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La brecha salarial entre hombres y mujeres se reduce, especialmente en los mejores puestos

  • La diferencia baja tres puntos, del 19% en 2007 al 16% de 2008
  • España se encuentra en una posición inferior a la media de la UE, del 18%

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La brecha existente entre la remuneración de los hombres y las mujeres en España se ha reducido en los últimos años, especialmente en los puestos de mayor cualificación, hasta situarse en un 16% en el salario por hora y en el 22% en la ganancia anual bruta, lo que supone un descenso de tres y 3,6 puntos porcentuales entre 2007 y 2008, según los últimos datos de la Encuesta de Estructura Salarial que elabora el INE.

Aunque el porcentaje mejora, esto significa que ellas perciben, de media, el 84% de la retribución de los varones, según se desprende del informe La brecha salarial: realidades y desafíos, que ha presentado la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, y que analiza los datos de las encuestas realizadas sobre esta cuestión en los últimos años junto con entrevistas en profundidad, para hacer un diagnóstico preciso del problema.

Es el mayor descenso en brecha salarial de los últimos cinco años

"Hablamos del mayor descenso en brecha salarial de los últimos cinco años", ha sentenciado la ministra, quien ha referido que España se encuentra en una posición positiva con respecto a la media de la UE que, según datos de Eurostat, fue de un 18% en 2008.

Aído ha resaltado, además, que en España se ha "roto la tendencia" de que la diferencia de sueldo entre las mujeres y los hombres, en puestos de alto nivel, fuera "la más elevada" con respecto al resto de profesiones.

Cae la diferencia en puestos altos

Las ocupaciones de mayor nivel son ahora las que tienen una menor brecha salarial entre hombres y mujeres, calculada sobre la ganancia media por hora trabajada, al registrarse un "brusco descenso" de 7 puntos -de un 25% en 2007 a un 18% en 2008-. En las ocupaciones de media y baja cualificación, la desigualdad se posicionó en 2008 en torno a la media del 22%.

Por Comunidades Autónomas, nueve se encuentran por debajo de la media estatal y siete por encima, mientras que Cantabria es la única que presenta un valor igual. Destacan Extremadura y Canarias, con una brecha del 5%, y, en el lado opuesto, Aragón y Navarra, con más de un 20%.

La coordinadora del estudio, María Ángeles Sallé, ha apuntado que, por primera vez, un sector empresarial presenta un valor negativo del indicado, concretamente la construcción, con un -2%. Como en años anteriores, la mayor brecha salarial de género se localizó en la industria (22%), seguida de los servicios (18%).

La experta ha reseñado que es posible que hayan influido en estos cambios de tendencias la crisis económica, la incorporación a la Encuesta de Estructura Salarial de los empleados públicos o la entrada en vigor de la Ley de Igualdad.

Aspectos "subjetivos"

Concretamente, ha dicho que el descenso "sustantivo" de la brecha salarial puede deberse a un aumento proporcional más elevado de la retribución media de las mujeres frente a los hombres, circunstancia no experimentada en años anteriores. El salario medio por hora de las féminas se incrementó en un 13% en 2008 con respecto al ejercicio anterior, mientras que el aumento entre los varones fue de un 8%.

Sallé ha denunciado que, según los componentes de la retribución, las mayores diferencias se identifican en aquellos menos objetivos o no sujetos a convenio, como son las horas extras (69%); los pagos en especie (47%), las pagas variables anuales (45%) y los complementos salariales (34%).

El estudio revela que el ritmo de reducción de la brecha se ha ido ralentizando desde un perspectiva longitudinal, a medida que las características personales de hombres y mujeres -factores objetivos como la edad, el nivel educativo o la experiencia profesional-, han ido confluyendo con la incorporación de ellas al trabajo.

Para la responsable de este estudio, las diferencias salariales responden más a factores subyacentes de carácter subjetivo y estructural que son "más complicadas de atajar". Aído ha concluido que, según este análisis, es necesario continuar implementando medidas incentivadoras y legales contra la discriminación de género, pero también de control y vigilancia