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¿Por qué los ratones huyen de los gatos?

  • Los ratones son capaces de detectar señales de sus depredadores
  • Los gatos producen una sustancia química que aterroriza a los ratones
  • Cuando las detectan se quedan petrificados y agachados en el suelo

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Un gato devorando a un ratón
Un gato devorando a un ratón

Los ratones pueden detectar una sustancia química producida por sus depredadores que los aterrorizan. Así lo demuestra un estudio realizado por científicos estadounidenses del Instituto Scripps, en California.

Sus investigaciones han descubierto que los ratones perciben unas proteínas, que se crea en la saliva de los gatos y en la orina de las ratas,  que les provoca pánico. Estas proteínas (Mups) se detectan gracias a un órgano especial de los ratones, conocido como los órganos de Jacobson o vomeronasal.

Hasta ahora sólo se conocían las feromonas, señales químicas que podían transmitir información entre individuos de una misma especie. Después de este estudio, liderado por Lisa Stowers, se ha  descubierto que los ratones son capaces de percibir señales que lanzan sus depredadores.

Es decir, han evolucionado con receptores sensoriales para detectar a sus enemigos, según ha publicado la BBC.

Cuando perciben estas señales, los ratones sienten pánico. Se quedan petrificados o se mantienen pegados al suelo mientras olfatean e investigan los alrededores. Segundos vitales para sobrevivir. Si el felino es rápido atrapará a su presa. Si no, el ratón huirá despavorido en cuanto se sacuda el miedo del cuerpo. 

La directora del estudio, Lisa Stowers, considera que el descubrimiento "tiene sentido, porque si han evolucionado hasta ese órgano sensorial, también tienen que poder detectar las proteínas que producen otro tipo de animales".

Además, añade Stowers, "percibir estas señales de sus depredadores les ayudará para que no sean devorados".

Una de las principales sorpresas de la investigación se produjo cuando los investigadores incapacitaron los órganos para detectar esas proteínas. A partir de ese momento, ratones que no tenían experiencia previa de interactuar con ratas, no mostraron ningún miedo ante ellas, incluso cuando las tenían enfrente.

"Uno de los ratones se levantó y se fue corriendo a dormir junto a la rata", indica Stowers. "Tenía frío".