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La matanza del metro de Moscú, ¿la venganza de las "viudas negras"?

  • Las mujeres suicidas, arma arrojadiza de los combatientes caucásicos
  • Algunas son viudas o huérfanas de guerrilleros fallecidos en la guerra
  • Otras han sido violadas y entienden el suicidio como su única salida

Ver también: Las reacciones de los testigos  cronología de los atentados en Moscú

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Nadie se atribuye la autoría de los atentados en el metro de Moscú

De una mano, el velo islámico; de la otra, un cinturón cargado de explosivos.  Las "viudas negras" del Cáucaso del Norte son el arma arrojadiza preferida por los combatientes islámicos separatistas para luchar contra Rusia.

Movidas por la venganza, son preparadas para morir en aras de matar a otros. Algunas son viudas, huérfanas, mujeres que han perdido a hermanos y familiares en la lucha por la secesión de la república de Chechenia.

Otras han sido violadas,  ultrajadas y, por ello, excluidas de la sociedad hasta verse conducidas al callejón sin salida del terrorismo.

"Se usa el método de violar a la mujer que, en ese momento, pierde su nombre y el permiso de regresar a una sociedad tan patriarcal como la del Cáucaso. Su única salida es hacerse suicida", ha explicado Sergio Durenko, editor jefe del servicio ruso de noticias en una entrevista en RNE.

En este caso, el doble atentado cometido esta mañana en el metro de Moscú y que, ha dejado 38 muertos, podría ser una venganza por el asesinato de dos líderes emblemáticos chechenos a manos de las fuerzas rusas.

El miércoles pasado, la policía mató a un aliado cercano al líder  checheno Doku Umarov, Anzor Astemirov, una figura muy popular entre los  rebeldes. Y el 6 de marzo, las autoridades rusas anunciaron que había muerto en Ingushetia el otro líder de la guerrilla islamista, Sa'd Bouriatski.

Batallón de mujeres suicidas

La táctica de los ataques suicidas se adoptó por primera vez en el año 2000. Dos años más tarde, un grupo integrado por mujeres y hombres perpetró el ataque al teatro de Moscú que se saldó con 170 muertos. El velo islámico que vestían algunos de las terroristas fallecidas reveló un cambio en la estrategia de los independentistas.

El año siguiente llegó el primer ataque de mujeres suicidas en un concierto de rock y en 2004 la toma de rehenes en la escuela de Beslán, que terminó con 334 fallecidos, y en el que también participaron combatientes femeninas.

"Las mujeres son más emocionales, y si toman una decisión, nada puede  detenerlas",  afirma, Vladimir Vasiliev, jefe de la comisión de la  Duma (cámara baja del Parlamento), y que encabezó el equipo de crisis durante la toma de rehenes en el teatro moscovita. 

Uno de los más notorios líderes rebeldes chechenos, Shamil Basayev, quien fue asesinado en 2006, se jactaba de tener un batallón de mujeres suicidas preparadas para atacar.

Y de ese batallón podrían haber salido las dos mujeres que se han inmolado esta mañana en el metro de Moscú, ya que según el analista de la BBC Stephen Mulvey, el sucesor de Basayev ha seguido la estrategia marcada por su predecesor.

Fuerzas de seguridad rusas buscan a las otras dos mujeres que acompañaron a las terroristas suicidas hasta la entrada del suburbano y fueron filmadas por las cámaras de seguridad.

"Suponemos que hay otras mujeres por la ciudad, por eso hay tanta preocupación de que se repitan los actos terroristas. Porque cuando vienen, vienen varias juntas", subraya Durenko.

Varapalo a la estrategia de Putin

Nadie duda de que el ataque ha sido perpetrado por terroristas de la región del Cáucaso, tal y como ha reconocido el jefe del Servicio Federal de Seguridad (FSB), Alexandetr Bortnikov, aunque ningún grupo se ha atribuido el atentado por el momento.

"Era una joven de entre 18 y 20 años, una cara típica de la  región del Cáucaso y los ojos marrones", ha revelado una fuente  policial citada por la agencia de noticas Interfax.

El doble atentado significa un duro golpe para las autoridades,  que han declarado llevar adelante una exitosa campaña contra los insurgentes y movimientos separatistas del Cáucaso del Norte. Y el varapalo ha sido sobretodo para el primer ministro ruso, Vladimir Putin, quien ha dejado claro que el Gobierno ruso actuará con contundencia y que "los terroristas serán aniquilados".

"Es un fracaso de la política de Putin en el Cáucaso del Norte",  ha afirmado el analista independiente Alexander Golts. "Todo acto terrorista es un fracaso de los servicios especiales. Y los servicios especiales son el 'niño bonito' del Kremlin".

El ataque se ha producido casi un año después de que el Kremlin celebrara con bombo y platillos el fin de una década de conflicto en Chechenia en abril de 2009, argumentando que la estabilidad había regresado a la región y dando carta blanca al joven presidente checheno, Ramzan Kadyrov, vilipendiado por los defensores de los derechos humanos, para que dirigiera la República como estimara conveniente.

Sin embargo la realidad es que los ataques contra las fuerzas de seguridad han seguido multiplicándose en Chechenia, y en las repúblicas vecinas de Daguestán e Ingushetia.

Tanto es así que en noviembre, el presidente ruso, Dmitry Medvedev, reconoció que la inestabilidad en la región sigue siendo el problema número uno en el país.

Muchos analistas se preguntan ahora cuál será la reacción del Gobierno ruso ante estos ataques, ya que cualquier agravente en las relaciones con Chechenia han sido tradicionalmente utilizadas por el Kremlin para incrementar su parcela de poder.

"El separatismo no se combate tanto, sino que se utiliza entre los clanes políticos. La policía utilizará este ataque para incrementar sus derechos y controlar más ciudades", sentencia Durenko.