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HISTORIAS DE LA CIENCIA

Harrison, el relojero que desafió al mar

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A hombros de gigantes

Programa de divulgación científica. Es un espacio pegado a la actualidad con los hallazgos más recientes, las últimas noticias publicadas en las principales revistas científicas, y las voces de sus protagonistas. Pero también es un tiempo de radio dedicado a nuestros centros de investigación, al trabajo que llevan a cabo y su repercusión en nuestra esperanza y calidad de vida. Los viernes de 22:00 a 23:00 hora

John Harrison fue un relojero inglés del siglo XVIII famoso por haber construido el primer reloj  marítimo de alta precisión, gracias al cual se pudo determinar suficiente como para determinar la longitud a bordo de un barco cuando se han recorrido largas distancias. Tiene en su mérito el haber resuelto el problema de la longitud mediante el empleo de cronógrafos construidos por él mismo.

El mecánico británico John Harrison nació en Foulby (Yorkshire), el 24 de marzo de 1693. Era hijo de un humilde carpintero y el mayor de cinco hermanos. Desde muy pequeño sintió una atracción especial por los relojes. Se cuenta que a los seis años tuvo que permanecer en cama por culpa de la viruela, y pasó largas horas estudiando maquinarias. Posiblemente la historia no sea cierta, ya que en aquella época los relojes eran escasos y muy caros, lejos del alcance de una familia humilde como los Harrison.

John Harrison construyó su primer reloj de pie en 1713 a la edad de 20 años.  Todas sus piezas fueron talladas en madera, lo cual no era raro si tenemos en cuenta que era carpintero. Una obra de arte que hoy en día puede contemplarse en el museo del "Excelentísimo Gremio de Relojeros", en Londres.

Entre 1725 y 1727 se asoció con su hermano James. Fue entonces cuando inventó el péndulo de parrilla y el escape saltamontes. El péndulo recibía ese nombre por la forma del bastidor, que recuerda a una parrilla para asar carne. Estaba hecho de bronce y acero de forma que se mitigaba el problema de la dilatación del péndulo por el calor.

El escape saltamontes es un pequeño dispositivo interno que libera el engranaje de un reloj cada vez que oscila el péndulo, y recibe este nombre porque recuerda los movimientos que hacen las patas traseras del insecto.

Sus relojes nunca tuvieron variaciones superiores a un segundo

Los dos hermanos pasaron largas noches cotejando la precisión de sus maquinarias con el paso de las estrellas. Sus relojes nunca tuvieron variaciones superiores a un segundo mientras que los mejores relojes de bolsillo de la época retrasaban varias docenas de minutos al día.

En el siglo XVIII, los aceites y grasas eran muy malos y hacían que los relojes funcionaran mal. Harrison diseño un modelo que no necesitaba engrase y que fue decisivo para la navegación.

El problema de los relojes en la navegación

En aquellos tiempos, la determinación precisa de la longitud en la navegación era un serio problema. Los relojes de péndulo no servían ya que los vaivenes del barco los desequilibraban, y los relojes mecánicos eran demasiado grandes y poco prácticos. Todas las potencias de la época ofrecieron premios sustanciosos a quienes resolvieran el problema.

En 1714, el Gobierno Inglés ofreció  20.000 libras a quien pudiera determinar la longitud con un error de medio grado.

Harrison diseñó un reloj portátil que tenía la misma precisión que los mejores relojes de pie de su época. Lo llamó 'H1' (el primero de Harrison). Todas sus partes móviles estaban contrabalanceadas y controladas por muelles de forma que era independiente de la acción de la gravedad.

En 1736 viajó hasta Lisboa, para probarlo. El H1 funcionó perfectamente y sirvió incluso para corregir un error en el cálculo de la longitud que se había hecho mediante métodos astronómicos clásicos. Sin embargo, en lugar de dar por concluido su trabajo, Harrison siguió trabajando en mejorar su diseño.

Durante más de 20 años, desarrolló nuevos modelos. El H4 medía solo 13 cm de diámetro y pesaba cerca de un kilo y medio.

El 18 de Noviembre de 1761 su hijo Williams se embarcó rumbo a Jamaica para probarlo. Después de ochenta días de navegación, el reloj tan sólo se había retrasado 5.1 segundos.  En 1764 William realizó una nueva comprobación en un viaje hacia Barbados. La precisión era extraordinaria, con un desfase de 39 segundos después de 47 días de travesía.

El resultado superaba con creces los requisitos exigidos por el gobierno británico para el premio. Sin embargo, el Comité que debía entregarlo sólo le pagó la mitad. Para cobrar el resto, tendría que fabricar dos nuevos modelos. De esta forma, un relojero llamado Kendall hizo una excelente copia del H4, mientras que Harrison construyó el H5.

Gracias a la mediación del rey, Harrison pudo lograr finalmente su dinero. Entretanto, la copia de Kendall fue utilizada por el capitán Cook en un largo viaje de tres años alrededor del mundo y demostró fuera de toda duda que la longitud puede ser medida a partir de un reloj.

Harrison falleció poco después del regreso de Cook, a los 83 años, precisamente el día de su cumpleaños. Al menos, tuvo tiempo de ver como era reconocido su trabajo. Sus relojes se encuentran diseminados en las vitrinas de los diferentes museos de Inglaterra.