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Nuevas réplicas causan el caos en Concepción y cortes de luz en Santiago

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Dos fuertes réplicas del terremoto siembra el pánico entre los chilenos

Cuando los chilenos intentan recuperarse del terremoto del pasado sábado, tres fuertes réplicas de intensidad 6,0, 5,9 y 6,1 en la escala Richter les ha hecho revivir el seísmo y han sembrado el pánico entre la población este miércoles.

El último, que ha sido el de mayor intensidad, ha tenido lugar a las 23.00 hora local (madrugada en España) y ha dejado a oscuras parte del municipio de Lampa, en el norte de la Región Metropolitana. El epicentro se ha localizado a 39 kilómetros al suroeste de Valparaíso, según el Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS).

La réplica de 5,9 ha tenido su epicentro a tan sólo 40 kilómetros de la devastada ciudad de Concepción. En un primer momento, los Bomberos de la ciudad alertaron de una alerta de tsunami, que fue descartada poco después tanto por la Armada como por la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi).

Según el Servicio Geológico de Estados Unidos, se registró un segundo seísmo pocos segundos después del anterior, esta vez de 6 grados en la escala de Richter, con epicentro localizado también bajo el mar a 84 kilómetros al suroeste de Talca, capital de la región del Maule.

"La magnitud no corresponde a la alerta de un tsunami", ha informado un portavoz de la Onemi en Santiago en base a un informe del Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (SHOA).

Aún así, cientos de personas, entre ellas miembros de los equipos de distribución de ayuda y mantenimiento del orden, han huido despavaroridos hacia los cerros y tierras altas de las afueras de Concepción.

El último balance de muertos facilitado por las autoridades chilenas ha ascendido a 799 y se espera que se incremente tras las labores de desescombro, obstaculizadas por las continuas réplicas del terremoto.

"Somos todos generales después de la guerra"

La descoordinación entre la Onemi y la SHOA impidió el sábado pasado que la población de varias localidades costeras y del archipiélago Juan Fernández, a 600 kilómetros de la costa, se enteraran del peligro hasta que fue demasiado tarde.

Numerosos muertos y desaparecidos y una gran destrucción material fue el resultado de una descoordinación que ha derivado en polémica entre ambos entes, que la presidenta chilena, Michelle Bachelet, ha atribuido a los problemas de comunicación propios de una tragedia tan grande.

La mandataria ha afirmado que, en vez de buscar culpables, el problema es sacar lecciones para que en el futuro Chile cuente con un sistema de comunicaciones mucho más avanzado tecnológicamente y con una conexión más expedita a través de su compleja geografía.

 "Somos todos generales después de la guerra", ha señalado Bachelet en una entrevista con radio Cooperativa, al ser preguntada sobre esa supuesta ineptitud de su gobierno para gestionar la catástrofe que ha ocasionado casi 800 muertos y dos millones de damnificados.