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Bélgica, una Presidencia europea en 'funciones'

  • Asume el testigo de España sin formar gobierno y con un perfil bajo
  • El presidente de la UE, el belga Van Rompuy, asumirá el protagonismo

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Bélgica recoge el testigo de la Presidencia española con un gobierno en funciones y un perfil bajo. Las autoridades del pequeño país prometen trabajar en la sombra y dejar los focos al presidente permanente del Consejo Europeo, el también belga Herman Van Rompuy.

Bélgica, país fundador y fuertemente favorable al proyecto europeo, asume su duodécima presidencia comunitaria enfrascada en sus propios dilemas. Las elecciones federales del pasado 13 de junio han fracturado su panorama político y hacen incierta la formación de un nuevo gobierno.

Consciente de su papel interino, el primer ministro del gobierno saliente, el democristiano flamenco Yves Leterme,  ha prometido una gestión "técnica" de los asuntos comunitarios. Leterme, funcionario europeo en excedencia, sabe de lo que habla.

Del resto de la administración belga, familiarizada con los complejos mecanismos de las instituciones europeas, vecinas suyas en Bruselas, cabe esperar lo mismo.

El gran beneficiado puede ser Van Rompuy. Pese a su discreto perfil público, el político belga ha consolidado durante el semestre de presidencia españolas su liderazgo al frente del Consejo Europeo. Si no hay sorpresas, la tendencia continuará en este segundo semestre.

Turbulencias políticas internas

La única duda es cómo afectarán a la presidencia comunitaria las turbulencias políticas internas de Bélgica. Las elecciones han situado como partido clave a la Nueva Alianza Flamenca, una formación nacionalista que aspira a largo plazo a forzar la escisión del Estado belga.

Su líder, el populista Bart de Wever, dirige las negociaciones para formar una nueva coalición de gobierno. Según su calendario, el nuevo gobierno estará "antes de octubre".

De Wever, que se declara al tiempo nacionalista y europeísta,  prometió el pasado 23 de octubre en la sede de la Comisión Europea que "la presidencia belga de la Unión Europea no se verá afectada en absoluto por este periodo de transición".

En cuanto a la agenda, la marcan las circunstancias. En este semestre, la UE seguirá hablando de cómo combatir la crisis y, sobre todo, de cómo reformar la zona euro para que las turbulencias económicas no se la lleven por delante.  Los gobiernos europeos se han comprometido a pactar las reformas concretas en octubre.

Las cumbre pendiente con el presidente estadouniendese Barak Obama, promete ser otro de los momentos estelares de esta modesta presidencia.