares sin entrenar y como no sabían buscar comida por sí mismos se acercaban a los puestos de los guardabosques reclamando alimento y muchos terminaron muriendo atrapados en redes de pesca, donde se metían porque encontraban presas fáciles.

Hoy nueve años después de la suelta, hacen públicas sus impresiones y parece que la población salvaje se ha asentado y que crecerá, pero el criador es cauto y asegura que hasta dentro de unos cinco o seis años no deben cantar victoria.

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