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La decisión sobre la caza de ballenas, aplazada hasta el año que viene por falta de acuerdo

  • La falta de acuerdo protagoniza la reunión de la CIB
  • La propuesta era levantar la moratoria sobre la caza de ballenas
  • A cambio, la comisión controlaría más el número de ejemplares cazados

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La Comisión Ballenera Internacional (CBI) ha aplazado hasta 2011 la decisión sobre un posible levantamiento de la moratoria a la caza comercial de ballenas ante la falta de consenso expresada por los países miembros.

La decisión fue anunciada por el presidente en funciones de la CBI, Anthony Liverpool, tras escuchar las opiniones de las distintas delegaciones nacionales, que solicitaron un periodo de reflexión que dé tiempo a reconsiderar las posiciones.

Dejamos este punto la agenda para volver el próximo año  con nuevas ideas y propuestas

"Dejamos este punto de la agenda abierto para poder volver el próximo año con nuevas ideas y propuestas", indicó Liverpool ante los 88 países miembros de la comisión, que celebra hasta el próximo viernes su sexagésimo segunda reunión anual en la localidad marroquí de Agadir.

A la reunión acudían posturas entrentadas de países como Japón, partidarios de levantar la moratoria para la caza  comercial de ballenas, y los conservacionistas.

Los cetáceos siguen siendo víctimas de los arpones pese a la moratoria  a la caza comercial que entró en vigor en 1986 y que podría  ser levantada 25 años después de su puesta en marcha pese a que los  conservacionistas alertan de la extrema situación de peligro que viven  ciertas especies de ballenas.

En Agadir se ha puesto sobre la mesa una propuesta que planteaba dar el visto bueno a  que Japón cace un cierto número de ballenas con fines comerciales, bajo  estricto control de la Comisión Ballenera, a cambio de que  reduzca sus capturas en el Antártico.

La  flota nipona caza cerca de un millar de cetáceos cada año

Actualmente la flota ballenera nipona captura cerca de un millar de  cetáceos en aguas antárticas cada año, aunque en el año fiscal 2009 (que  concluyó el pasado marzo) sólo pudo cazar la mitad porque los sabotajes  de activistas medioambientales le impidieron cumplir su objetivo.

Japón  ha amenazado en varias ocasiones con abandonar este  organismo creado en 1946, cuando las ballenas parecían al borde de la  extinción por la caza indiscriminada.

Los desacuerdos en el seno de la CBI han hecho que apenas se haya  avanzado en ninguna cuestión práctica en los últimos veinte años, una  situación que se ha vuelto a repetir en esta última reunión.