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Los enemigos de Garzón

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Como los medios y las personas cercanas y defensoras del magistrado Garzón hablan de un complot para derribarlo, quizá sea interesante aclarar algunas incógnitas:

1.- ¿Cómo es Luciano Varela, el juez que lleva su investigación por el franquismo? Fuentes del Supremo dicen que este pontevedrés pasa muchas horas en el tribunal. El periodista Julio Martínez Lázaro cuenta que en Galicia le llamaban 'o guerrilleiro' por la radicalidad de sus posiciones hacia la izquierda. Como lo leen, hacia la izquierda. De hecho, Varela fue fundador de la asociación progresista Jueces para la Democracia que, dicho sea de paso, estos días critica duramente el proceso abierto a Garzón y se harta de repetir que "la causa se abrió a instancias que asociaciones de extrema derecha, herederas ideológicas del franquismo".

2.- ¿Puede haber aversión de Luciano Varela hacia Garzón? Hay hasta comentarios sarcásticos. Mi compañera Ángeles Vázquez, de Público, me cuenta y publica que cuando Varela preparaba a los opositores para acceder a la carrera judicial les decía: "Dios vino al mundo dos veces. Una en Belén y otra en Jaén, y ahora es juez de la Audiencia Nacional".

3.- ¿Garzón y Varela se conocen? Hay, al menos, una foto de ellos juntos. Es del 26 de junio de 1992. El juez Varela presenta y modera una conferencia de Garzón en el Club Faro de Vigo. Han pasado dos años de la 'Operación Nécora'; un caso que curiosamente cruza el destino de los dos jueces: Varela fue el primer juez que interrogó al preso arrepentido Portabales. El sumario acabó en manos de Garzón, que preparó la operación Nécora.

4.- ¿Tiene Varela vinculaciones que inspiren alguna maniobra en el CGPJ? Trabajadores del Supremo me confirman que es amigo, muy amigo, y compañero de asociación, de la magistrada Margarita Robles, ahora vocal del Poder Judicial, propuesta por el PSOE y, dicen, la promotora de la suspensión de Garzón antes de tiempo. En la comisión permanente del Consejo hay cuatro vocales más el presidente del Poder Judicial (dos propuestos por el PP y dos por el PSOE) y todos estuvieron de acuerdo en empezar el proceso de suspensión. Cuentan que el presidente del Poder Judicial, antiguo presidente de la Audiencia Nacional y compañero de Garzón, puso pegas pero lo cierto es que al final, tragó. Hay quien niega este episodio.

Y 5.- ¿Tiene Varela vinculaciones políticas con algún partido o sector del gobierno? Políticas, no parece. Personales, sí. A Luciano Varela -por cierto, redactor de la Ley del Jurado- le sitúan en el entorno de la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega. Ella, impulsora de la Ley de la Memoria Histórica, no vio nunca con buenos ojos la investigación de Garzón.

Busco más datos: resulta que también es viejo conocido del ex superministro Belloch. Lo dijo el propio Belloch el 18 de febrero de 2010 en un desayuno informativo del Fórum Europa. Alli también dijo que nadie en la carrera judicial podía hablar mal de Varela.

Belloch y sus dos ex secretarias de Estado, Robles y Fernández de la Vega, lo pasaron mal con la fuga de Roldán, los papeles de Laos y la investigación de los GAL. Algunos cuentan, siempre han contado (y la versión no cambia con los años), que hay un sector del PSOE al que Garzón no gusta. Según tales versiones, ese sector -en el que hay dos juezas que conocen el Poder Judicial desde dentro- se movió mucho y bien para evitar que Garzón llegara a la presidencia de la Audiencia Nacional. Este podría ser el origen de los males de Garzón.

No goza de las simpatías de los jueces

Aunque no nos engañemos: Garzón no goza, nunca lo ha hecho, de la simpatía de sus colegas jueces. Y el magistrado tiene pasado. En el camino se quedó el caso Liaño y el de la sección cuarta con su episodio de la fuga del narcotraficante 'El Negro'.

No me resisto a terminar sin hablarles de Margarita Robles. ¿Quién es? Posiblemente la mujer, el vocal más inteligente que hay ahora mismo en el Poder Judicial.  Propuesta por el PSOE, encandila a los del PP y negocia bien con los nacionalistas. Huye de las declaraciones polémicas y de las cámaras.

De ella, como de todos en esta historia, los hay que hablan bien y mal. "Es trabajadora", dicen los que elogian sus cualidades, que las tiene. Siempre ha sido la primera de la clase. Ingresó en la carrera judicial a los 24 años y es magistrada desde los 26. Toda una vida de experiencia.

"Mueve los hilos por detrás", aseguran los que no la quieren. Garzón la recusó por enemiga. Y se ella, se abstuvo. Fue la primera en hacerlo pero dejó claro que no por enemistad sino porque trabajó con el magistrado.

Los consevadores controlan la Sala Segunda del Supremo

La Sala Segunda del Tribunal Supremo está compuesta mayoritariamente por magistrados de perfil conservador, propuestos en su día por el PP. Hay nombres como el de Adolfo Prego que a las asociaciones de Memoria Histórica le pone los pelos de punta -han denunciado hasta la saciedad que firmó un manifiesto en contra de la Ley de la Memoria-.

Esos jueces, 'lo más de lo más', cúspide de la jurisdicción ordinaria, tienen en sus manos el futuro de Garzón, el del ex tesorero del PP Luis Bárcenas y el de narcotraficantes y etarras a los que también les han grabado sus conversaciones. En definitiva, tienen en sus manos un pellizco de la historia inmediata de España. Sea cual sea su decisión, será la verdad judicial, la que quede, la cierta y, seguro, la más justa.