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Después del terremoto, Haití teme la llegada de la estación tropical y las lluvias

  • En cuatro meses empieza la temporada de huracanes en el Caribe
  • Un millón de personas viven en asentamientos improvisados en Puerto Príncipe
  • "Estamos muy asustados, la lluvia comienza en marzo y esto no está  preparado"

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Todos saben en Haití que, a falta de menos de cuatro meses para que empiece la temporada de huracanes en el Caribe, viene la estación de lluvias.

Tras el fuerte terremoto que asoló el país el pasado 12 de enero, hacen falta al menos 200.000 tiendas de campaña, hay un millón de personas viven en asentamientos improvisados en Puerto Príncipe, una ciudad sin infraestructuras adecuadas en la que los escombros que cubren algunas calles.

"Todos estamos muy asustados porque la lluvia comienza en marzo y esto no está preparado", indicó la responsable de comunicación del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en Haití, Francoise Vanni, al señalar que, según cifras estimativas no confirmadas, ahora hay alrededor de 10.000 tiendas de campaña en el país.  "Necesitamos refugios, refugios y más refugios", agregó.

"El tema que más nos preocupa ahora también es cómo proteger a estas personas, porque ya viene la estación de lluvias, los huracanes", declaró el propio jefe de la misión de la ONU (MINUSTHA), el guatemalteco Edmond  Mulet, al alertar de la fragilidad de los "campamentos improvisados por todas partes".

¿Campos de refugiados temporales?

Fuentes de distintas agencias de la ONU consultadas por EFE, coinciden en que el problema en este momento radica en determinar si los campos de refugiados van a ser temporales o a más largo plazo, para así empezar a tomar las medidas de habilitación de infraestructuras. Algo que depende sólo de una decisión política.

Esa decisión corresponde al Gobierno haitiano, sin embargo, el Ejecutivo ha estado incentivando la salida de personas de la capital -hasta el momento han dejado Puerto Príncipe alrededor de 480.000 personas, según datos de la ONU-.

El Gobierno reconoció a finales de enero que ha privilegiado la construcción de dos campamentos en la periferia de Puerto Príncipe y, por ello, no ha querido distribuir entre los damnificados las carpas recibidas de organismos humanitarios, para no perpetuar su presencia en estos lugares.

Mientras, las calles cada noche se convierten en enormes dormitorios colectivos por el temor de la gente a regresar a sus casas, algo que parece difícil de que siga cuando lleguen las lluvias tropicales.

"Nos vamos a ahogar"

"Cuando llegue la lluvia nos vamos a ahogar", indicó a EFE Licia Gil, una mujer de 45 años, que vive en un patio junto a la carretera en el que se han levantado cinco cobertizos con palos y manteles.

Gil vive con diez personas más, y dice: "ahora mismo es malo, pero si llueve y todo se llena de barro, sin agua, sin baño, no sé qué vamos a hacer. No tenemos a dónde ir", dijo resignada.

Markus, un joven camarero que trabaja en uno de los pocos establecimientos hosteleros que funcionan de la ciudad, aseguró que la lluvia es algo que no va con las haitianos.

"A nosotros no nos gusta la lluvia, normalmente cuando llueve uno se puede quedar incluso un día acorralado sin poder salir de donde está, ahora ya no se puede ni esperar en ningún sitio", dijo, al explicar que es malo si tienes casa, porque el agua "te puede entrar dos metros" y es peor si no la tienes.