Enlaces accesibilidad

La firma del acuerdo nuclear en Praga alumbra una nueva primavera en las relaciones EE.UU.- Rusia

  • Ambos mandatarios subrayan el comienzo de una etapa de colaboración
  • Coinciden en las sanciones a Irán y abren el diálogo sobre el escudo antimisiles

Por
EE.UU. y Rusia se han comprometido hoy a reducir un 30 por ciento sus arsenales atómicos

Los más optimistas hubieran querido que las ojivas nucleares de Estados Unidas y Rusia hubieran quedado restringidas a 500 cada parte. En el acuerdo que se va a firmar en Praga los arsenales de ambos países quedan reducidos a 1.500 cabezas cada superpotencia,lo que supone una disminución del 30% sobre los niveles acordados en el primer tratado START, alcanzado en 1991 y que caducó el pasado mes de diciembre.

Estamos aún lejos de un mundo sin armas nucleares, pero sí mejor que en plena fría, donde había aproximadamente 50.000. También es verdad que el número de países con armas atómicas ha subidodesde 1970 de sólo cinco a los once actuales.

Lo más importante de esta firma en Praga ha sido que con ella se ha sellado una nueva etapa en las relaciones entre Washington y Moscú que se comprometen a luchar juntos contra la proliferación nuclear y las amenazas que representan Irán y Corea del Norte.

El presidente de EEUU, Barack Obama, y el de Rusia, Dimitri Medvédev, han  abierto una nueva etapa en las relaciones entre ambos países  tras la firma de un nuevo acuerdo de desarme que marca un nuevo espíritu  de consenso y colaboración entre Washington y Moscú, unidos en el  objetivo de que ningún país descontrolado puede tener jamás acceso a  armas nucleares, especialmente Irán.

La primavera de Praga ha llegado también a las relaciones entre Estados Unidos y Rusia, cuyos presidentes han demostrado con guiños y con gestos que se fían el uno del otro y que se entienden personalmente bastante bien.

La Casa Blanca ha querido escenificar este acuerdo anunciando tras la comparecencia conjunta de ambos mandatarios que Medvedev visitará Washington el próximo mes de junio.

Esta confianza mutua, ha dicho Obama, es lo que va a permitir avanzar en imponer sanciones a Irán, un país, ha subrayado, que está ignorando todos los esfuerzos diplomáticos encaminados a que cumpla con sus obligaciones y respete el tratado de no prliferación nuclear.

"Creo que la consecución de esta meta nos lleva más allá de la guerra fría, refuerza la no proliferación nuclear y hace a Estados Unidos y al mundo más seguros", ha proclamado Obama.

Acuerdo respecto a Irán

Por esto, EE.UU. espera alcanzar un acuerdo en las próximas semanas con con Rusia y en el seno del Consejo de Seguridad de la ONU para imponer nuevas sanciones a Irán.

Estas sanciones que van a ser duras e inteligentes, ha dicho Obama, respondiendo a su colega ruso Medvedev, quien antes había hecho referencia al hecho de que no se podía castigar indiscriminadamente al pueblo de iraní por el `hooliganismo¿ de sus dirigentes.

El presidente de Estados Unidos ha vaticinado que esta misma primavera estarán listas estas "duras" sanciones.

Este nuevo clima de distensión en las relaciones entre Washington y Moscú también va a facilitar la aceptación por parte de Rusia del polémico escudo antimisiles que EE.UU. piensa instalar con varias bases en Europa central.

Obama ha declarado en Praga que no hará nada que debilite la seguridad del pueblo norteamericano pero tampoco nada que debilite el equilibrio estratégico entre Rusia y Estados Unidos.

Tratado histórico

Hace un año y tres días, el 5 de abril del 2009, Barack Obama pronunciaba en la plaza del Castillo de Praga un discurso histórico en el que expresaba su deseo de un mundo libre de armas nucleares.  

Aquel discurso fue para muchos una de las razones por las que Obama obtuvo ese mismo año el Premio Nobel de la Paz. El 8 de abril del 2010 es de nuevo Praga el escenario de un paso importante, aunque no definitivo, hacia ese desarme nuclear.

 Las dos potencias se comprometen a reducir en un 30% sus arsenales atómicos.

Moscú tiene en la actualidad 3.000 cabezas nucleares estratégicas. Washington , 2.000. Cuando este acuerdo sea ratificado por los Parlamentos de ambos países -cosa que se da por seguro en el caso ruso y, con algunas más dificultades, en el caso del Senado norteamericano- esas cifras quedarán reducidas a 1.500 por cada parte.

Obama ha adelantado que espera que este mismo año el tratado sea  ratificado por la cámara alta estadounidense.

No ha sido fácil cerrar este acuerdo con Moscú, después de las fricciones que ocasionó el proyecto del Escudo de Defensa Antimisiles que quiso poner en marcha George Bush-con bases en Polonia y la República Checa- y también la guerra entre Rusia y Georgia en el 2008.

Este acuerdo contempla un compromiso por el cual los Estados Unidos van a  continuar desarrollando este escudo antimisiles pero de una  manera defensiva, no ofensiva,  y en él pretenden incluir a  Rusia y, por supuesto, a toda Europa.