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El Gobierno británico sube el IVA al 20% en el ajuste más duro en una generación

  • El canciller del Tesoro quiere reducir nueve puntos el déficit en 5 años
  • Sube el impuesto sobre el capital y anuncia tasas sobre la banca
  • Aprueba "inevitables" recortes en el sistema del bienestar

Ver también: Especial sobre la crisis de la deuda pública en Europa

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En el Reino Unido se preparan para un duro ajuste presupuestario

El ministro británico de Economía, George Osborne, ha anunciado que su Gobierno subirá el IVA del 17,5 al 20% el próximo año dentro del presupuesto de urgencia presentado este martes, que contempla la reducción de gasto y la subida de impuestos más importantes en una generación en Reino Unido.

Además, ha trazado la estrategia de su Gobierno para los próximos cinco años, que pasa por reducir el déficit actual del 10,1% al 1,1% o, lo que es lo mismo, de los cerca de 180.000 millones de euros a poco más de 20.000 millones.

El canciller del tesoro ha detallado tambíén que el gasto del ejecutivo se reducirá en un 25% en los próximos años y que se impondrá una tasa sobre la banca a partir del 1 de enero para recaudar más de 2.000 millones de euros, en la línea de Francia y Alemania y se aprueben o no medidas similares en la próxima cumbre del G-20.

En cuanto a la proporción del ajuste, el 77% vendrá del recorte de gasto y el 23% restante de subidas de impuestos. 

El ministro, queha calificado el presupuesto de "duro pero justo", ha advertido que de no tomarse medidas para reducir el gasto público la credibilidad del país en los mercados internacionales se verá afectada, con "catastróficas" consecuencias, por lo que las ha calificado de "inevitables".

Por el lado de los recortes, el ministro ha anunciado la congelación del subsidio a la infancia durante tres años, mientras que habrá una reestructuración de las ayudas estatales que reciben los sectores con menos recursos, lo que permitirá un ahorro de 11.000 millones de libras (unos 12.540 millones de euros) para el periodo 2014-2015.

Además, los empleados públicos que ganen más de 25.000 euros al año, y se limitarán los beneficios fiscales para familias y por tener vivienda.

Más impuestos y menos beneficios fiscales

Por el de los impuestos, además de la subida del IVA y el nuevo impuesto sobre la banca, también se incrementará el impuesto sobre las rentas de capital hasta el 28% del 18% actual para las rentas más altas, un anuncio que puede generar polémica entre los diputados conservadores.

En el otro lado de la balanza, se recortará el impuesto de sociedades un punto cada año del 28 al 24% mientras que quedarán exentos de pagar impuestos por renta 900.000 contribuyentes con bajos ingresos.

En concreto, el punto a partir del cual los británicos empezarán a pagar impuestos pasará de 1.000 libras (1.100 euros) a 7.475 (casi 9.000). Esta ventaja fiscal supondrá un gasto de cerca de 4.500 millones de euros.

Además, no se subirán de nuevo lo impuestos sobre el alcohol, el tabaco y los carburantes tras la última subida ordenada por los laboristas.

"Mi presupuesto es duro pero justo. Es un presupuesto inevitable por el desorden que tenemos que arreglar. Así que el Gobierno de coalición asumirá la responsabilidad de equilibrar los libros (contables) del Reino Unido en cinco años. Y esto significa animar a las empresas, porque son los negocios y no el Gobierno que crearán los empleos en el futuro", ha puntualizado Osborne.

Menos crecimiento

Con estos recortes, el Gobierno británico ha revisado su previsión de crecimiento económico que se situará este año en el 1,2% frente al 1,3% anterior, para subir paulatinamente hasta llegar al 2,7% en 2015.

En este sentido, la gran incógnita es el efecto que tendrán estos recortes en el crecimiento económico, en la línea del debate abierto en el G-20 por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, sobre el riesgo de quitar los estímulos demasiado pronto.

"Mientras una mejor posición fiscal mejorará las perspectivas a largo plazo de la economía, sigue siendo cierto que las consolidación por sí misma actuará como una gran carga en la economía en los próximos años", ha asegurado Jonathan Loynes, de Capital Economics, a Reuters.

La presentación del presupuesto también pondrá en riesgo el futuro de la coalición de liberales y conservadores. El anterior gobierno laborista ya anunció recortes superiores a los de la era Thatcher, aunque los quería dilatar en varios ejercicios para no 'matar' el crecimiento, en la línea de Obama.

Esta idea también fue defendida por los liberales en la campaña, pese a que los conservadores hicieron de una reducción drástica del deficit en este mismo año un tema clave en su programa.

Acusaciones de la oposición laborista

De hecho, la respuesta de la oposición laborista por boca de su líder de transición, Harriet Harman, ha golpeado a conservadores y liberales donde más duele.

A los primeros los ha acusado de ser "los mismos viejos 'tories', golpeando más fuerte a aquellos que se pueden permitir menos", mientras que a los liberales les ha achacado directamente renunciar a sus principios por apoyar un presupuesto que "incluye cosas contra los que los liberales han luchado siempre".

Consciente de lo que se le venía encima, el viceprimer ministro y líder liberal, Nick Clehh, ha advertido en un e-mail enviado en la noche del lunes a los miembros de su partido que tienen que lidiar con un "obús fiscal".

"Siempre hemos defendido que los recortes eran necesarios pero el 'timing' de los mismos se debe basar en las circunstancias políticas, no en los dogmas políticos y la situación económica muestra que ese tiempo ha llegado", añade en el correo electrónico,

"Hemos tomado decisiones difíciles con cuidado y con justicia en su corazón. Veréis el sello de los valores liberal-demócratas en el presupuesto. Pero, sin embargo, será controvertido", ha advertido.