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La memoria de Lech Kaczynski no basta a su hermano Jaroslav para ser Presidente de Polonia

  • Este domingo los polacos acuden a las urnas para elegir nuevo Jefe de Estado
  • El actual Presidente del Parlamento, Bronislaw Komorowski, parte como favorito

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JAROSLAW KACZYNSKI ASPIRA A SUCEDER A SU HERMANO GEMELO, LECH KACZYNSKI
El conservador Jaroslaw Kaczynski, primer ministro de Polonia entre 2006 y 2007, saluda a sus seguidores.

Este domingo los polacos acuden a las urnas para elegir nuevo Jefe de Estado tras la muerte del Presidente Lech Kaczynsky en un accidente de aviación el pasado 10 de Abril. El actual Presidente del Sejm (el Parlamento) Bronislaw Komorowski es el favorito por delante de Jaroslaw Kaczynski.

El accidente de Smolensk, en el que murieron 95 personalidades políticas polacas amenazó con provocar una convulsión política en Polonia. Los partidos políticos se preparaban ya para una campaña presidencial en Otoño y el Partido Plataforma Cívica, de centro derecha, al que pertenece el actual Primer Ministro Donald Tusk, había elegido ya a quien sería su candidato.

Candidatos a la presidencia

Bronislaw Komorowski no pasa por ser un político carismático. De educación refinada, este historiador proviene de una antigua familia aristocrática y siempre se ha distinguido por mantener una postura discreta en la más bien agitada vida política polaca. Consecuencia de esa discreción es que muchos polacos han olvidado que fue un militante activo en los años de lucha contra la dictadura comunista que le llevó incluso a la cárcel.

Los Kaczynski representan lo contrario, sobre todo Jaroslaw. Su anticomunismo visceral se conoce sólo desde que ser anticomunista en Polonia ya no sólo estaba permitido si no que era doctrina oficial. Mientras hubo dictadura no se conocen huellas de los Kaczynski. 

De los dos gemelos Lech pasaba por ser el más tolerante, el más reposado. Y Jaroslaw el más agresivo. Soltero y sin compromiso vive dedicado a la política y a su madre muy enferma. Fundó el partido Ley y Justicia (PIS) como resultado del fracaso de Solidaridad y desde entonces ha radicalizado la vida política polaca ocupando un espacio que en Polonia tiene aún una amplia base social: el catolicismo ultra católico e intransigente.

Al principio contó con el apoyo de uno de los poderes fácticos más importantes de Polonia: Radio María, la emisora ultramontana del catolicismo más intransigente. El Gobierno de los dos hermanos (uno Presidente y otro Primer Ministro) confirió también a la oficina encargada de investigar a los colaboradores del comunismo unos poderes desproporcionados, hechos a la manera de los dos gemelos, para destrozar reputaciones.

Con los dos hermanos en las dos instituciones más importantes del país Polonia vivió años de radicalización interna y de alejamiento de los cánones políticos europeos. Utilizando los poderes de veto que le da su legislación, al requerir su firma de las leyes y tratados internacionales, Lech Kazcynsli hizo piña con otros dirigentes euro escépticos como el Presidente checo Vaclav Klaus. 

Las posturas radicales de Lech y Jaroslaw acabaron por hacer perder a este último las elecciones ante la política moderna y preeuropea del actual Primer Ministro Donald Tusk. Pero a Jaroslaw todavía le quedaba la baza de su hermano "blando" en la jefatura del Estado. Por poco tiempo, decían las encuestas que ya hace 3 meses daban a Komorowski como ganador con un 60% de votos frente a un 30 de Kazcynski.

La memoria de Lech Kaczynski, muy presente

Tras la muerte de Lech se presentó la incógnita de si Jaroslaw podría aprovechar el tirón de la compasión para presentarse a las elecciones por su hermano.  En los votos de la gente Jaroslaw andaba por entonces cercano al 10% de aceptación.

Muchos decían que había quedado tan afectado por la muerte de su hermano gemelo que probablemente dejaría la política. Pero no fue así: recogió el testigo de la popularidad de su hermano muerto, elevado a la categoría de héroe nacional por haber muerto en un accidente, todavía sin esclarecer,  cuando acudía a reivindicar la memoria de los asesinados por los soviéticos en Katyn.

Pero las encuestas siguen dándole la espalda. Las encuestas polacas son poco de fiar: cada grupo las hace según sus intereses. Pero todas coinciden en que Komorowski tiene las de ganar.  Algunas oscilan desde un 50% de votos en primera vuelta a un 38%. A Kaczynsky la que más le da un 34%.

En estas semanas Jaroslaw ha tratado de rebajar su imagen agresiva, suavizando incluso su habitual actitud impertinente hacia Rusia. Pero los polacos parece que ya no se lo creen. Si Rusia no hubiera cooperado con la investigación del accidente probablemente las encuestas habrían dado un vuelco como reacción. Pero la aparente normalización de la actitud rusa hacia Polonia parece que mantiene a los polacos dentro de los límites del sentido común: votar con la cabeza y no con el corazón.

Si la tendencia se confirma el gobierno de Tusk tendrá por delante unos años de tranquilidad, y también de monopolio, de la vida política polaca. Para alivio de Alemania, de Rusia y de la Unión Europea.